Su record Guiness, la lucha contra Hitler y una vida poco común
Walter es siempre una presencia singular en numerosos de los eventos periodísticos a los que asistimos con regularidad. Es notorio que parece el mayor entre los colegas presentes, lo cual podría contrastar con su dinamismo , pero es imposible adivinar su edad. El de enero, en pocos días, cumple 95 años.
En realidad, lo relevante aquí es 93 años y 150 días, la edad que tenía el 4 de junio del 2017, fecha en la que se le confirmó que entra al libro de los records mundiales de Guiness . El título: “The Oldest radio talk show host (living)”, tal como aparece en el mail que Walter nos mostró en su computadora, llegado directamente de Guiness. En otras palabras, ningún otro conductor vivo de un programa radial tiene más edad que él.
Uno de sus programas es “Walter´s world” en Israel National Radio (el Arutz 7 en inglés) y el otro es “Walter Bingham’ s files” que se transmite en digital en Israelnews talks radio.com
Su trabajo es su pasión. En pantalla aparece con el asesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton, al que entrevistó.
Tiempo atrás, en camino a una nota fuera de Jerusalem, Walter nos había contado sobre los contactos con Guiness. Pero le pedimos una entrevista no por ello sino por su historia de vida. Nacido en Alemania en 1924, estaba en la escuela cuando Hitler subió al poder, vivió el gradual deterioro en la situación de los judíos siendo un alumno, fue testigo de la quema de libros, se salvó de hecho del Kristallnacht y salió en el último “kindertransport” en el que cerca de 10.000 niños judíos de distintos países fueron aceptados por Inglaterra, siempre y cuando viajaran sin sus padres.
Aún recuerda la despedida de su madre , que en ese momento estaba separándose de su único hijo sin saber si lo volvería a ver, quedándose sola , ya que su esposo, el padre de Walter, ya había sido llevado por los nazis. Afortunadamente, después de la guerra, se enteró que su madre había sobrevivido y pudieron reencontrarse. El padre murió al parecer, enfermo, en el ghetto de Varsovia.
Walter sirvió cuatro años en el ejército británico y participó en el desembarque en Normandia . Estuvo en el frente como chofer de ambulancia, y por su desempeño en el operativo que significó el comienzo del fin del Tercer Reich, fue condecorado. Luego pasó a la “counter-intelligence” y en ese marco estuvo con Ribbentrop, el Ministro de Exteriores del régimen nazi, el primero que fue colgado tras los juicios de Nuremberg.
Vivió durante 65 años en Gran Bretaña, fue actor inclusive en unas películas de Harry Potter, y hace algo más de un decenio, ya mayor, cumplió un viejo sueño y se radicó en Israel.
Por todo esto pedimos hablar con él. Pero Walter, con una pícara sonrisa, recordando lo que nos había contado tiempo atrás, comenzó diciendo: “Tengo buenas noticias”. “¡Guiness!”, respondimos de inmediato y él rió al confirmarlo.
Pero más allá de dicho hito en su vida colorida de por sí, lo que compartimos hoy aquí es un resumen de su historia. En esta primera parte, la edad, los genes y su visión general.
“Le dije a mi hija que cuando llegue mi momento, me tire un micrófono a la tumba, porque quiero ser el primero en mandar una primicia de allí arriba”.
P: ¿Cómo explica esta edad , o mejor dicho el estar tan activo y tan bien física y mentalmente a esta edad? Sólo genética?
R: Sí, creo que lo principal son mis genes. Cuando me preguntan a qué atribuyo mi agilidad y mi buen estado, suelo decirles “no como ajo”.Y todos me dicen “pero el ajo es bueno”. Pero yo no lo aguanto. Bromas aparte, mi hija me dice que estoy abusando de mi cuerpo porque no hago nada de ejercicio , aunque camino mucho ya que ella no quiere que yo maneje. Vivo en el centro de Jerusalem y todo está cerca y hay muy buen transporte.
El único problema son las colinas. No sé si sabías pero en Jerusalem las colinas , todas, son en subida, y cada semana están más pronunciadas. Me alegra decir que no tengo enemigos. El único, son las colinas de Jerusalem.
P: Y las recorre intensamente, en búsqueda de entrevistados.
R: Así es. Viajo por donde sea necesario. Mis programas de radio no son solamente de sentarme a hablar, sino que hago entrevistas, recabo material en eventos, así que dedico mucho tiempo a la edición. Son programas tipo “magazine”. Realmente estoy muy ocupado.
En familia
P: ¿Y cómo es su vida fuera del trabajo, familia, amigos?
R: Mi esposa falleció en 1990. Tengo una hija de 65 años que vive en Jerusalem, un nieto viviendo en Tel Aviv y otro en Londres, que está casado y tiene dos hijas, o sea que yo tengo dos pequeñas bisnietas.Y la verdad es que tengo muchos amigos jóvenes, creo que los mayores están en sus 40. La verdad es que en un buen día yo me siento de 40 y en un mal día, de 50. Y me pasa mucho que cuando me encuentro con amigos veinteañeros que quieren venir a visitarme, muchas veces me dicen “tienes que conocer a mi mamá”, pero yo prefiero estar solo. Tengo ya más de 93 años y sé que una mujer de 75, por ejemplo, sería joven para mí, pero el promedio no estará tan bien como yo, pasarán contando dónde les duele, qué remedios toman y cuándo tienen que ir al médico.
P: No quiere tener esa responsabilidad...
R: Es que además, uno nunca sabe lo que la vida le depara. Y no quiero tener la obligación de tener que empujar una silla de ruedas ni que otros estén obligados a empujar la mía si la llego a necesitar…no creo que eso llegue a suceder, creo que estaré aquí mucho tiempo más, pero uno nunca sabe. Y cuando llegue mi momento, será con un micrófono en la mano. Le dije a mi hija que cuando llegue mi momento, me tire un micrófono a la tumba, porque quiero ser el primero en mandar una primicia de allí arriba.
P: ¿Y qué cree que nos contará desde allí?
R: Yo siempre informo sobre las cosas tal como son, sin dar vueltas. Así que también de allí arriba informaré así, veré qué tal es.
P: Hablábamos de genes.... pero creo que también es esencial una determinada actitud ante la vida ,no?
R: Yo cumplo años todos los días. Cada día cuando me levanto, digo “modé aní”, agradezco, y siento que celebro todos los días mi cumpleaños. Esto es un regalo. Soy feliz. No creo que nunca me retiraré. Hay que tomar la vida tal cual es. Además, miro a mi alrededor y veo cuán afortunado soy, cuán privilegiado soy de estar vivo a esta edad, vivo y bien, algo que no es sobreentendido . Veo gente mucho menor que yo con andadores y sillas de ruedas, gente que no tiene ni la mitad de mi buen estado. Y mi actitud es que si esta es la situación, tengo que aprovecharla al máximo.
P: A Israel llegó hace no tanto ¿verdad?
R: Es cierto. La verdad es que quise venir ya en 1936 y no pude, no recibí la documentación necesaria de los británicos y luego pasaron los años. Cuando estaba acercándome a los 80 pensé que tenía que estar cerca de mi hija porque pensé que en Londres, si me pasaba algo, sería una carga para mi nieto, y que eso no era justo. Mi hija decidió radicarse en Israel y tiempo después llegué yo también, hace unos doce años, con lo cual yo cumplí un sueño que tenía desde jovencito. Yo había participado en un movimiento sionista juvenil.Y estoy aquí porque amo estar en Israel, con mi pueblo. Lo tomo tal cual es. No es ideal. Pienso que podría estar mejor en varios sentidos en Gran Bretaña. Pero amo estar aquí y este es mi país.
Cuando yo vivía en Alemania, y ya de niño vi a Hitler subir al poder, no tenía raíces en Alemania. No podía tener raíces en la Alemania nazi. Gran Bretaña lo tomé desde un principio como transición aunque finalmente viví allí muchísimos años. Ahora me siento en casa.