Idan Alexander (21) ya se halla en casa, a salvo, con sus padres, en territorio israelí, pero junto a la felicidad y alivio de saberlo ya en un lugar seguro, se confirman los motivos de preocupación tanto por lo que él pasó como por lo que indudablemente están viviendo también los demás secuestrados vivos que siguen en manos de Hamas.
Hay diversos testimonios de boca de secuestrados que fueron liberados en enero y febrero últimos, sobre los duros tratos especialmente a los soldados, pero no solamente a ellos.
En su primer encuentro con representantes de las Fuerzas de Defensa de Israel, Idan contó que fue duramente torturado por los terroristas en sus investigaciones. Según relató, estuvo con otros secuestrados en túneles en la parte sur de Gaza, sin ver luz del día y pasado hambre. En los últimos tiempos recibió un poco más de comida. Agregó que durante un tiempo fue mantenido en una jaula, esposado de piernas y brazos, lo cual le dificultó caminar. Los terroristas lo llamaban con un apodo: “el americano”.
Idan, nacido en Estados Unidos, vivía en New Jersey con sus padres, pero a los 18 años, por sentimiento sionista, decidió radicarse en Israel para hacer el servicio militar. Se enroló como parte del grupo “Tsabar” en el que participan numerosos inmigrantes, fue recibido como hijo adoptivo en el kibutz Hatzor, y su servicio lo hizo en la brigada de combate Golani.
Su liberación fue hecha posible por un acuerdo directo entre la administración Trump y Hamas, debido a la ciudadanía norteamericana de Idan.
Idan fue entregado a la Cruz Roja alrededor de las 18.00 hs de Israel, de allí fue transferido a representantes del ejército israelí , con quienes cruzó la frontera . En la base Reim, se reunió con sus padres.