Tenemos el honor de compartir con nuestros lectores MiSinaí No. 34. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros.
No. 34
Vaerá
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Horario de velas de Shabat en Montevideo, viernes 23/01 19.39 y Punta del Este 19.34
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LIBERTAD EN CINCO DIMENSIONES
Por Tali Loewenthal
Nuestros sabios hablan de la relación cercana que hay entre el individuo y la historia del pueblo judío descrita en la Torá. Los grandes eventos de la esclavitud en Egipto y el Éxodo narrados en nuestra parashá tienen lugar dentro del mundo personal de cada hombre y mujer que viven hoy.
Un ejemplo de esto son las plagas, prominentes en nuestra parashá. En Pesaj, leyendo la Hagadá, recitamos la lista de ellas, derramando una gota de vino por cada una. Luego la Hagadá relata la discusión entre dos antiguos sabios, Rabí Eliezer y Rabí Akiva.
Rabí Eliezer dice que cada plaga de hecho consistió de cuatro plagas. Rabí Akiva dice que no son cuatro, sino cinco. Sentados en la mesa del Seder, recitando sobre la Hagadá manchada de vino, lo pasamos rápidamente para llegar a la Matzá, las hierbas amargas y la comida. Pero ¿qué es lo que estos sabios nos están diciendo hoy?
Es en este punto donde podemos descubrir algo sobre el proceso de dejar Egipto en un nivel interno y personal.
La función de las plagas en la historia fue quebrar el poder negativo de Egipto y el Faraón, el tirano que esclavizaba al pueblo judío. Internamente, el equivalente de las plagas es nuestro intento de romper nuestra propia situación de esclavitud. ¿Quién o qué nos esclaviza? Nuestros propios deseos negativos, nuestro propio egoísmo.
En esta esclavitud interna hay cuatro niveles de acuerdo a Rabí Eliezer, y cinco de acuerdo a Rabi Akiva. Entendiendo esto, seremos más capaces de aplicar las “plagas” para liberar nuestro ser interior.
El primer nivel es cuando lo negativo dentro de nuestro tiene tanto poder sobre nosotros que nos puede forzar a hacer algo malo. Este es el nivel llano y simple de la vida diaria, en la cual la persona lucha por tener control sobre su comportamiento.
El segundo, más sutil nivel de esclavitud es cuando la persona hace lo correcto, pero siempre está preocupado por lo que otra gente está pensando de él. Está atrapado por su propio concepto de la sociedad.
El tercer nivel de esclavitud es aún más sutil. La persona tiene un sentido de libertad, y está por encima de la opinión de otras personas. Pero permanece limitada por su propio intelecto y entendimiento. Se queda frío, sin pasión. En cambio la enseñanza judía demanda de nosotros que vayamos más allá de está limitación: “Amarás a D-os con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza”. Hay situaciones que exigen algo más que fría racionalidad.
El cuarto nivel es que la persona puede ir más allá del entendimiento. El o ella actúa con autosacrificio. En lo que a Rabí Eliezer concierne, este es el nivel más alto alcanzable.
Pero Rabí Akiva todavía puede ver un posible problema. La persona puede continuar atrapada por su propio sentido de correctitud: “¡Me estoy auto sacrificando! ¡¿No soy un fenómeno?!” Para Rabi Akiva el quinto nivel de libertad es cuando la persona está totalmente libre de sí misma.
Entonces puede dedicarse verdaderamente al servicio de D-os, trayendo en última instancia la Redención, no solo para ellos sino para todo el mundo.
DISTINCIONES SANAS
[D-os le indicó a Moisés que le diga al Faraón] “Haré la redención que distinguirá entre Mi pueblo y tu pueblo.” (Shemot 8:19)
El aspecto más temible de esta plaga era que la manada de animales salvajes atacaba como una mezcla desordenada en vez de por especies. Esta anarquía y el terror que inspiraba es similar a lo que sucede cuando se traspasan los límites morales que mantienen a la sociedad intacta.
Hay valor en cuestionar la moral establecida de la sociedad secular, pero siempre y cuando estamos firmemente parados en nuestro compromiso para con los valores Divinos de la Torá. Sólo cuando tenemos claro qué valores son auténticamente sagrados, podemos evaluar apropiadamente cada elemento de la cultura secular y elegir qué absorber y que rechazar.
Cuando abrazamos esta distinción esencial entre valores sagrados y no sagrados, nos es más fácil mejorar nuestra conexión con D-os.
Likutei Sijot, vol. 11, págs. 32-33.
PARASHÁ EN 30"
Shemot (Éxodo) 6:2 – 9:35
En la segunda sección del libro de Éxodo D-os comienza el proceso que llevará a la liberación de los judíos de la esclavitud egipcia. Primero le informa a Moisés que es crucial que él y el pueblo judío demuestren la misma fe en D-os que los patriarcas cuando él se apareció (Vaerá en Hebreo) a ellos. Después de algunas preparaciones adicionales, D-os comienza a golpear a los egipcios con plagas.
LOS CABALLOS Y LA TESHUVÁ
Uno de los Jasidím del Alter Rebe, tenía un yerno que era un gran sabio de la Torá y que no pertenecía a ninguna rama de Jasidím. Pasaron algunos años y el joven se desvió del camino de la Torá, dedicando la mayoría de su tiempo a montar a caballo, vanagloriándose de su idoneidad sobre los equinos. Su suegro le pidió que lo acompañara a visitar al Rebe, más el muchacho contestó que sólo iría montando su caballo.
Cuando llegaron a Liozna, el Alter Rebe le preguntó: "¿Dime cuál es, en esencia la diferencia entre un caballo bueno a uno que no lo es?"
Contestó el joven: "En el mismo tiempo en que el caballo débil recorre un kilómetro el fuerte avanza cuatro".
"¿Y qué sucede cuando el caballo fuerte se equivoca de camino?, ¿Acaso no se internaría más rápidamente en el bosque?", pregunto el Rebe.
"Es cierto", reconoció el muchacho, "pero al darse cuenta de su error, retornará mucho más aprisa".
El Rebe repitió esas últimas palabras con mucho fervor, y de pronto el hombre comprendió la intención del Alter Rebe, y se sintió conmovido retornando al poco tiempo al camino del bien.
BENDICIONES ANTES DE COMER 1
El mundo es un templo, y la comida es algo divino siempre y cuando bendigas a su Creador antes de comer o beber.
Los diferentes alimentos tienen diferentes bendiciones, pero todas las bendiciones empiezan de la misma forma: “Bendito eres Tú, Hashem nuestro D-os, Rey del Universo…”. Lo único que tienes que recordar son seis formas de finalizar diferentes:
Antes de hincar los dientes en ese apetecible fruto del árbol, di: “…que crea el fruto del arbol”.
Para las verduras o las frutas que crecen de plantas (como por ejemplo, ananá-piña o banana), di: “…que crea el fruto de la tierra”.
Si es algo hecho con harina de trigo, cebada, avena, espelta o centeno (pero no es pan) di: “…que crea distintas clases de comidas”.
Dice el Rey David en sus Salmos que “el vino alegra el corazón del hombre" y "el pan nutre el corazón del hombre”. Por eso, los dos tienen sus propias bendiciones. Para el vino (o el jugo de uvas): “… que crea el fruto de la vid”. Para el pan: “… que saca el pan de la tierra”.
Para todo lo demás que comes, por ej., lácteos, carne, huevos, y para las bebidas: “… por cuya palabra todo fue creado”.
Y ahora, unos cuantos detalles muy importantes:
- Una sola bendición cubre todos los alimentos que entran en la misma categoría. ¿En el plato hay un durazno y una ciruela? La bendición del durazno sirve también para la ciruela.
- El pan y el vino son “los reyes de la cocina”. Una vez que dijiste la bendición del pan, todos los otros alimentos y todas las otras bebidas (excepto el vino) de esa comida quedan cubiertos por esa bendición. Y la bendición del vino cubre todas las otras bebidas que uno bebe junto con el vino.
- Al comer una comida que contiene pan (o alimentos horneados hechos de harina de cereal en una cantidad que alcance para que uno quede satisfecho), llevamos a cabo el ritual de lavado de las manos antes de recitar la bendición.
- Ahora seguramente te preguntarás “¿Y qué pasa si en el plato tengo una mezcla de distintas clases de alimentos?”. No te preocupes, lo explicaremos la semana que viene.
MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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