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Macabeos celebran el recuerdo de Alberto Sonsol

Un encuentro dolorido pero sonriente

Cuando sus amigos de la vida programaron para este domingo el encuentro virtual en memoria del conocido periodista y comunicador Alberto Sonsol (z”l), que falleció recientemente a los 63 años de edad por COVID-19, estaba claro de antemano que sería un encuentro alegre. De más está decir que la tristeza por su desaparición física estaría implícita en cada palabra. Pero con tantos recuerdos de juventud compartidos, con tantas anécdotas vividas hace décadas, cabe suponer que todos sabían de antemano que homenajear a Alberto sería un canto a la amistad que todos ellos supieron preservar.

 

 

“Esto es devastador”, dijo Jaime Grinberg, quien organizó el Zoom y procuró enviar las invitaciones a los compañeros que iban a participar. Pero de inmediato aclaró que el encuentro era de hecho para “celebrar” lo que habían vivido todos con Alberto, como “amigos de la vida”.

Como en todo grupo alrededor de la fogata, también aquí cada uno participó a su estilo. Algunos muy activamente contando anécdotas y compartiendo recuerdos, otros disfrutando más de escuchar a los demás, pero todos muy presentes, aunque algunos tuvieron que retirarse antes de finalizar la reunión, por compromisos familiares. La mayoría se conectó desde Montevideo:  “Lico” y Mimi Levinson, Alberto Abend y Silvia Abudara, Mario y Lully Turniansky, David Kacowicz y Diana Bercovici, “Pucho” y Jenny Kobrin.También estaban Patricia Merla y Raúl Wilner, que no aparecen en la foto ya que en la imagen que captamos de la pantalla cuando ellos se sumaron,  no se les ve con claridad, por lo cual no la publicamos. 

Y  otros desde el exterior: el ya mencionado Jaime Grinberg y  Daniel y Mónica Bajuk desde Estados Unidos, y Armando Treibich y su esposa Claudine desde Lille. Mundos y profesiones variadas, realidades distintas de acuerdo a las vueltas de la vida que cada uno ha dado, pero todos aún unidos en el recuerdo de sus singulares experiencias de juventud en el movimiento juvenil Macabi Tzair en el que todos activaron, donde compartieron mucho con Sonsol.

Jaime fue el primero en hablar. Contó que en 1974, compartió la singular vivencia del entonces llamado “Majon lemadrijim”-un año en Israel en un programa de liderazgo para los mayores de los movimientos juveniles- como compañero de habitación de Alberto Sonsol. Y fue por  una situación dramática que él vivió cuando al caerse de un tractor en el kibutz Gadot en el que pasaron unos meses se fracturó el fémur, que Sonsol dejó en claro que la solidaridad y amistad eran para él  un valor de acuerdo al que vivir, no simplemente palabras. “Alberto me acompañó en la ambulancia, me hablaba todo el tiempo, me distraía, y me decía en broma ¿qué va a pasar ahora con la carrera deportiva de Jaime?. Cuando me desperté al día siguiente en el hospital, él también estaba allí. Me cuidó como un hermano”.

Uno hablaba y todos sonreían desde sus “cuadritos” del zoom. Y asentían. Cada uno tenía su recuerdo de Alberto.

Deivi Soloducho rememoró entre risas anécdotas de su mudanza de la casa de sus padres a la calle Hidalgos, en la que lo ayudaron Alberto Sonsol y Mario Turniansky, subiendo y bajando con cajas que parecían no acabar. La casa había sido alquilada a un embajador extranjero destacado en Uruguay, quien pareció ver con malos ojos que aquel rubio se detuviera a fumar en medio del trabajo, lo cual llevó a una observación y luego a un estallido de Sonsol, que por eso Mario recuerda que “lo llamábamos el volcancito”.

 

Las vivencias compartidas los acompañaron durante muchos años, no sólo de jovencitos en Macabi. También cuando tras vivir unos meses en Israel, en 1984 Alberto volvió a Uruguay decidido a ser relator deportivo.

“Alberto venía a casa los domingos de noche, cuando transmitían fútbol argentino, se encerraba en el estar, bajaba totalmente el volumen de la tele y relataba todo el partido”, recuerda Deivi. “Lizzie le preparaba un chivito, él lo comía en el intervalo, y el resto del partido, entero, los dos tiempos, relataba todo”.

Deivi y Lizzie

 

Eso le recordó a Lico Levinson que Alberto ni siquiera precisaba una pantalla con jugadores corriendo para relatar un partido. “Relataba también partidos imaginarios, impresionante”, comentó admirado.

Lico Levinson

 

Mario interviene para volver al hoy, a los momentos difíciles de la despedida, pero precisamente para destacar cuánto logró Alberto en su vida. “Esto tuvo mucha trascendencia, fue una despedida del Uruguay todo”, recalcó. A los residentes en el exterior comentó que “seguramente ustedes habrán visto algunas escenas que han circulado, fue impresionante ver cómo trascendió Alberto , por su trabajo y don de gente, y lo que eso dice sobre él como persona”. Y agregó que fue “un poco mágico”. Y lo explicó diciendo lo que todos aquellos  que lo trataron, ya sabían: “Es que Alberto ponía todo de sí en cada cosa. Era muy pasional”.

Mario y Lully

 

Y como analizando por qué a todos les tocó tan de cerca su muerte, agregó: “Esto es como el cuento de la estación de trenes en la que va pasando los vagones de las estaciones de la vida. Íbamos en distintos vagones, no íbamos juntos, pero todos van apareciendo con cuentos y anécdotas compartidas”.

 

Silvia Abudara interviene para contar más que nada a los residentes en el exterior, que esta mañana el ex Ministro de Educación y Cultura de Uruguay Dr. Leonardo Guzmán escribió una nota dedicada a la figura y el mensaje de Sonsol. Antes se había hablado de trascendencia, pues está claro que Sonsol la ganó.El título lo dice todo: “Todos quieren vivir”.

Desde Miami, Daniel Bajuk  destacó la convicción de Alberto como judío y el orgullo de destacar su condición como tal “en cualquier ámbito”. “Lo manifestaba siempre y eso es algo por lo que yo siento un gran agradecimiento”, recalcó con emotividad.

Daniel y Mónica Bajuk en Miami

 

Enseguida se pasó a otra sonrisa, ya que su esposa Mónica Wisznever también presente en el encuentro, había estado “arreglada”-así se decía en aquel entonces- con Alberto cuando ella tenía 13 años y él 12. Y es interesante que su recuerdo de aquel vínculo de jovencitos, también pasa por el deporte, ya que comenta que lo iba a ver a la cancha cuando jugaba, y siempre estaba de golero.

La actividad en Macabi ocupaba un lugar importante en la vida de todo este grupo, así como de numerosos jóvenes judíos uruguayos, cada uno en el movimiento que habían elegido. Mario recuerda que los domingos de tarde eran claves en el fin de semana de actividad, y que el escenario era el country de Hebraica en Carrasco. El “pequeño”problema era en la época en la que como alumnos del instituto Yavne, tenían que estudiar los domingos de mañana-también lo hacían en la Escuela Integral-ya que el sábado no se podía, por ser Shabat. ¿Cómo maniobrar con todo? “A las 12 al sonar el timbre, corríamos con la mochila  encima desde el Yavne que estaba entonces en Canelones y Andes hasta 18 y Andes para alcanzar a subirnos al 21 que era el rápido a Carrasco, ya que de lo contrario no llegábamos”, cuenta Mario. “Y cuando bajábamos , no recuerdo si desde Avenida Italia o  desde la Rambla, corríamos al country, para poder estar a las 13.00 horas, cuando todo empezaba”.

 

 

 

Deivi traduce las anécdotas en un sinfín de fotos en las que cada uno se reconoce y ve a los demás, maravillándose por la juventud de entonces, las siluetas y las melenas, en muchos abundantes y en todos sin canas. Aparecen también Gabriel Goldman, Gustavo Bister, Nacho Schnur, Gabriel Levinson, el Masher, Marcel “Canario” Berger, Mati Malinger, Ruti Mandel, Yael Schutz, Marcel Bez, Chipi Gold, Susana Brauner, Claudia Bejar, Víctor “Tachuela” Kornhauser, Eduardo “Chupete” Olesker, Adriana  Holtz, Claudia Eskenazi, Karin Haas, Karin Brener, Robby Schindler, Abel Lichtensztein, Rina Zajdman, Mónica Singer, Bettina Burcatovsky, Susana Weil, Diana Cohen, Sandra Burcatovsky, Karina Goldfarb, Patricia Merla, Javier Merla, Gabriel Werba, Isabel Buka, Edgar Parnas, Aldo Steinfeld, Lisette Weissman, Shila Hausmann, Rosa Natalevich, Ethel Jinchuk, Isabel Buka  y muchos más.

 

Alberto aparece en muchas de las fotos, como “madrij”-líder, guía- serio y formal, y también en medio de la diversión.  Campamentos, competencias deportivas, mucha diversión.

Como es natural, en pantalla también aparecen numerosas imágenes en las que Sonsol no está.

Pero Jaime resume el recuerdo de todos: “Macabi no era Macabi sin Alberto”.

Bendita sea su memoria.

 

Ana Jerozolimski
(04 Abril 2021 , 17:10)

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