Una visión de la situación política de Israel desde la Diáspora.
(POR ELI ALJANATI, MONTEVIDEO)
Confieso que no me esperaba que Bibi no formara Gobierno y llamara a elecciones.
Tambien me llamó la atención, los motivos por los cuales no se formó Gobierno.
Liberman oponiéndose a los reclamos de los partidos ortodoxos, Bibi prefiriendo nuevas
elecciones antes que intentar formar Gobierno con Gantz y Lapid.
Algunos analistas, sosteniendo que Gantz no podría formar Gobierno, otros que detrás de esta decisión de Bibi esta su situación judicial, o como dijo Ana Jerozolimski hace algunas horas, que parte de la cuestión es impedir que surjan nuevos lideres en el Likud que desplazen a Bibi y pongan fin a SU gobierno.
Pero no quiero referirme a eso (para ellos están las opiniones de quienes están en el lugar de los hechos y cuentan con mucha mas información y experiencia que quien esto escribe).
Lo que Si quiero resaltar en todo esto, es algo que me pasó, comentando en las redes sociales, los acontecimientos de las últimas horas.
He visto con preocupación como muchos judíos laicos han salido a insultar (sin ningún freno) a los partidos ortodoxos y a los ortodoxos en general.
Entiendo bien las razones de ello: que buscan llevar agua para su molino. Sin duda. Como cualquier otro partido.
Que en el camino , no les importa llegarse por delante la institucionalidad y democracia israelí, es posible.
La crítica es válida, Israel debe seguir siendo un Estado Democratico y judío, lo que no quiere decir judío ortodoxo.
Lo que sí no está dentro de los límites aceptables para la salud del pueblo judío es el insulto antisemita , proveniente de los propios judíos.
Guste o no, a quienes no somos ortodoxos, ellos son parte del pueblo judío y parte del Estado de Israel.
Que es verdad que disfrutan de priviliegios, relacionados con la convocatoria al Ejercito o el peso excesivo que tendrían en materia civil y religiosa ? Probablemente.
Nada de eso justifica, que los propios judíos digamos de ellos , lo que los antisemitas dicen de TODO el pueblo judío.
La discrepancia debe manejarse dentro de términos respetuosos, porque como dice el refrán del Martín Fierro, los hermanos sean unidos esa es la ley primera, y mas importante aún es que si eso no ocurre, los devoran los de afuera.
Esto no es mas que una reflexión. Ninguna acción contra el antisemitismo creciente se sostiene, si entre laicos y ortodoxos no llegamos a un status quo de convivencia pacífica.
Que en Israel esta discusión esté teñida de política electoral, no impide que quienes vivimos en la Diaspora , reconozcamos que el conflicto es real . Veamos sino, la difícil relación entre comunidades conservadoras y reformistas de USA y sus contrapartes ortodoxas en Israel .
Tan solo basta mirar lo que ocurre con los apoyos y rechazos de los judíos de USA a candidatos demócratas y republicanos de cara a las próximas elecciones norteamericanas.
Ya tenemos muchos enemigos externos. El antisemitismo está en crecimiento.
No podemos agregar mas enemigos. Defender la democracia israelí es una cosa, criticar a quienes quieren ponerla en segundo plano, también es plausible, lo que no debe aceptarse es demonizar a otros judíos.
Ni ortodoxos a laicos, ni laicos a ortodoxos.