Israel

Análisis: Netanyahu parece ser el gran ganador de las elecciones israelí

A las 22 horas de Israel, al cerrarse las urnas en todo el país, fueron publicados en los tres canales de televisión israelíes los resultados de boca de urna, que dan una clara victoria al Primer Ministro Biniamin Netanyahu. Su partido Likud pasa a ser el más grande pero lo central es que el bloque de derecha encabezado por él queda con 60 escaños, exactamente la mitad de la Kneset, uno menos de lo necesario para tener mayoría.

Formalmente, esto significa que el otro lado, el bloque opuesto a Netanyahu, también tiene 60 escaños.Recordemos que en la Kneset hay 120 diputados. Pero en esa parte de la Kneset, la interna es mucho más complicado.

Pero primero, veamos la distribución de escaños entre los partidos, sin olvidar que lo determinante es el bloque.

Mientras que los 60 encabezados por Netanyahu son parte de un bloque ordenado que se ha comprometido hasta por escrito a formar gobierno única y exclusivamente con él, en lo que se conoce como el bloque centro-izquierda (encabezado por Kajol Lavan) la interna es mucho más compleja y dividida.

Kajol Lavan que mantuvo tras las elecciones anteriores contacto con la Lista Conjunta (mayormente árabe) aunque sin llegar  realmente a avanzar hacia la posibilidad de concebir un gobierno con sus diputados, en la última campaña electoral dejó bien en claro que no sólo no formará gobierno con ese partido sino que tampoco se basará en sus votos para aprobar una coalición. Claro que matemáticamente, los números no daban.

A eso se agregaba el hecho que el ex ministro Avigdor Liberman del partido Israel Beiteinu, aunque sumamente crítico de los partidos ultraortodoxos del otro lado del mapa político israelí, no aceptaría bajo ningún concepto formar una coalición conjuntamente con los diputados árabes. Meses atrás, aún antes de las elecciones de setiembre último, dijo una frase muy clara al respecto: “Los partidos ultraortodoxos (haredim) son mis adversarios. La Lista Conjunta son mis enemigos”.

Claro está que los números de boca de urna, no son aún los resultados oficiales. Ya ha pasado en elecciones anteriores, como en el ejemplo especialmente dramático de 1996, que –tal como se dijo entonces en Israel- “nos acostamos con Shimon Peres y nos levantamos con Netanyahu”. La referencia era a aquella primera vez que Netanyahu se convirtió en Primer Ministro. Puede haber cambios. Pero no parece que puedan cambiar la tendencia. Aún si el escrutinio quita algún escaño a la derecha, la distancia entre el bloque Kajol Lavan y Avodá (laborismo)  -o sea dejando afuera la Conjunta-y la mitad más uno, es demasiado grande como para poder ser salvada.

De todos modos, las conclusiones definitivas podrán ser sacadas, al parecer, recién con los resultados oficiales.

Es relevante recordar que también en las elecciones de abril 2019, el bloque encabezado por Netanyahu alcanzó 60 escaños. Estaba cerca de la mitad más uno, pero no la consiguió. Si se confirma este resultado también en el escrutinio real, la opción del Likud será evidentemente intentar conseguir un “desertor” del otro lado, de Kajol Lavan.

Algunas otras apreciaciones, partiendo por cierto de la suposición que la tendencia de la boca de urna se confirma en el escrutinio real.

-El resultado es un logro personal de Netanyahu. Se puso toda la campaña sobre los hombros, recorrió el país a lo largo y a lo ancho, participó cada día en varios mitines electorales, y consiguió transmitir su mensaje. Logró quitar legitimidad  a Beni Gantz-en lo cual ayudaron los errores del propio Gantz-, convenció a la mayoría de que él es el único que puede cuidar a Israel y que el otro lado, es un peligro.  La otra cara de la moneda de ese logro del Primer Ministro, fue la campaña divisiva y negativa para la sociedad israelí, que convirtió el término “izquierda” en un insulto y pintó a sus opositores como enemigos del Estado.

- Cabe recordar que Netanyahu consiguió todo esto, a pesar de haberse confirmado ya que va a juicio, el cual comienza el 17 de este mes. Esto puede ser interpretado de dos formas, no necesariamente contradictorias. Una, es que convenció a sus votantes que él es clave para el futuro de Israel y que  eso es mucho más importante que cualquier otra consideración. La otra es que convenció a mucha gente de que su imputación y la inminente apertura de un juicio en su contra por sospecha de corrupción, es producto de una persecución política con herramientas jurídicas, que los cargos son fabricados y que él se halla en esta situación porque la Policía, la Procuraduría, los Jueces y los medios quieren quitarlo del medio. Y con ello, consideró que causó un serio daño al Estado de Derecho en Israel.

- Otro gran ganador es el partido árabe, la Lista Conjunta, que al parecer sube 1 ó 2  escaños.  Precisamente los recurrentes ataques de Netanyahu tanto a sus diputados como a Kajol Lavan, alegando que piensa hacer coalición con los árabes, dieron a la  Conjunta elementos para convencer a numerosos ciudadanos árabes que pensaban quedarse en su casa, a salir a votar.

- Para terminar, una cita de Yohanan Plesner, Presidente del Instituto Israelí de Democracia, al comentar los resultados de la boca de urna:

“Mientras debemos aguardar los resultados finales, es indudable que el Primer Ministro Netanyahu  ha ganado un mandato político significativo del pueblo israelí. Los israelíes expresaron su apoyo al hombre que perciben como quien les proporcionó seguridad y prosperidad. Al mismo tiempo, el país se dirige a una situación de incertidumbre constitucional. El 17 de marzo comenzará el juicio del Primer Ministro y el país se hallará en una situación sin precedentes en la que el hombre a cargo de las instituciones de la ley y el orden comenzará su lucha para limpiar su nombre en los tribunales”.

Ana Jerozolimski
(02 Marzo 2020 , 18:27)

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