David ben Jaim

David ben Jaim

Nació el 11 de Abril de 1933 en Concepción, Chile. El año 1939 la familia se traslada a Santiago. El año 1943 se incorpora al JIS (Juventud Israelita Sefaradí) formando parte de la Directiva que en 1947 adhiere a Hanoar Hatzioní, quedando a partir de ese instante, integrado al sionismo en forma indivisible. Sus primeros comentarios los escribió a partir de 1964 y de 1970 en adelante, se incrementan hasta llegar a ser parte de su ser. Estos comentarios se han publicado en la casi totalidad de medios comunitarios chilenos, principalmente en El Vocero y Jadashot de la Comunidad Sefaradí. En la actualidad, es columnista habitual del portal electrónico ANAJNU.

Columna de opinión

“Adios Mohamed Maydi Wahbeh”

Queridos amigos, Mohamed Maydi Wahbeh, era un niño de tan sólo 3 años, que nació y vivió en el campamento de refugiados palestinos, Nahr al Bared, en Líbano.

¿Quién era y cómo me enteré de su corta y trágica existencia? Leyendo ANAJNU del 10 de Enero 2019 me encontré con un comentario titulado “Niños palestinos víctimas del “apartheid” árabe” escrito por Jaled Abu Toameh y su contenido me impactó, ya que se trata de un niño “palestino” que murió a las puertas de un hospital libanés, porque sus padres no disponían de US$ 2.000 para abonar, previo a su atención.

Veamos en primer lugar la categoría de “palestino” de un niño nacido en Líbano, cuyos padres y muy probablemente, abuelos y bisabuelos, nacieron igualmente en Líbano. ¿Cómo es posible que el mundo supuestamente civilizado, permita que los países árabes sigan discriminando a los “refugiados palestinos” desde 1948, cuando huyeron voluntariamente de sus hogares, luego que los poderosos ejércitos de la Liga Árabe, invadieron al recién creado Estado de Israel, hacinándolos en campamentos miserables y en condiciones infrahumanas, sin  que hasta la fecha, pasado 70 años y con varias generaciones de relevo, no les permiten liberarse de tal horror humano, no igualado en pleno siglo XXI?

Israel, permanentemente está recibiendo en sus hospites a cientos de niños palestinos, sirios y de múltiples naciones, cada vez que recurren a sus servicios, siendo admitidos sin demora y sin discriminación alguna, hasta que son dados de alta, en forma absolutamente gratuita. Las puertas de los hospitales israelíes, siempre, 365/24, están abiertas para quienes llegan en busca de sus servicios, sin ser consultados sobre nacionalidad, religión o sexo. Sólo prima la obligación moral de recibir los servicios que salvarán sus vidas, conviviendo médicos, enfermeras, auxiliares y enfermos, en un crisol de religiones, como son los israelíes judíos, musulmanes o cristianos.

Lo más asombroso es que al finalizar su comentario, Jaled nos narra cómo el gobierno y las autoridades médicas libanesas, culpan a Israel por  su política de “apartheid” como causa de la muerte de Mohamed. Ya sé que esta acusación no sólo que carece de credibilidad. También reviste una hipocresía al límite de lo absurdo, lo que hace innecesario argumentar nada que avale mi afirmación.

La UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados palestinos) recibe para la manutención  y protección de los “refugiados palestinos”  cantidades infinitamente superiores a lo que recibe la ACNUR, que se preocupa de TODO el resto de refugiados, a nivel mundial, no “tuvo US$2.000” para ayudar a salvar la vida de un niño de 3 años, por ser palestino, en circunstancias que su razón de ser y existir, se supone es para “proteger y preocuparse de los refugiados palestinos.    

Tengo muy claro que esta noticia no la encontraremos en nuestra prensa, ya que nadie en su sano juicio, salvo los libaneses, se atrevería a culpar de ello a Israel. Que musulmanes maten a musulmanes, ya no es noticia. Que muera un palestino, a manos de un israelí, será profusamente difundido, sin importar los motivos o circunstancias de su fallecimiento. Los organismos internacionales se apresurarán a condenar a Israel. Manifestaciones palestinas, con desmanes espantosos, serán justificados cínicamente. Que Mohamed se haya ido a tan tierna edad, por US$2.000 que no tenía el padre, a nadie le interesa.

Estoy seguro que este no debe ser el primer caso de un niño o adulto palestino, falleciendo por falta de atención. Las propias autoridades palestinas, han logrado el respaldo de las naciones árabes, para que sus hermanos palestinos, vivan encerrados, degradados y martirizados, hasta límites increíbles. Ello cumple tres grandes propósitos: Aportar cuantiosas riquezas a sus dirigentes, provenientes de los cientos de millones de dólares que anualmente reciben como ayuda internacional y buscar escusas escandalosas, para condenar a Israel. Que ello signifique el sufrimiento de su propio pueblo, carece de importancia. La tercera razón, es la más hipócrita de todas ya que les da excusa perfecta, para no lograr jamás la paz con Israel. Si salieron de Israel aproximadamente 700 mil personas, ahora pretender que se permita “el retorno” de 5 millones, según estimaciones de las propias autoridades palestinas, carece de toda lógica ya que ello significaría la desaparición del único Estado Judío del mundo, en menos de una generación, al transformarse Israel en un país musulmán.

¿Alguien en su sano juicio, puede imaginarse el descalabro que significaría que todos los millones de refugiados europeos, luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, quisiera retornar a sus países de origen, incluidos sus descendientes? Nuevamente, nos debemos preguntar ¿Por qué lo que para cualquier persona, pueblo o nación, es un absurdo inimaginable, se puede pretender que  sea obligatorio para Israel?

Debemos recordar que, acorde a los deseos palestinos, para reconocerle a un refugiado su “derecho ancestral” al retorno, basta que demuestre que vivió en el hogar que abandonó el 48, dos años, para atribuírsele la calidad de “ancestral”

Jaled nos da abundantes nombres de periodistas y ciudadanos libaneses que acreditan y condenan este macabro obrar libanes. Para quien se interese, recomiendo leerlo directamente en ANAJNU, yo me limito a demostrar una vez más, el doble estándar y la ceguera de tantos países que, guiados por su antisemitismo endémico y mal disimulado, siguen pensando que el pueblo judío  aún vive en la Edad Media, en donde se le prohibía y se le impedía rigurosamente, la posibilidad de defenderse.

Mientras tanto, descansa en paz Mohamed Maydi Wahbeh. Espero que, luego de leer este comentario, no sea yo el único que lamenta y sufre por tu pronta y cruel partida a tan tierna edad y sin culpa alguna.

David ben Jaim

David ben Jaim
(22 de Enero de 2019 a las 09:29)

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