Oraron en la mezquita de Al-Aksa , en el tercer viernes del mes sagrado del Islam
Una multitud de fieles musulmanes se hizo presente nuevamente en la Ciudad Vieja de Jerusalem para celebrar el tercer viernes del Ramadan. Entre ellos, tanto árabes de Jerusalem-que en su mayoría son residentes permanentes, no ciudadanos-, como árabes israelíes y decenas de miles de palestinos llegados de Cisjordania.
Para estos últimos, la Municipalidad de Jerusalem organizó, como todos los viernes del Ramadan, transporte gratuito en autobuses que los trasladaron hasta la Ciudad Vieja. “De esta forma, pusimos fin a la situación que reinaba años atrás, cuando la gente dependía de taxis piratas que a a menudo cobraban precios exagerados, para transportar a la gente”, dijo a este portal Ben Abrahami, asesor del Alcalde de Jerusalem para asuntos de Jerusalem Este.
La policía tuvo un gran despliegue de seguridad, para permitir por un lado el libre acceso al santuario de Al Aksa y por otro, para garantizar que no haya ningún tipo de incidente violento.
El movimiento en los negocios aledaños a las murallas de la Ciudad Vieja y dentro de las mismas, fue sumamente intenso, para satisfacción de los comerciantes. Y al mediodía, la multitud se movilizó hacia las mezquitas.
Mientras tanto, ya hay una fuerte polémica dentro de Israel por la decisión de la Policía de prohibir el acceso al Monte del Templo justo en el Día de Jerusalem, debido a que cae al final del Ramadan, entre dos fechas claves para el Islam: Lailat el-Qader y la fiesta de Id el-Fiter.
La intención, evidentemente, es garantizar la calma en días tensos, que siempre encierran potencial explosivo.
El análisis de la problemática al respecto irá por separado, en un editorial.
