En comunidad

Una singular colección de Janukiot en Montevideo

Es la  historia de José David

La fiesta de Janucá llega cada año con un mensaje de luz y superación, que indudablemente en tiempos de pandemia precisamos y nos hace especialmente bien. Algunos buscarán sus candelabros-janukiot- tradicionales, que recuerdan siempre dónde se guardan para esta altura del año, otros encenderán las velas en la janukiá que siempre adorna un estante de la casa y seguramente muchos prenden durante años las janukiot que sus hijos, de chicos, hicieron en el jardín o en la escuela. Pero José David puede darse el lujo, cada año, de elegir otra cosa. En realidad, puede hacerlo cada uno de los 8 días de Janucá, y mucho más.

El uruguayo José David (79), que ha dedicado su vida a la docencia, tiene una variada colección de nada menos que 120 janukiot. Si bien sólo el 40% están expuestas y el resto está en cajas, su presencia es clave en su hogar.

Siempre le gustó el arte, se considera una persona creativa  y dice de sí mismo que es “bastante testarudo y persistente”, y logra alcanzar metas que se plantea por actuar “ con esfuerzo y perseverancia”.Además de contar sobre lo orgulloso que está de su familia, de sus hijos y nietos, y de haber tenido como prioridad en su vida “ser buena gente, lo que se dice mench”, cuenta feliz también sobre su colección de janukiot, el tema que nos lleva a esta nota.

 

“Tengo una colección de 120 hanukiot, ninguna de ella repetida”, nos cuenta. “Para mí son todas especiales y tengo un álbum en el que voy anotando la historia de cada una”.

Empezó a coleccionarlas hace aproximadamente 20 años. “Al principio tímidamente pero, con el tiempo, fueron invadiendo mi casa llenándola de alegria. Recuerdo que en los primeros tiempos encontré una janukia tirada en la calle, en la basura de una casa de Montevideo. Luego alguien de JAAD me vio por la calle y me regaló otra. En mi casa tenía una de mis padres y otra de mis suegros y así.... lentamente se fueron juntando...”, relata José.

 

Le preguntamos por qué las empezó a juntar. “Seguramente hay causas inconscientes y de las otras. Comenzaré diciendo que me siento muy judío y que es precisamente Hánuka una de mis fiestas predilectas. Tiene su ingrediente familiar, creativo, histórico, musical, gastronómico, mágico y milagroso. Me entusiasma todo aquello que tiene valor y no puedo explicar con mis conocimientos lógicos. Es una celebración que tiene magia y  luz propia”.

 

Aunque José David ya nos había aclarado al comienzo que cada una, para él, es especial, le preguntamos sobre las historias particulares de alguna de las janukiot. 

“Cada una tiene su historia particular. Algunas se destacan por su material, otras por su diseño, otras por cómo llegaron a mi”.

 

Pedimos que hurgue en la memoria y elija una historia.

 

 

 

Y todo esto, para él, es un círculo con sentido de pueblo y unión.

 

 

“Hace ya tantos años que tengo las janukiot que ya constituyen parte de mi familia”, asegura José.Y cuenta: “Hace un par de años comencé con la tarea de hacer mi árbol genealógico. Descubrí una prima en Estados Unidos y ella decidió venir a visitarme con su esposo. ¿Que creen que me trajo de regalo? Una de las mas hermosas janukiot que tengo. Curiosamente, ella también tiene muchas”. Linda casualidad.

 

Se nos ocurre que quizás las janukiot sean una expresión singular de una afinidad más amplia, por colecciones. En parte sí dice José. “Tengo dos colecciones más. Una de kartisei brajá, las viejas tarjetas que se mandaban en Rosh Hashaná con deseos de feliz año. Tengo aproximadamente unas 400. Y también tenngo otra de ketubot. Si bien me casé una sola vez, me llamó la atención como documento artístico. Tengo unas 300”.

Dicho sea de paso, José está casado con Dora Shlafrok, Directora de Voluntarios en Red de la Kehilá. 

 

Se nos ocurre que una colección como la que engalana el hogar de José y Dora, bien puede servir como elemento de acercamiento y hasta para actividades comunitarias. José concuerda. “Lo más importante de la colección es poder darles vida, compartirlas. La llevé al Hogar de Ancianos Israelita de Montevideo y suelo prenderlas con mis amigos de la vida. Cada uno trae una o prende alguna de las mías.Las he llevado a la Cátedra de Judaismo que funciona en la Universidad Católica y cada uno de sus integrantes con las autoridades de esa casa de estudios prendió una. Creo que fue una actividad muy emotiva”.

 

José aclara: “En cada Jánuca he querido hacer con ellas actividades pero comunitariamente, por distintas razones, no he tenido mucha suerte.

Soy optimista y esta posibilidad que me brinda Semanario Hebreo de hacerlas conocer, me llena de orgullo y satisfacción. Una colección se logra poco a poco y tal vez esta posibilidad  que me están brindando sea el comienzo de otras formas de compartirlas con más gente”.

 

Y  claro que está la celebración en familia. “En Januca cada integrante de la familia prende una pero tambien es un honor que hago extensivo a los invitados sean judíos o no. En este mundo se necesitan los mensajes de esperanza y de luz y esta celebración, los tiene”, comenta José.

Y tiene mucha razón.

Tras finalizar la entrevista , José David nos envió un mensaje por escrito, que nos emocionó: “Quiero que sepas que esta vez prenderé una asociándome al festejo del 60° aniversario del Semanario Hebreo”.

 

 

¡Gracias!

Ana Jerozolimski
(10 Diciembre 2020 , 07:31)

Ultimas Noticias Ver más

Arzobispo Aris Shirvanian en Jerusalem
Entrevistas

Genocidio armenio, el recuerdo familiar del Arzobispo Aris Shirvanian

25 Abril 2024


"Que Dios bendiga a Uruguay. Siempre tendremos presente su postura".

Más de 200 días después, recordemos lo que fue el 7 de octubre
Israel

Más de 200 días después, recordemos lo que fue el 7 de octubre

25 Abril 2024


Imágenes duras de recordar,que no podemos olvidar

Esta página fue generada en 0.1249859 segundos (15208)
2024-04-25T19:28:03-03:00