Podría haber terminado en tragedia
No es difícil imaginar el drama, aunque seguramente sólo sus protagonistas pueden calibrarlo plenamente. Dos jóvenes pilotos de la Fuerza Aérea israelí están en un vuelo de entrenamiento a 9 kms de altura, súbitamente se les desprende la cubierta de la cabina, quedan expuestos a duras condiciones climáticas….y la cubierta aterriza en el patio de una familia en la aldea palestina en los suburbios de Samoa en Cisjordania. Los dueños de casa se contactan con el ejército israelí, les cuentan lo sucedido y entregan la cubierta del F-15.
Los pilotos partieron el miércoles de la semana pasada de la base Tel Nof en dirección a un entrenamiento en el sur del país. Uno de ellos era el piloto principal y el otro iba como co-piloto. Cuando estaban a unos 30.000 pies de altura, cerca de 9 kms, súbitamente se desprendió la cubierta de la cabina del piloto, dejándolos expuestos a un frío intenso de -45°y fortísimos vientos.
Decidieron no abandonar el avión, avisaron a la torre de control de la base de Nevatim, en la que se declaró alerta máxima temiendo lo peor. Pero lograron aterrizar el avión sanos y salvos y sin daños de ningún tipo al F-15, algo que no era sobreentendido en las condiciones creadas.
“El piloto aterrizó como si estuviera conduciendo una moto a alta velocidad, bajando la cabeza”, dijo un alto oficial de la Fuerza Aérea, citado por el portal israelí Ynet. ”Fue un cambio de 0 a 100, con un estruendo bastante grande. Los pilotos tuvieron que hablar entre sí a los gritos. Es muy raro un desperfecto así, que la cubierta se desprenda súbitamente, sin advertencia ninguna, sin que ninguna luz en el panel indique que hay un problema. Habrá habido 3 ó 4 casos similares en las últimas varias décadas”.
En un comunicado oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel, se destacó “la valentía y el profesionalismo” de los jóvenes pilotos.
Según el audio del contacto entre los dos pilotos que fue publicado el lunes, se nota que en los primeros segundos estaban confundidos pero que rápidamente supieron cómo hacerse cargo de la situación. Un alto oficial de la Fuerza Aérea dijo que los pilotos actuaron de una forma admirable: por un lado tuvieron que bajar la velocidad de vuelo y bajar lo más bajo posible y por otro lado, aterrizar lo antes que puedan, todo eso envueltos en un viento sumamente potente que les dificultaba la comunicación entre ellos mismos.
“Habría sido legítimo que abandonen”, dijo el alto oficial citado en “Ynet”. “Pero ellos sintieron que son capaces de aterrizar sin que sus vidas corran peligro. Pocos pilotos habrían logrado hacerlo así. Esta situación requería una alta destreza de vuelo y nervios de acero”.
Al aterrizar en Nevatim, todos sus colegas, entre ellos muchos con mayor experiencia, los felicitaron por su capacidad de maniobrar, por el ingenio y la destreza con que supieron reaccionar rápidamente y salvarse a sí mismos y al avión.
El Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea General Amikam Norkin ordenó suspender todos los entrenamientos de los F-15 tipo “Baz”como el del incidente en cuestión, hasta que se logre comprender qué fue lo sucedido.