Entrevistas

De Montevideo a Yad Vashem. La experiencia de la Profesora Fabiana Corcino.

El antes y el después del estudio de la Shoá

Fabiana Corcino es una de los 5 uruguayos que en enero último viajaron a Yad Vashem a cursos sobre la Shoa. Junto a Sandra Giménez, Sonia Elizondo y Santiago de Arteaga, participó en un seminario para educadores en liceos no judíos. Además, Chiara Zunino participó en el seminario para educadores que dan clases en instituciones judías. Cabe señalar que el vínculo directo entre los becarios y Yad Vashem, es el Centro Recordatorio del Holocausto en Montevideo.

Fabiana, con el certificado de fin del curso, junto a Eliana Rapp Badihi, Jefa del equipo educativo de Habla Hispana y Portuguesa en la Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto en Yad Vashem y a Iejiel Chilweski, uruguayo-israelí, miembro del equipo.

 

Fabiana  Corcino (56) es titulada de Profesora en Educación Media en la Especialidad Historia del IPA; egresada de la Licenciatura en Ciencias de la Educación de la Fac. de Humanidades de la Udelar; Diplomada en Tecnologías Educativas de la UM; con Posgrado en Mediación Socioeducativa en Flacso y con varios Seminarios en el Instituto de Educación de la ORT, entre  otros.

Ingresó  en 1981 a trabajar en Secundaria como profesora y desde 2009 (tras concursar) ocupó  cargos de Subdirección y Dirección en liceos.

También se he desempeñado por 15 años en distintos Institutos de Formación Docente. Al presente  estoy como  Directora del Liceo 29 “Alicia Goyena” y Tutora del Curso de Formación para Directores .

En esta nota, comparte sus impresiones y aprendizajes.

 

P: ¿Cómo surgió tu viaje a Yad Vashem en enero de este año? ¿Y cómo se llamaba exactamente el curso al que viajaste?

R: Llegar a Yad Vashem fue una meta muy anhelada tras haber conocido en Alemania el primer campo para presos políticos próximo a Berlín. Desde antes difundía la  web de Yad Vashem entre colegas de Historia.

La motivación que sentía me llevó a  postularme recibiendo en octubre de 2019  la noticia de haber sido seleccionada para el Seminario “Memoria de la Shoá y los dilemas de su transmisión” en la Escuela Internacional para el Estudio del Holocausto Yad Vashem, Jerusalem.

P:  Entiendo que te sentías  conectada de antes con el tema del estudio del Holocausto…

R: Así es. Dada mi formación profesional en la especialidad, el tema del Holocausto siempre me atrajo más que otros, incluso que los nacionales. Y si voy más atrás, en mi adolescencia ya había leído sobre los Guetos, Treblinka, Auschwtiz - Birkenau .     

P:  Yo tengo clarísimo qué significa la Shoa para un judío. ¿Cómo explicarías qué es para un docente no judío que empieza a adentrarse en el tema?

R: Es no solo profundizar en el conocimiento histórico de la temática, sino algo inesperado. Darte la oportunidad de sentir el amor, la esperanza, la fe que une y da fuerzas a los judíos para seguir la vida (incluso en el día después hasta hoy mismo) .Pero también es darte la oportunidad de sentir la incertidumbre, los dolores, la desesperanza,  hasta la muerte misma. Rememorar todas esas emociones es muy intenso aún en el presente.

La singularidad de la Shoa

P: A lo largo de la historia de la humanidad hubo muchas atrocidades. ¿Qué características singularizan en tu opinión a la Shoa?

R: Lo singular de la Shoa es que es un hecho histórico particular de los judíos pero a su vez es universal porque interpela al ser humano. Muestra el impacto inhumano de una ideología en todas sus expresiones y en contrapartida  el dilema en las decisiones humanas y la fuerza de convicción de éstas en pro de la vida. Es un genocidio paradigmático por su alcance, magnitud e impacto.

P: ¿Qué te pareció el encare de Yad Vashem en el curso? El tema no es solamente pasar datos históricos ¿verdad?

R:No, no se trata solo de datos históricos o de profundizar en eso. Yad Vashem busca que los participantes al seminario logren un aprendizaje significativo desde el lugar de aprendices, no solo en la docencia, sino en sus vidas, mas allá de cuán relacionados estén o  no con el pueblo judío.

Busca un enfoque menos morboso de la temática, incluso en imágenes de lo que se hacía décadas atrás cuando se abordaba el tema. Al presente el estudio de la Shoa se basa en una filosofía educativa que apuesta a la vida  desde la resiliencia de los protagonistas, con proyectos de vida.

P: ¿Te parece que estudiar la Shoa incide en la visión general de mundo que uno tiene, cambia quizás el pensamiento o encare de la vida en sociedad?

R: Estoy convencida de que el estudio de la Shoa posibilita una visión distinta de la vida y de la sociedad. Lo que no sé es si sociedades con menos historia como la nuestra o con una historia de siglos como las europeas pueden llegar a comprender esa unicidad espiritual generada en la historia del pueblo judío. En Israel eso se hace muy visible, en los testimonios de sobrevivientes, en el respeto y trato cálido que les dispensan; en la formación militar de la juventud y su graduación en Masada, como ejemplos. Pero una sociedad tiene que vivir en carne propia semejantes sufrimientos como para  poder sentir la Shoa en la sangre generación tras generación. 

P: ¿ Y cuáles son las lecciones principales que tú  te llevaste de aquel curso?

R: Compromiso, Responsabilidad, Esperanza y  Amor por la vida.

De regreso a Uruguay

P: Y al volver a Uruguay, entiendo que tenías ideas concretas sobre cosas que hay que hacer con lo que aprendiste. El Coronavirus bloqueó todo, o gran parte me imagino. Pero pasará. ¿Cómo traducirías la vivencia de ese curso en tu trabajo?

R: El hecho que trabajo en la gestión liceal me permitió impulsar entre docentes de Historia el Programa de la Shoá, lo cual hago desde hace años, siempre dependiendo del enfoque docente. Tengamos presente que el  Holocausto  solo está en dos cursos liceales, como un punto dentro de la Segunda Guerra. Esto es difícil de modificar porque depende de una reforma curricular y/o de programas dentro de Secundaria. Creo que la difusión,  la cual parece ser punto débil a nivel de nuestra sociedad,  debe profundizarse de forma multidimensional desde el Museo de la Shoa, no solo para centros educativos  metropolitanos, o algunos extranjeros. Hay que abrirse a otros centros culturales o de difusión, promover  las  exposiciones que nos ofrece ready2print desde Yad Vashem para producciones locales, no solo de corte histórico mismo sino también desde el arte, entre otras. 

P: ¿Hay un antes y un después de ese viaje?

R: Después de lo que vivís, sentís y compartís, sin lugar a dudas la expresión entre los que participamos del seminario en pasado enero del 2020 surge sola. Hay un antes y un después en cada uno de nosotros como personas en el mundo, en nuestra capacidad de sentir y percibir después de Yad Vashem.

 

Conociendo a Israel

P:  ¿Qué significó para ti ese viaje?

R: Tenía grandes expectativas que fueron ampliamente superadas, más allá de profundizar en la Shoa. Pude conocer la cuna del monoteísmo juedo-cristiano; estar cerca y poder vivenciar algunas tradiciones de la cultura judía (como recibir entre las mujeres el Shabat y poder luego presenciar la ceremonia en la Sinagoga). Observar  el estilo de vida judío y su sentir, desde lo más ortodoxo a lo más moderno, ya fuera en lo que sucedía en el día a día dentro del Centro de Yad Vashem, como en las calles de Jerusalén o de Tel Aviv. Todas esas vivencias  atraviesan tu ser y lo transforman si estas abierto a ello.

 

P: Sé que el curso es intenso y no tienen demasiado tiempo para nada. Pero ¿alcanzaste a recorrer algo de Israel? ¿Cuál fue al menos tu primera impresión?

R: Si, el curso era de ocho horas diarias muy intensas y no solo por contenidos, sino por lo que explicaba antes. Pero íbamos sabiendo que era una oportunidad única, que requería horas de estudio y experiencias que serían únicas y fuera del programa. Llegamos a levantarnos a las 5.30 am (antes del curso) para visitar la ciudad vieja de Jerusalem vacía. Como también fuimos varias veces a la noche, entrando por la puerta de Jaffa  (Iafo)  para salir luego por la puerta de Damasco. En más de una oportunidad recorrimos el mercado Majane Yehuda con sus frutas y especias únicas y sus bares nocturnos. Algunos nos organizamos  para ir a conocer  la no tan conservadora Tel Aviv sobre el Mediterráneo oriental. Incluso nos animamos a ingresar a territorio palestino para conocer la Ciudad de los pastores y Belén. No paramos nunca lo cual sorprendía a nuestra coordinadora Eliana Rapp. Para nosotros el curso duraba doce horas diarias y abarcaba todo.

P: ¿Hay algo que no te haya sabido preguntar y que consideres que hay que decir o comentar?

Agradezco la entrevista por darme la oportunidad de transmitir lo aprendido, vivido y sentido en Israel y el más profundo agradecimiento a aquellos que  confiaron en mí para ir a Yad Vashem. Muchas gracias.

P:  A ti Fabiana por compartir todo esto con nuestros lectores.

R: Gracias Ana

 

Ana Jerozolimski
(05 Mayo 2020 , 06:48)

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