No lo nombran, pero el mensaje es claro. De fondo: el polémico partido "Otzmá Yehudít".
La presión ejercida personalmente por el Primer Ministro Biniamin Netanyahu sobre el partido “Habait Hayehudí”, para que se una con el grupo de ultraderecha “Otzma Yehudít”, ya ha sido ampliamente criticada dentro de Israel, pero ahora llegó el turno de las principales organizaciones judías norteamericanas, que publicaron el viernes comunicados sin precedentes al respecto.
Sin nombrar a Netanyahu, las principales organizaciones judías de Estados Unidos critican duramente el paso del Primer Ministro.Tanto AIPAC-el lobby pro israelí en Washington- como el Comité Judío Americano (AJC) condenaron la mencionada unión y aunque no incluyeron en sus comunicados el nombre del Primer Ministro, es ineludible interpretar la crítica como un golpe a la tradicional cercanía con Netanyahu. Calificaron a “Otzmá Yehudit” de “racista”.
Netanyahu, meses atrás, ovacionado en una conferencia de AIPAC en Washington. Foto: Haim Zach, GPO
Es de público conocimiento que el Primer Ministro ejerció fuertes presiones sobre “Habait Hayehudí” un día antes del cierre de las listas e inclusive postergó su reunión con el Presidente Vladimir Putin en Moscú a fin de abocarse a ello. Netanyahu convenció a dicho partido a incorporar a “Otzmá Yehudit” a su lista y presentarse juntos a las elecciones, lo cual torna muy probable que este último tenga un representante en la Kneset que resulte electa el 9 de abril.
Es clave comprender qué simboliza el partido en cuestión. Es considerado seguidor del partido “Kaj” del rabino Meir Kahana, que en Estados Unidos fue declarado “organización terrorista”. Kahana había nacido en Estados Unidos, se radicó en Israel y finalmente fue asesinado en Estados Unidos en 1990. En Israel su discurso era profundamente incitador contra los árabes en general, por lo cual se le prohibió participar en elecciones y luego se le declaró ilegal, en base a la ley que prohíbe incitación a la violencia.
Uno de los carteles electorales de "OTzma Yehudit". De izquierda a derecha: Mijael Ben-Ari, jefe del partido. Baruj Marzel, Itamar Ben Gvir y Bentzi Gopshtein. En la parte superior dice: "Tiene que haber Otzmá Yehudít en la kneset" . Es un juego de palabras, ya que la referencia es no sólo a la presencia del partido que lleva ese nombre sino al concepto de actuar con firmeza según lo que este grupo considera hay que hacer para velar por los intereses judíos en Israel. Abajo, uno de los mensajes: "Eliminaremos a mil terroristas.Y que no caiga ni un cabello de los soldados de Tzahal". Cabe señalar que el tema de la lucha anti terrorista no es uno de los puntos de mayor polémica con este partido, sino su agenda anti árabe en general.
La visión de “Otzma Yehudit” como seguidora de “Kaj” deriva de los pronunciamientos y trasfondo de sus propios líderes. Baruj Marzel fue asesor de Kahana y el jefe del partido Mijael Ben-Ari ha declarado públicamente que Kahana era su maestro. Itamar Ben Gvir, considerado desde hace mucho un elemento incitador de ultraderecha, se graduó hace unos años de abogado y está abocado a defender siempre a elementos de la extrema derecha acusados de actos violentos. A ellos se sumó Bentzi Gopstein, fundador de movimiento “Lehava” que se opone a matrimonios entre mujeres judías y hombres árabes, agenda que plantea siempre de modo radical.
Para lograr la aceptación de la unión por parte de “Habait Hayehudí” -a la que originalmente era renuente- Netanyahu les prometió que a cambio de ello recibirían dos importantes ministerios en el próximo gobierno: Educación y Vivienda. Además, ofreció que un miembro del partido ocupe el número 28 en la lista de candidatos del Likud. Un grupo de juristas, profesores de Derecho Constitucional, enviaron una carta al Presidente de la Comisión Electoral Central advirtiendo al respecto y señalando que ello es ilegal e inconstitucional, ya que nadie puede postularse como candidato a la Kneset siendo miembro de un partido pero apareciendo en la lista de otro.
Sea como sea, el argumento central de Netanyahu era que si los partidos de la derecha no se unen, se corre el riesgo que se desperdicien votos que serían necesarios para garantizar que sea el bloque de derecha el que forme el próximo gobierno con él como Primer Ministro. La alternativa, recordó, es que haya “un gobierno de izquierda”, tal como él alega sería si gana el nuevo partido de centro “Kajol Lavan” de Benny Gantz y Yair Lapid.
El primero en pronunciarse en Estados Unidos sobre “Otzmá Yehudit” fue el American Jewish Committe, en cuyo comunicado comenzó aclarando que no suele comentar sobre partidos políticos durante elecciones pero que el anuncio relacionado a dicho partido les “obligó” a pronunciarse.
“Las posturas de Otzma Yehudit son reprobables. No reflejan los valores fundamentales y la fundación misma del Estado de Israel”, escribió el AJC. “Históricamente, las posiciones de partidos extremistas que reflejan a la extrema izquierda o la extrema derecha, han sido firmemente rechazadas por los partidos de la corriente central, aún cuando el proceso electoral de la fuerte democracia de Israel ha hecho posible su presencia, aunque pequeña, en la Kneset”, dice el comunicado del Comité Judío Americano. Es notorio que no se menciona directamente al Primer Ministro y se procura dejar en claro el apoyo a Israel como tal, pero dejando bien en claro el mensaje sobre la maniobra política de Netanyahu.
El viernes, el AJC tuiteó al respecto y muy poco después, AIPAC retuiteó el mensaje, avalando explícitamente su contenido y llamando también a “Otzmá Yehudit” de “partido reprobable y racista”.
Cabe recordar que en Israel, no sólo la oposición al gobierno criticó duramente a Netanyahu . Yifat Erlich, candidata a diputada en el tercer puesto en la lista de “Habait Hayehudí”, retiró su candidatura y renunció al partido en protesta por la incorporación de “Otzmá Yehudit”.