Esta es una nota de análisis y también de opinión, aunque no esté en la sección editorial
Como todo el resto del mundo, Israel también lidia con el Coronavirus. Este viernes de noche se confirmó el primer fallecimiento, de un hombre de 88 años que estaba internado en el hospital Shaarei Tzedek de Jerusalem. Si bien quedará por cierto registrado formalmente como la primera víctima del Corona en Israel, se trataba de una persona con diversas enfermedades serias que además se contagió de Corona y fue internado por ello hace una semana. En los últimos días pasó inclusive un exitoso esfuerzo de hecho de revivirlo, por un problema de corazón.
Pocas horas antes de este hecho, viernes de mañana, el Ministerio de Salud Pública había confirmado el número oficial de enfermos de Corona en Israel. Llegaron a 705, de los cuales 15 ya se recuperaron y aproximadamente una decena se hallan en grave estado. Esto es un aumento considerable en pocos días, pero está claro que ello se debe no solamente a contagio sino también al hecho que al haberse comenzado a hacer muchos más tests de Corona, entran en el registro oficial todos aquellos que se descubre que se infectaron y que quizás sin ello ni siquiera pedían atención médica.
El aumento de los tests aumenta considerablemente los números, pero es un arma efectiva para combatir al virus y no tener que adoptar medidas más estrictas todavía en el marco del aislamiento de la población.
Esta es una de las luces de la situación en Israel al respecto. En los últimos días la cantidad de tests creció muy considerablemente y según dijeron no sólo las autoridades del gobierno sino-lo cual es más importante- autoridades de hospitales, desde el domingo se llegará a 5.000 por día y se seguirá subiendo. Esto significa que en proporción a la población, Israel estaría haciendo más pruebas aún que Corea del Sur, cuyo caso es dado como ejemplo por lo exitoso que resultó ser la gran cantidad de pruebas de Corona por día. Claro que la diferencia es que Corea del Sur lo hizo desde un principio mientras que Israel lo está haciendo cuando ya tiene más de 700 casos confirmados.
Israel es un país acostumbrado a lidiar con emergencias y grandes desafíos, aunque claro está que esto es algo distinto. En diversas ocasiones, hubo que prácticamente trasladar departamentos enteros de hospitales a un subterráneo, para protegerlos de la amenaza de misiles. Recordamos cómo en la segunda guerra en Líbano en el 2006, un misil impactó directamente en el departamento de Oftalmología en el cuarto piso del hospital de Naharia, el Centro Médico de la Galilea occidental, y quedó todo destruido. En el Centro Médico Rambam de Haifa y el Hospital Barzilai de Ashkelon existen sectores enteros a prueba de misiles. Realidad israelí.
Ahora se lidia con otro tipo de enemigo, que también impone desafíos.
En cuestión de días se crearon departamentos Corona en diversos hospitales. La presión no es solamente sobre los médicos y enfermeros que trabajan en esos departamentos, sino en los hospitales en general ya que de diversas secciones hubo que derivar personal médico a las nuevas necesidades.
En el hospital Hadassah Ein Kerem de Jerusalem están terminando de agregar una nueva sección con varias camas, al primer departamento que hicieron rápidamente. Todo con tecnología especial que permite comunicarse por computación y un sistema televisado novedoso, con los pacientes en aislamiento.
Y en el Centro Médico Sheba-Tel Hashomer abren este domingo una impresionante unidad enorme de Cuidados Intensivos, con 40 camas y equipos de avanzada, en lo que era hasta hace pocos días un estacionamiento subterráneo. Trabajan día y noche más de 200 personas para convertirlo en realidad. Está casi pronto. Al frente de dicha unidad estará un médico que dirige el departamento pediátrico…nuevamente esa movilización interna para responder a la emergencia.
Otra luz muy notoria, es la solidaridad, las movidas que hay en las redes y las iniciativas que pasan de boca en boca para ubicar cómo ayudar a quien lo necesita, sea a familias o gente sola que está en cuarentena, a ancianos que mejor que no salgan para exponerse a riesgos y precisan que se les lleve comida o compre remedios, y mucho más. El ejército participa en el esfuerzo nacional y jóvenes soldadas cuyo servicio lo hacen como maestras, estarán desde este domingo a cargo de los niños hijos de médicos que pasan todo el día en el hospital, en escuelas especiales para ellos que se abren al lado de los hospitales.
Como en todos lados, también en Israel hay sombras.
También en Israel están los irresponsables no sólo que seguían hasta hace poco (desde este viernes muchísimo menos) dando vueltas como si hubiera aquí vacaciones sino inclusive los que sabiendo que debían estar en aislamiento y hasta algunos confirmados como enfermos, salían a la calle poniendo en peligro a todos. La Policía ya ha intervenido en más de un centenar de casos, hay varios detenidos y procesos abiertos por estas violaciones de las instrucciones oficiales.
Pero la peor sombra es la que vemos arriba, en las autoridades. Por un lado, mi impresión es que el Primer Ministro Netanyahu maneja bien la crisis, dice la verdad a la población y toma decisiones correctas, junto con el Ministerio de Salud Pública, en lo que a las restricciones generales se refiere. Sin embargo, es lamentable que justamente en un momento así, Israel se halle sumido no solamente en la crisis del Corona, sino también en medio de una seria crisis política que afecta la credibilidad del gobierno y más que nada del Primer Ministro.
Como es sabido, Netanyahu es sospechoso de corrupción, por lo cual se determinó que va a juicio, el cual debería haber comenzado el 17 de marzo y se postergó para el 24 de mayo, en circunstancias discutidas, atribuidas al Corona…daría para mucho contarlo a fondo. Por lo menos la mitad de la población cree que cada cosa que dice y hace, también en relación al virus, es alguna maniobra para quedar al frente, para postergar el juicio o salvarse de él. No es una situación sana cuando el país se enfrenta a una crisis de la envergadura del Corona.
A esto se suma todo lo que ha pasado desde las elecciones del 2 de marzo, que nuevamente, al igual que las dos anteriores en setiembre y abril del año pasado, no arrojaron resultados que permitieran formar de inmediato un gobierno con mayoría clara y tajante. O sea, el lado anti Netanyahu encabezado por Beni Gantz tiene 61 escaños de los 120 del Parlamento, la mitad más uno, está formado por distintos partidos muy divididos entre sí, que lo único que tienen en común es el deseo de sacar a Netanyahu. Del otro lado, son 59, mucho más uniformes, pero minoría.
A pesar de que el lado opuesto a Netanyahu es claramente mayoría, el Primer Ministro no da marcha atrás en su exigencia de que él sea el jefe de gobierno en un gabinete de emergencia nacional que pidió públicamente sea formado. Alegando que la mayoría del otro lado no es legítima porque la logra con los votos de La Lista Conjunta, mayormente árabe, a la que ve como “pro terroristas”, rehusa dar marcha atrás, aunque todos los votos valen igual, de la ciudadanía judía y la ciudadanía árabe. Varias de las posturas más que condenables de La Lista Conjunta, son un tema aparte, que merece muchas críticas. Pero participaron legítimamente en las elecciones y son ahora parte de la mayoría.
El hecho es que con ese complejo escenario de fondo, cuando el Presidente de la Kneset Yuli Edelstein, del mismo partido que Netanyahu, rehusó reunir al Parlamento el último miércoles alegando que por el Corona hay limitaciones, estalló una protesta que en otro momento, sin el virus de por medio, seguramente habría sacado más gente a la calle. Las presiones fueron muy fuertes, hay una carta de destacados juristas exigiendo a Edelstein que convoque de inmediato al Parlamento ya que de lo contrario está dañando la democracia y hay ya una apelación a la Suprema Corte de Justicia.
La crisis Corona claro que requiere medidas que se exceden de lo común. Pero ello no puede incluir socavar la actividad parlamentaria. Según el Presidente de la Kneset, a comienzos de semana se reunirá el Parlamento, adaptado a la situación actual. Debe reunirse y poder controlar al gobierno. Eso es indudable.
Así fue siempre en la democracia israelí y así seguirá siendo.
Y volvamos a las luces, para terminar con optimismo.
En la lucha contra el Corona y por la presión general generada en los hospitales, trabajan juntos, hombro a hombro, como siempre todos los médicos israelíes, sea cual sea su identidad religiosa o comunitaria, médicos judíos y árabes, musulmanes y cristianos, drusos, todos. Enfermos con la kipá de los judíos religiosos y mujeres musulmanas con hijab.
Esta situación la conocemos desde siempre . No tiene nada de nuevo. Pero cuando por un lado el país todo está paralizado por el Corona (menos los hospitales) y por otro hay quienes quieren por sus críticas a un partido-aunque justificadas- quitar valor al voto de los ciudadanos árabes, es oportuno recordarlo. Esa fue siempre la situación en Israel. Y debe seguir siendo así.