Preferencias con nombres y apellidos
Aún no está claro en absoluto cuál será el desenlace de las elecciones en Israel en términos de la formación del gobierno. Pero lo seguro, es que más allá de las posiciones políticas de cada uno, los ciudadanos que fueron a votar lo hicieron convencidos de que con ello, están cumpliendo con un deber.
Lital Goldman lo hizo bien acompañada con sus tres hijos, los mellizos Eitan y Lia de casi 5 años y Ela de 3. Son evidentemente muy pequeños para entender asuntos de Estado, pero Lital está segura de haberles logrado transmitir la importancia de involucrarse e influir en la vida del país.
“Se trata de usufructuar nuestro derecho democrático, de enseñar a los niños que es importante tomar parte, siempre con la esperanza de que las cosas mejoren y que tengamos aquí- que ellos tengan-un buen futuro”, nos dice.
Tuvo de fondo una buena ayuda del sistema educativo. En su jardín de infantes, aprenden sobre el país, que es un Presidente, quién es el Primer Ministro. “Les expliqué que cada varios años hay que elegir un nuevo Primer Ministro para que sea quien nos guíe pero ya antes, en el jardín tuvieron una actividad en la que cada uno votó qué hacer con dinero donado, a quién quisieran ayudar, así que ya entendían el significado de votar, y de qué es mayoría y minoría”, dice Lital.
Maia Dreier Liberman fue a votar con la menor de sus 3 hijos, Guili de 5 meses. Claro que a ella no le podía explicar nada, pero sí piensa en la bebé y en sus hermanitos mayores, los mellizos Dan y Yonatan, al decidir a quién elegir para apostar a un buen futuro para Israel. Analizando la situación, nos dice que “habría sido mejor no tener que llegar a estas elecciones, porque destacaron lo dividida que está la sociedad”. Está enojada con los políticos que “creo que se aprovechan de ello”. Le molesta en especial pensar en lo que ve como “el desperdicio de fondos públicos, que podrían ser destinados a la salud, a hospitales y educación”.
Le preguntamos qué habló con los varones-que la vez pasada la acompañaron a votar- sobre estas elecciones. “Les expliqué que hay dos candidatos, Beni Gantz y Bibi Netanyahu que compiten para ser Primer Ministro y tener la responsabilidad por el país. Les dije que nosotros votamos por Gantz”. Maia cuenta que algún compañerito del jardín les dijo a Dan y Yonatan que “Bibi robó” pero que ella les explicó que “el único que puede decidir si eso es cierto, es el juez”.
A Ohad y Noam por un lado y a Nadav por otro, los encontramos en la vereda aledaña a una escuela en el barrio Katamon en el que funcionaba un colegio electoral. Los dos primeros aún no tienen edad de votar, están en el penúltimo de secundaria, pero estaban como voluntarios en un puesto de Kajol Lavan. “Si votara, lo haría por Gantz, porque creo que hay que cambiar, traer una nueva esperanza”, dijo Ohad. Su amigo asiente y sostiene que “es verdad que Bibi tiene mucha experiencia, pero Gantz también fue jefe del ejército y en un país como Israel, en el que el tema de la seguridad es importante, eso es clave”.
Nadav, unos metros más adelante, estaba en un puesto del partido ultraortodoxo sefaradí Shas. “Creo que hay que votar Shas por todo lo que hace, pero además, apoya a Bibi para Primer Ministro, y eso es importante ya que si gana la izquierda, se cuidará menos al judaísmo”.
Ciudadanos en camino a votar o simplemente pasando cerca, entraban a veces en conversación –o discusión-con los jóvenes voluntarios en cada puesto. Gente en coche tocaba bocina y gritaba algo, a veces en contra y otras a favor.
El israelí, siempre muy discutidor, deja en claro sus opiniones. Lo principal, es poder votar.