(Parte del material fue tomado de Palestinian Media Watch)
El libelo de “Al Aksa está en peligro” no tiene nada de nuevo. Quienes están interesados en caldear los ánimos y despertar odio hacia Israel, lo usan desde hace tiempo, acusando a Israel de tomar todo tipo de medidas para destruir la mezquita sagrada, para desmoronarla, agrietarla y robarla de manos musulmanas.
Lo especialmente peligroso del tema es que incita al odio religioso, el cual, como ya es sabido, es un aliciente especialmente complejo que envenena mentes y lleva a acciones concretas. En más de una oportunidad, terroristas perpetraron atentados diciendo claramente que lo hicieron “para vengar Al Aksa” o para “defender a la mezquita de Al Aksa”.
El problema es que no se trata de iniciativas particulares y aisladas de gente radical, sino de un planteamiento presentado por las propias autoridades palestinas. Recientemente, fue un presentador oficial en la Televisión de la Autoridad Palestina quien se refirió al tema afirmando que Israel “cava debajo de la mezquita de Al Aksa para construir el supuesto Templo de Salomón”. Nótese que además de la difamación, peligrosa de por sí, aparece la negación histórica, nuevamente, respecto a lo que fue el Templo Sagrado judío: “supuesto”, dice el periodista palestino, sugiriendo claramente que no es seguro siquiera que haya existido.
En el programa en cuestión, “La Autoridad Suprema”, transmitido el 19 de diciembre en la televisión de la AP, el periodista entrevista al Dr. Ibrahim Al-Rabi, presentado como experto en Derecho Internacional. Al parecer, aquí sí serviría el término “supuesto”. “Sobre el Muro (occidental) que los judíos alegan es el remanente del Templo de Salomon, debe comprenderse que UNESCO ha dicho que no tiene conexión con los judíos sino que es legado islámico. En otras palabras, es sujeto de control palestino y los judíos no tienen ningún derecho a él”.
Al servicio del libelo anti-israelí, de carácter claramente antisemita, se suman también las caricaturas en la prensa oficial palestina. El 10 de enero salió esta secuencia en el periódico oficial de la Autoridad Palestina Al Hayat al-Jadida: un soldado intenta entrar a la mezquita con evidente intención de destruirla, por lo que lleva en la mano, lo frenan, y en la imagen siguiente aparece cavando debajo de la mezquita.
Lo más pecaminoso es cuando todo esto se canaliza también a los programas infantiles en los que se presenta a los judíos con estereotipos antisemitas, mintiendo e incitando al odio. Hamas ya lo hizo años atrás. Y el tema sigue vivo.
El “trabajo” en este sentido es continuo. Recibimos a menudo de fuentes de información palestina, reportes sobre “colonos que irrumpieron a Al Aksa”. Vienen acompañados de fotos en los que se ve a grupos de judíos caminando por la zona del Monte del Templo, no dentro de las mezquitas ni “irrumpiendo” a ningún lado.
Claro está que las visitas de judíos al lugar, enfurecen a los musulmanes. Y el aumento considerable de la cantidad de gente a la que se permite subir al monte sagrado, los preocupa. Si no estuvieran continuamente expuestos a la mentira de “Al Aksa está en peligro”, no tendrían por qué ver en esos grupos que simplemente recorren los patios exteriores y ni entran a las mezquitas, amenaza alguna.
“Vienen protegidos por la fuerzas de ocupación”, dicen los mensajes en cuestión, en referencia a la policía israelí que los acompaña. A decir verdad, si bien claro está que los efectivos policiales los cuidan, también los vigilan para cerciorarse de que no recen en el lugar, parte de las limitaciones del “status quo”.
El Monte del Templo, que para los musulmanes es “Al Haram al-Sharif”, todo el complejo en el cual se hallan la mezquita de Al Aksa y el Domo de la Roca, es la zona más sagrada para los judíos, dado que allí estuvieron en la antigüedad el Primer y Segundo Templo Sagrado. Pero dado que ahora están las mezquitas, controladas por el Waqf islámico, los no musulmanes pueden visitar sin entrar a ellas, pero no rezar, parte del pacto no escrito entre las partes. Esto significa que quienes están limitados en el Monte sagrado no son los musulmanes sino los judíos. Los musulmanes pueden acceder al monte por cualquiera de las puertas, a cualquier hora, todos los días, mientras que los judíos pueden hacerlo sólo por una, en un horario determinado.
Pero el libelo de “Al Aksa está en peligro” sigue divulgándose continuamente, encerrando como siempre un potencial sumamente explosivo.