Trabajan con convicción. Y son el 60% de los voluntarios de Magen David Adom, que también atrae jóvenes de las Américas, África y Europa.
Ori Cohen iba en una ambulancia de Magen David Adom (MDA), Estrella de David Roja, con otros voluntarios cuando fueron alertados que una bebé de dos semanas, que estaba cerca de su ruta, había dejado de respirar. Trabajando rápidamente bajo la dirección de un técnico de emergencias médicas, Cohen y los muchachos le devolvieron la respiración a la niña y la llevaron al hospital. Los doctores dijeron que se pondría bien.
Cohen, de 16 años, es uno de los 11.000 adolescentes israelíes que hacen turnos en las ambulancias de la MDA en Israel, lo que representa un 60% del total de sus voluntarios.
“Que yo sepa, tenemos el cuerpo juvenil más grande en el mundo por porcentaje “, dijo Eli Yaffe, subdirector de formación de la organización. En otros países, agregó, los voluntarios de esa edad sólo pueden realizar tareas como transportar pacientes en lugar de responder en emergencias como lo hacen en Israel.
La MDA, que tiene 50 años de existencia, siempre ha aceptado adolescentes, pero inició un programa para jóvenes de 15 a 18 años en 1993 para que cumplan las 60 horas de voluntariado que exige el Ministerio de Educación a los estudiantes de secundaria.
“Ofrecemos un curso de formación de 60 horas y con sólo aprobarlo ya cumplen con el requisito. A partir de ahí seguir como voluntario depende de cada uno”, dijo Yaffe. Cada año unos 3.000 adolescentes se presentan a entrevistas para ingresar a la organización. Sin embargo, el número es mayor que el total de plazas disponibles.
“MDA es una organización donde realmente se puede ayudar a la gente, y eso es muy satisfactorio”, dijo Cohen a ISRAEL21c.
Tzippy Winter, de 18 años, hace un promedio de tres turnos al mes durante el año escolar y más durante las vacaciones.
“Eso le da experiencia a uno en el manejo de emergencias médicas y se aprende la importancia de ayudar a otros. Incluso viajar en la ambulancia con una persona mayor o con alguien a punto de dar a luz le hace sentir a uno que está haciendo algo increíble”, dijo.
Dina Abu Toameh, musulmana de Jerusalén de 17 años que habla árabe y hebreo, dice que las emergencias que le parecen más gratificantes son en las que puede interpretar árabe.
Dina Abu Toameh, joven árabe israelí, voluntaria en Magen David Adom
“En un turno dado podemos encontrarnos con árabes y judíos, pero a veces soy la única en el equipo que sabe árabe”, dijo. “En una ocasión, los otros tres voluntarios, que son judíos, y yo ayudamos a una anciana en un barrio árabe que tenía dolor de estómago pero fui yo quien la ayudó a comunicarse con el paramédico al mando”.
Abu Toameh está tomando cursos avanzados de medicina en la secundaria y espera ser paramédico algún día. Hizo el curso de voluntariado juvenil en hebreo, aunque también se ofrece en árabe. Su familia está muy orgullosa de ella, dijo, y “desde que comencé como voluntaria mi madre ya no se enfada cuando llego tarde a casa”.
Aunque la mayoría de las llamadas a la MDA no tienen que ver con trauma, los jóvenes están preparados para hacer frente a los casos complicados. Los que llevan al menos un año pueden asumir más responsabilidades, como la supervisión de voluntarios de menor edad. Alrededor del 35% de los adolescentes continúan su voluntariado después de prestar servicio en las Fuerzas de Defensa de Israel.
Entre junio y agosto 700 jóvenes hicieron un curso de manejo de desastres masivos, y alrededor de 230 asistieron a uno para instructores.
“El año pasado fui parte del equipo de adolescentes que estaba a cargo del programa para jóvenes”, dijo Winter. “Cuando hay un caso difícil llamamos a los voluntarios y les preguntamos cómo se encuentran y si pueden continuar con el turno, y también los llamamos o nos reuníamos con ellos después de que terminan. Si es necesario, un adulto les brindará ayuda más profesional”.
“A veces se ven cosas difíciles como suicidios o ataques terroristas”, pero uno siempre está rodeado de personas que te quieren y si el caso es difícil se comunican constantemente para ver si estás bien”, dijo Cohen.
Los cuestionarios de seguimiento han revelado que los jóvenes se sienten respaldados después de responder a emergencias graves. Pero, por otro lado, se sienten mal si el incidente sucedió en el turno de un compañero, agregó Yaffe.
Y no son sólo los jóvenes israelíes los que quieren ser voluntarios de la MDA. En los últimos 25 años, 6.500 adolescentes han venido de otros países a Israel para participar en un programa de seis semanas de formación y voluntariado con unidades en todo el país.
El año pasado, 427 voluntarios vinieron de Argentina, México, Panamá, España, Brasil, Australia, Bélgica, Canadá, China, Inglaterra, Francia, Alemania, Hungría, Irlanda, Italia, Marruecos, Holanda, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Tailandia y Estados Unidos.
“Organizamos 10 cursos al año y trabajamos con movimientos juveniles judíos de 20 países”, dijo Uriel Goldberg, coordinador del programa internacional Yochai Porat de la MDA. Los cursos también se adaptan para adolescentes extranjeros en programas de estudio en Israel y para jóvenes de 18 a 29 años que vienen por su cuenta.
“El curso de agosto tuvo 70 voluntarios”, dijo Goldberg, de 25 años.
Además de destrezas prácticas, aprenden liderazgo, trabajo en equipo y adquieren confianza en ellos mismos. Muchos hacen vienen a vivir permanentemente a Israel como hice yo después del programa “, dijo Goldberg. “Cuando llegué era un muchacho tímido de 18 años y la experiencia me cambió por completo”.