La comunidad Yavne disfruta del regreso al rezo presencial

La época del distanciamiento social en Uruguay, no fue un período de descanso para el Instituto Yavne. Una intensa actividad se llevó a cabo en comunidad a través del zoom, para seguir conectados y compartir contenidos –y plegarias- también durante la pandemia. Ahora, con el regreso a los rezos presenciales, se vuelve a disfrutar comunidad.

Conversamos al respecto con el Rav Oved Avrech y el Rav Moshe Nissan.

P: Desde el 19 de junio, se puede volver a realizar Kabalat Shabat juntos en forma presencial, así como orar en comunidad en un mismo recinto. Aunque Yavne no cesó ni un día de mantener su presencia entre su gente durante la pandemia. Estoy segura que volver al Beit Hakneset y encontrarse con la gente habrá sido para ustedes algo muy especial. ¿Cómo se sintieron?

Rav Moshe Nissan: Si bien durante toda la época del Coronavirus compartimos los rezos por zoom, también Minja y Arvit, es indudable que nada puede sustituir lo que se siente cuando hay un encuentro frontal, directo. Los encuentros virtuales nos ayudaron a sobreponernos al distanciamiento social, pero es incomparable con lo presencial, por la sinergia que crean judíos orando juntos en un mismo lugar. Las sonrisas compartidas, las bromas, la calidez…todo eso es inconmensurable.

P: Cuando un judío reza, su kavaná, la intención y fuerza que pone en la oración, ya marca la mitad del camino. Eso se puede hacer también en casa. ¿Qué cambia el orar en el Beit HaKneset?

Rav Oved Avrech: Es cierto que Hashem escucha y recibe toda oración que se dice con kavaná, con intención, sea donde sea. Aún así, ya dijeron nuestros sabios que “el hombre debe orar en el lugar destinado especialmente a la oración”. Y el Beit HaKneset lo es. Es el sustituto del Beit HaMikdash, el sitio impregnado de una santidad especial. Allí podemos sentirnos cerca de D´s.

Rav Moshe: Es un tema sobre el que daría mucho para hablar. En general podemos decir inclusive que la kavaná, la intención que se pone en la oración, no es solamente medio camino sino lo que abre el camino. Pero Hashem sabe que a veces es necesario cambiar el recorrido y puede que Él mismo quiera confirmar si realmente deseamos llegar a nuestro destino. Debemos confiar en que Hashem nos manda desafíos con los que lidiar, que siempre serán por nuestro bien.

P: Estimo que para al menos parte de la gente que fue a rezar, puede haber sido chocante haber tenido que anotarse de antemano y el tener que participar en los rezos con ciertas restricciones, más que nada en cuanto a la limitación en la cantidad de gente. ¿Alguien les comentó al respecto o la alegría de poder volver a reunirse lo superaba todo?

Rav Moshe: En Yavne tenemos un equipo bien organizado y pronto para lidiar con cualquier emergencia. Nuestros mitpalelim, quienes rezan en Yavne, son gente muy cuidadosa. Y sabemos que debemos contener el impulso de volver a la rutina. No se puede jugar con esas cosas.

Rav Oved: La gente sabe que en el judaísmo el valor de la vida está por sobre todo. Por lo tanto, todos nos cuidamos de situaciones que pueden poner en riesgo la vida de uno mismo o de los demás. A pesar de las restricciones, es un gran motivo de alegría poder retornar un poco a la rutina.. 

P: ¿Qué sienten que la época de la pandemia ha hecho a la comunidad?

Rav Oved: En mi opinión, cuando a uno le falta a veces algo, comienza a apreciar más lo que tiene en su vida diaria. Una persona que está fuera de su casa durante mucho tiempo, la echa de menos, aprecia más su propia habitación…creo que eso ocurre también en comunidad.

Me parece que por esta crisis, la gente comprende cada vez más cabalmente que es un gran privilegio ser parte del Beit HaKneset  y de nuestra comunidad que tanta falta nos hicieron a todos en el día a día, y que nada de eso es sobreentendido.

Rav Moshe: Ha hecho que la gente cambie la forma de encarar las cosas, ha traído renovación y hemos aprendido a valorar nuevamente las cosas más sencillas.

P: ¿Cómo resumir lo que hicieron en Yavne durante la época del distanciamiento?

Moshe: Podría decir que “reclutamos” a nuestros mitpalelim, a quienes rezan en Yavne, reorganizamos todo en base a los temas fundamentales como ser duelo, sepultura, yortzait y también clases con nuestros jóvenes, que son nuestro motor.

Oved: Yo di muchísimas clases a públicos muy amplios, no solamente en Uruguay. Las conexiones por zoom abrieron la posibilidad de contactarnos con otras comunidades.Fue impresionante por ejemplo celebrar el Día de Jerusalem con dos comunidades de Buenos Aires.

P: Se habla mucho del mundo post-Coronavirus. ¿Creen que cambios que el mundo ha sufrido permanecerán como parte de una nueva realidad?

Moshe: La realidad cambia constantemente. Increíble que tenga que haber catástrofes de este tipo para que comprendamos que siempre vamos cambiando. Yo diría que lo que cambió fue el ritmo. Este cambio nos colocó ante nuevos desafíos . Algunos de ellos ya estaban aquí con nosotros pero lográbamos esconderlos. Ahora ya no es posible. Con la ayuda de Hashem nos vamos a sobreponer.

Oved: Yo quisiera seguir esa misma línea del Rav Moshe. Cerca del final de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill dijo “ahora no es el final, quizás sea el final del comienzo”. No podemos tener ni idea ahora de adónde nos conducirá esta situación. Nadie es profeta. Pero debe llevarnos a un nuevo comienzo. No me refiero a la economía o a otras cosas que parecería que ya están experimentando cambios. Cada uno debe hacer los cambios a su forma.

P: ¿Les parece que hay una forma judía de mirar la era Coronavirus, con sus desafíos, problemas y hasta con sus cosas buenas que nos enseñaron sobre nosotros mismos?

Rav Moshe: Eso es muy claro. Esto me recuerda que aunque haya tecnología y mediina avanzada allí arriba hay alguien que nos dirige aquí. Eso es bastante sencillo.

Rav Oved: Cuando ocurre catástrofes, enfermedades, epidemias y demás, es natural que despierten temores. Pero es justamente en momentos así que hay que ser sabios y tener fe. Actuar con sabiduría es  hacer todo lo que se necesita desde un punto de vista práctico para preservar la fe, es rezar y tener fe, con un encare optimista, seguros de que todo será para bien.