Canciller Ernesto Talvi: “No era una opción, sino un imperativo ético”
(Imágenes: envío directo de Cancillería o cuenta de Twitter de Ernesto Talvi)
Esta imagen de portada, de uno de los pasajeros del buque australiano Greg Mortimer, besando el suelo del puerto de Montevideo al desembarcar para trasladarse al aeropuerto internacional de Carrasco para regresar a su país, gracias al espectacular corredor humanitario organizado por la Cancillería uruguaya, quedará grabada como símbolo de un gran capítulo de la historia nacional.
“Si todo sale bien Uruguay va a estar terminando un operativo humanitario complejo, pero necesario porque nosotros no lo consideramos una opción sino un imperativo ético. El mundo entero lo está reconociendo", aseguró Talvi.
Y todo salió bien.
El Canciller compartió cada paso de las distintas etapas, en las redes sociales, sin ocultar nunca su emoción.
Este sábado 11 de abril, concluyó la parte principal de la saga del crucero australiano Greg Mortimer, gracias al impresionante trabajo de la Cancillería uruguaya, en estrecha cooperación con los ministerios de Salud Pública, Defensa Nacional, Interior, Transporte y Obras Públicas y Economía y Finanzas. La parte principal, decimos, ya que partieron casi todos sus pasajeros, pero el buque, con la tripulación y algunos pocos pasajeros, aún está en Montevideo.
Según informó Montevideo Portal, el Canciller Ernesto Talvi explicó que la mayor parte de los pasajeros que van a quedar en nuestro país son tripulación. “Un grupo más joven y menos expuesto al riesgo, van a quedar en cuarentena hasta cuando termine el aprovisionamiento de agua y alimentos. Cuando termine la cuarentena seguramente podrán regresar a través de líneas comerciales a donde tenía destino el buque".
Talvi comentó que "tres internados (dos australianos y una británica) quedan internados en Casmu y el Hospital Británico". Dos de los dados de alta, que son filipinos miembros de la tripulación, vuelven al buque.
Poco antes de las 2 de la madrugada, partió del aeropuerto de Carrasco el avión charter de la compañía Hi Fly, contratado por la compañía de cruceros Aurora y enviado desde Australia para repatriar a 96 de sus ciudadanos y 16 neozolandeses.A ellos se agregan 3 de los pasajeros que habían sido hospitalizados en Montevideo y fueron dados de alta. Fue el corolario del más reciente corredor humanitario organizado por Uruguay, en exigentes condiciones de sanidad, en estrecha cooperación con sus pares en Australia y Nueva Zelandia, un esfuerzo que cruzó fronteras y que se ganó un claro reconocimiento internacional.
En otros esfuerzos similares para ayudar a otros buques, ya fueron repatriadas a sus países, 734 personas de 41 nacionalidades.
El Greg Mortimer había partido el 15 de marzo en dirección a la Antártica , con 128 pasajeros a bordo y 83 miembros de la tripulación. El 27 de marzo llegó a las costas de Montevideo.
De las 211 personas a bordo, 128 habían sido confirmados positivos en los tests de Coronavirus. Aunque la mayoría no tenía siquiera síntomas, hubo también 8 casos graves, que tuvieron que ser evacuados del barco y hospitalizados en Montevideo. De ellos, 5 fueron dados de alta este viernes, de los cuales 3 partieron en el avión.
Uruguay tomó muy en serio la situación en el crucero
Cuando el Greg Mortimer se detuvo frente a las costas de Montevideo, quedó claro que Uruguay tendría que prestar atención minuciosa a lo que ocurría a bordo, tanto para responder a un compromiso humanitario internacional, como para preservar la salud de la ciudadanía uruguaya.
Cancillería aclaró que “sólo las personas con riesgo claro de vida, en estado de salud grave, podrán descender del buque”. El Ministro de Relaciones Exteriores Ernesto Talvi aclaró que “por las Convenciones que el Uruguay tiene firmadas, estamos obligados a brindar esa asistencia y si no lo estuviéramos, la daríamos igual porque somos un país de tradición humanitaria”.Y en efecto, hubo varios casos de pasajeros que descendieron del buque para recibir tratamiento en Montevideo.
Cancillería anunció en su momento que los pasajeros y la tripulación serían testeados y atendidos a bordo por especialistas y enfermeros. Una lancha con 4 laboratoristas y 216 kits de testeo llegó al buque y testeó a todos los pasajeros. Todos los que dieron positivos, fueron aislados en una parte de la embarcación para evitar contagio.
Talvi recalcó de entrada que la única forma de que puedan descender del crucero es que haya un avión esperándolos para salir, del modo en que lo hicieron los pasajeros del resto de los cruceros en el marco de los Corredores Humanitarios.
Según informó Cancillería, el domingo 5 de abril, un equipo médico, coordinado por el Ministerio de Salud Pública e integrado por voluntarios del Casmu y del Hospital Británico, abordó el crucero Greg Mortimer para evaluar la situación sanitaria de sus 128 pasajeros y 83 tripulantes. Poco después, se confirmó que había un alto número de resultados positivos.
Seis de los pasajeros requirieron atención especializada y fueron derivados a centros médicos en Montevido.
El Ministerio de Salud Pública dispuso un sistema de telemedicina para evaluar continuamente la situación sanitaria a bordo del crucero Greg Mortimer.
La salida
Finalmente, el 9 de abril, el gobierno autorizó el aterrizaje y despegue de un vuelo chárter que llegaría como avión médico.
El 10 de abril, el Greg Mortimer atracó en el puerto de Montevideo, al haberse pactado ya cómo se desarrollaría el corredor humanitario para permitir el traslado de los australianos y neozolandeses a Carrasco, en camino de regreso a sus hogares.
"Se ha minimizado el contacto humano”, explicó el Canciller Talvi cuando todo ya estaba pactado y faltaba poco para poner en práctica el impresionante despliegue de seguridad para trasladar a los pasajeros del buque a Carrasco, sin que ello suponga peligro ninguno de contagio al personal que en las distintas etapas participaba del operativo.
Este sábado 11 de abril de madrugada, partió el vuelo de Carrasco hacia Australia.