De boca el General (retirado) Amir Eshel, ex Jefe de la Fuerza Aérea de Israel.
Dani Schifenbauer (z"l), nacido en Montevideo, llegó a Israel junto a sus padres y hermanas cuando tenía 6 años de edad, y el Estado Judío se convirtió en su hogar. No olvidó jamás a Uruguay, que siguió siendo parte de su vida aún a la distancia, en gran medida porque su país natal seguía estando presente en la dinámica de su familia.
Pero su vida diaria estaba en Israel y cuando llegó el momento de enrolarse al servicio militar obligatorio, tuvo claro que con ello, estaba cumpliendo una misión para defender al país. Se enroló en la Fuerza Aérea, llegó a ser piloto de helicópteros de combate y y poco antes de ser ascendido a Teniente Coronel, se estrelló durante un entrenamiento en Rumania. Recibió el rango post-mortem, como homenaje a su destacada trayectoria.
Conversamos recientemente sobre una variedad de temas con el General (retirado) Amir Eshel, que fue Jefe de la Fuerza Aérea y conoció a Dani de cerca. Dado que sabía de antemano que sería publicada en este medio, poco después de sentarnos, ya antes de comenzar a grabar,nos contó sobre su amistad con Dani. Así lo recordó, con una combinación de admiración y cariño.
P: Amir, cuénteme un poco sobre el vínculo que tenía con Dani Schiffenbauer. ¿Qué recuerda de él?
R: Lo conozco muy bien, lo conocí de cerca. Cuando yo era Jefe de la base de Tel Nof, él era el vice comandante de una escuadrilla, así que el contacto era cercano. Era un muy buen piloto, sumamente profesional. Era como un ingeniero, muy exigente en los detalles.
P: Suele decirse que la Fuerza Aérea toda es un cuerpo que se fija mucho en todos los detalles, exigente consigo mismo ¿verdad?
R: Sí pero él era más que todos, mucho más exigente que la mayor parte de la gente que conozco. Estaba claro que iba a seguir progresando, que seguiría adelante, hasta que ocurrió la tragedia. En su caso sin duda podía decirse que le esperaba aún un gran futuro.
P: Que quedó trunco por el accidente.
R: Así es. Te diré que también conocí otra dimensión de su personalidad a raíz del accidente que ocurrió en la segunda Guerra en Líbano en el 2006, cuando un helicóptero Yas´ur de la Fuerza Aérea se estrelló. Era de la escuadrilla de Dani. En aquel momento yo aún no estaba en la misma base que él, pero a ese nivel hay muchas conexiones, y vi el vínculo que él desarrolló con las familias de los caídos en ese accidente. Él estuvo al frente de todo lo relacionado al trato con esas familias. Lo hizo de una forma fantástica. Yo me mantengo en contacto con todos ellos hasta hoy, y no olvido nunca lo que Dani hizo por ellos.
P: Y años después, fue su propio Yas´ur el que cayó.
R: Así es, en el 2010. Yo estaba llegando a Washington a conversaciones oficiales y recibí un llamado en el que me notificaban que había caído un helicóptero nuestro en un entrenamiento. Pedí ante todo saber los nombres de los caídos. Dani era uno de ellos. Y yo conocía a absolutamente todos. Fue sumamente duro.
P: Me imagino que a lo largo de la carrera militar, casi todos, en los altos mandos al menos, habrán pasado por esa difícil experiencia de perder soldados y amigos.
R: Depende, evidentemente. Es un tema muy difícil por supuesto. Pero creo que en lo relacionado a muertes a raíz de accidentes en entrenamientos, hemos logrado reducir muchísimo el problema. Recuerdo que en los años 80 la situación era otra, totalmente diferente. Hoy, afortunadamente, los números son mucho más pequeños. Claro que somos una familia no tan grande y de una forma u otra, nos conocemos todos, a unos más, a otros menos. Pero sin duda cuando yo era un piloto joven, ese tipo de accidentes ocurrían todo el tiempo. También caídos en operativos eran muchos más.
Un mensaje optimista sobre el futuro de Israel
P: Amir, usted ya está retirado hace unos años y le falta mucho aún para los 120 como para resumir. Pero ya ahora tiene claro, estimo, que haber sido Jefe de la Fuerza Aérea del Estado judío fue un punto muy especial en su vida, seguramente ubicado allí arriba en el orden de grandes cosas logradas.
R: Sin duda, fue un enorme privilegio. Además, fue una época sumamente interesante, compleja e interesante. Con muchos desafíos, también con alegrías, tristezas, logros, momentos menos exitosos, de todo.
P: ¿A qué se dedica hoy?
R: A tres áreas relacionadas a emprendimientos de negocios y todo mi plan por el tema de una fórmula de servicio en el que participen absolutamente todos los ciudadanos.
P: Algo de lo que me ha contado y que publicaremos por separado.Y con la combinación de su trayectoria y su acción hoy ¿cómo ve a Israel?
R: Yo tengo presente ante todo que tenemos una historia de miles de años. Hay que poner las cosas en la proporción debida por un lado y por otro ser consciente de los desafíos internos, que creo que son más significativos que los externos. Debemos saber que somos capaces de hacer conexiones fuertes en nuestro plano interno para garantizar nuestro futuro. Creo que es muy sencillo.
P: ¿Y cree que Israel siempre vivirá luchando?
R: Siempre lidiamos con desafíos y creo que eso continuará. Pero hoy somos mucho más fuertes que años atrás, aunque eso no significa, claro está, que no tengamos que enfrentarnos a nuevos desafíos complejos. Lo seguro es que debemos ser fuertes. Este no es un lugar para débiles. Y si sabemos manejarnos bien por nuestro camino, podemos reducir los riesgos y asegurar nuestro futuro.
P: Y usted dice que justamente para poder vivir en calma, aunque no sé si realmente en paz en el pleno sentido de la palabra, hay que ser fuertes.
R: Siempre. No se puede lograr la paz si uno no es fuerte. Eso lo tengo clarísimo.
P: ¿Cree que realmente habrá paz?
R: No hay razón para que no se llegue a eso.
P: O sea que usted es optimista al respecto.
R: Creo que es posible.No mañana por la mañana, pero seguro que es posible. Hay cosas que no pensamos que serían posibles, y ocurrieron. ¿Acaso después de la Segunda Guerra Mundial alguien pensaba que podría haber paz con Alemania? Reitero algo de lo que estoy convencido. A nuestro pueblo le ocurrieron cosas increíbles así que seguro no diré que la paz es imposible. Hay que esforzarse para ello, pero es posible.
P: Gracias Amir. Por su tiempo y por este mensaje alentador.
R: Gracias a ti por tu interés.