Encantado con el país y su gente, cómodo en su relación con el gobierno
El Embajador Yoed Magen es un diplomático de carrera, que no oculta discrepancias cuando existe, pero sabe que lo mejor es tratarlas discretamente para salvar diferencias. Ineludiblemente, le planteamos el tema de las votaciones de Uruguay en las Naciones Unidas, sobre el cual responde con una combinación de apertura y cautela.
Pero es evidente que lo que predomina en su resumen de algo más de un año desde su arribo a Montevideo, es más que positivo. Yoed Magen se siente en casa. Y aquí nos explica por qué.
P: Yoed, hace ya más de un año desde tu llegada a Uruguay como Embajador de Israel. A grandes rasgos, antes de entrar en detalles ¿cuál es tu resumen por ahora?
R: Llegué a Uruguay en agosto del 2019. Es un país con características que me gustan. Es chico y la sensación es que todos se conocen. Gente sencilla, simpática, respetuosa y honesta que quiere hacer las cosas bien. Te dan la sensación que eres bienvenido, que te reciben como uno de ellos y esa es una sensacion muy grata.
Presenciando elecciones y cambio de gobierno
P: Recuerdo que te entrevisté en octubre del año pasado en tu casa, en la residencia, y me comentabas con entusiasmo sobre la campaña electoral uruguaya, su dinámica, su color. Me imagino que para un embajador siempre debe ser interesante ser testigo de un cambio de gobierno. ¿Cómo lo has vivido?
R: Fue un proceso diferente del que tenemos en Israel y fue interesante vivirlo. Siento que el mundo político en Uruguay es muy respetuoso y civilizado. La gente cree en la democracia y la practica de manera admirable. Me impresionaron los gestos de respeto y amistad entre adversarios políticos, particularmente el comportamiento de caballeros del ex-presidente Vázquez Q.E.P.D y del presidente Lacalle Pou el ceremonia de asunción.

P: En efecto, aquello fue memorable. ¿Te animas a comparar en algo con el carácter de la vida política israelí? Y no me refiero necesariamente sólo a lo que ocurrió el último año, ya que fue un año muy particular en Israel con más elecciones de lo debido, por decirlo delicadamente.
R: Los dos países son plenamente democráticos y sus habitantes participan activamente en sus procesos políticos aunque ello se puede expresar de distintas formas. El ambiente político en Israel puede ser más intenso y al parecer los ciudadanos se involucran a veces más emocionalmente. Las discusiones políticas en Israel pueden llegar a ser muy personales.
El contacto con el gobierno
P: ¿Qué contactos tienes con el gobierno uruguayo? Si pides una cita con el Presidente de la República ¿accedes a ella con facilidad? Y voy más allá de la que tuviste recientemente, si mal no recuerdo antes de Rosh Hashaná.
R: Creo que he establecido muy buenos contactos con todo el gobierno. Naturalmente, con algunos ministros me veo más a menudo. El presidente es una persona sumamente ocupada y yo le pido cita solo si considero que las cosas así lo ameritan. En general, el político uruguayo es accesible y es una característica que los diplomáticos valoramos mucho.
P: Es ineludible incluir en esta entrevista la tensión que hubo recientemente a raíz de la votación uruguaya en el Consejo Económico y Social de la ONU en Ginebra. Ya hemos publicado bastante al respecto. Y desde entonces hubo algunos cambios. ¿Cómo lo viviste tú? ¿Y cómo resumirías lo ocurrido y su desenlace?
R: Las resoluciones anti-israelies que los árabes promueven en foros internacionales, le hacen una gran injusticia a Israel y distorsionan la realidad. Buscan perjudicar y deslegitimar a mi país. Para nosotros es importante que países amigos, como Uruguay, comprendan nuestras posiciones y no permitan ese circo político palestino. Hemos mantenido una conversación fluida y constructiva con el gobierno uruguayo al respecto y hay buen entendimiento del tema.
P: Imagino que Israel aspira a que Uruguay se oponga a resoluciones como las propuestas en la instancia de la ONU que mencionamos- y hubo muchas más desde entonces- porque distorsionan totalmente la realidad. ¿Qué opinión te merece la postura de abstenerse?
R: El Gobierno de Lacalle Pou ha hecho un cambio importante en la manera que Uruguay vota estas resoluciones. Israel aprecia este esfuerzo y estamos convencidos que el cambio seguirá. El presidente aspira a profundizar aún más las relaciones bilaterales, algo que compartimos plenamente, y hacia ahí nos dirigimos.

P: Imagino que hay cosas, en diplomacia, que se tratan a puertas cerradas, de las que no se habla públicamente. Y habrá cosas que conversaron tú y el Presidente Luis Lacalle Pou, que no se publican. Yo, de todos modos, intento preguntarte. El punto central a plantear al Presidente cuando ocurre algo así, o de cara a nuevas resoluciones que serán votadas ¿es decir que de un país amigo se espera más apoyo o más que nada explicar que esas resoluciones no reflejan en nada la verdad?
R: La diplomacia es un diálogo continuo. Los objetivos se logran con más fácilidad si el diálogo se mantiene lejos de la prensa. Son procesos sensibles y delicados que si se hacen públicos se pueden dañar. Las resoluciones en la ONU las tratamos principalmente con la Cancillería, pero también con otros actores del gobierno y del parlamento. Ellos conocen nuestras posiciones y expectativas.
P: ¿Sientes que hay receptividad en las autoridades uruguayas a los mensajes que Israel quiere transmitir?
R: Definitivamente que sí. Tanto el Presidente como otros actores del gobierno, están al tanto de nuestros mensajes y hacia donde queremos conducir nuestras relaciones bilaterales.
No sólo con el gobierno
P: Como Embajador ¿tienes también contactos con la oposición? ¿Es parte del trabajo diplomático de rutina?
R: El trabajo diplomático es tratar de llegar a todos los sectores políticos, además del trabajo que se hace con la sociedad civil. En este sentido, mantengo contactos también con la oposición.
P: ¿Cómo es tu contacto con la sociedad civil?
R: La sociedad civil es un factor importante de las funciones diplomáticas. Nuestro interés es que los uruguayos conozcan a Israel, su historia, cultura, la realidad que vive y sus desafíos. Esto se logra a través de un trabajo equilibrado entre el gobierno y la sociedad civil. Yo trato de diversificar al máximo nuestra labor para que llegue a todos los sectores de la población. Un buen ejemplo es el apoyo que brindamos a las escuelas vinculadas con Israel. Otro ejemplo es los proyectos que se han hecho en pro de las personas con discapacidad.


P: Conociendo ya más a fondo ahora tu trabajo en Uruguay y la sociedad en la que estás viviendo ¿cuáles dirías que son las áreas de mayor potencial para beneficio de ambas partes?
R: Pienso que el mayor potencial está en el comercio y en la cooperación en áreas técnicas. La profundizacion del TLC y la diversificación de nuestras ofertas exportadoras son claves. La participación israelí en los proyectos de agua puede ser muy beneficiosa para ambos, asi como la cooperación en innovación y en temas post pandemia tales como la tele-medicina y la educación a distancia.
Entre el Coronavirus y el trabajo
P: La pandemia ha afectado muchas cosas por cierto, también a la diplomacia. Aún así, la Embajada no deja de trabajar. ¿Puedes enumerar logros alcanzados, proyectos en camino a realizarse, a pesar de las limitaciones?
R: Al principio tuvimos que adaptar el modo de trabajar y establecer prioridades en el trabajo. Este se concentró en la asistencia a decenas de israelíes que querían volver a Israel. Más tarde establecimos de nuevo la cooperación. Entre los proyectos se pueden destacar temas de agua, donación de tecnología de tele-medicina al Ministro de Salud Pública, las negociaciones sobre la profundizacion del TLC con el Mercosur, y donación de equipos informáticos a las 9 escuelas vinculadas al Estado de Israel, que hicimos este martes, con la participación del Ministro de Educación y Cultura Pablo Da Silveira, y del presidente de Codicen, Robert Silva. Pronto haremos una donación significativa de tecnología revolucionaria que ayudará a los no videntes. Estas donaciones responden a las necesidades de diferentes sectores, que se vieron afectadas aún más durante la pandemia del Coronavirus.


P: Mencioné la pandemia y no podemos dejar de destacar la forma en que Uruguay la ha manejado, aunque lamentablemente en los últimos tiempos se ha deteriorado mucho la situación. ¿Pudiste comunicar a Israel algo de las lecciones uruguayas de las que se podía aprender?
R: Uruguay fue un ejemplo a nivel mundial de cómo tener exito en la lucha contra la pandemia. Mantuvimos un diálogo con el Sinae, MSP y con el GACH, el Grupo Asesor Científico Honorario, con quienes compartimos nuestras experiencias. Personalmente pienso que los dos componentes que se destacaron aquí fueron el liderazgo político y el compromiso de la ciudadanía. Naturalmente comuniqué las lecciones uruguayas a Israel. La prensa israelí destacó el caso uruguayo en varias ocasiones.
P: ¿Cómo han vivido la pandemia tú y tu esposa Adi, y vuestra hija Arad, la menor, que es la única de los tres que está con ustedes en Montevideo? El presidente habló de “libertad responsable”, no impuso un cierre. ¿Cómo lo manejaron ustedes?
R: Seguimos muy de cerca las instrucciones de las autoridades. Estábamos muy pendientes del desarrollo de la pandemia y de los brotes. Tomamos todas las medidas necesarias.
Como en casa
P: Más allá del tema político de actualidad ¿cómo te sientes en Uruguay en general?
R: Me siento muy a gusto. Mi esposa y yo hemos hecho muchas amistades y nos sentimos como en casa. Naturalmente, la colectividad judia ha jugado un papel importante en nuestra integracion al pais.

Yo le atribuyo mucha importancia al vínculo con la colectividad y creo que es muy bueno. Mantengo excelentes relaciones con el Comité Central, las diferentes comunidades, el grupo Arevim y con otras entidades comunitarias. Me ayudan con sus contactos con las autoridades. Para un embajador israeli, la colectividad judia es su entorno inmediato y se asesora mucho por los buenos consejos de sus miembros. Pero fuera de los vínculos de trabajo, mi esposa y yo nos movemos en varios círculos de amistades y mi hija va a un movimiento juvenil judío. La gente se destaca por su receptividad y nosotros lo valoramos mucho.
P: ¿Hay algo que te gusta en especial de Uruguay?
R: Hay muchas cosas que me gustan de aquí. Las tradiciones, la forma de vida, la tranquilidad de las personas y sobre todo el carácter uruguayo en general.
P: ¿Hay algo que te sorprende?
R: Como aficionado del futbol, me llama la atención el lugar tan significativo que ocupa este deporte en el corazón de esta nación. A propósito, si mi memoria no me falla, uno de los primeros partidos internacionales de fútbol al que mi papá me llevó, fue entre Israel y Uruguay en los años 70, que se jugó en Ramat Gan.
P: ¿Qué haces en tu tiempo libre?
R: Tratamos de mantener un buen equilbrio entre nuestros deberes diplomaticos y nuestra vida privada. Ponemos mucho énfasis en nuestras amistades. Visitamos las ferias, paseamos en las costas y disfrutamos de lo mejor que ofrece el país: el tango, el mate y el asado.

P: ¿Algo más que quisieras agregar, que no te supe preguntar?
R: En estos días el Semanario Hebreo cumple 60 años y quiero felicitarlos por el buen trabajo que hacen, llevando la voz de Israel a Uruguay. Me han contado sobre tu papá, quien fundó este gran proyecto a finales de noviembre de 1960, su dedicación y esfuerzo para que las realidades que vivimos los israelies se reflejen fielmente en Uruguay. Deseo que el Semanario siga acercando los dos pueblos.
P: Así será sin ningún lugar a dudas. Gracias por tu tiempo Yoed. Y mucho éxito en tu misión.
R: Gracias a ti.