Ruben Friedmann desde un kibutz en el sur: “Esto puede matar”
Ya lo hemos escrito repetidamente y también hace pocos días: los globos multicolores que vuelan desde Gaza hacia el sur de Israel, no son un juguete indefenso, sino un arma terrorista. Lo saben todos los habitantes de la zona adyacente a la Franja de Gaza. Todos tienen claro que hay que explicar a los niños que no osen acercarse a un globo por más atractivo que sea. No volaron hasta allí para entretenerlos sino para matarlos.
Los ataques con los globos explosivos, que ya llevan meses, se han intensificado seriamente en las últimas semanas, mandando ahora Hamas manojos con numerosos globos lo cual les permite llevar sin problemas cargas explosivas que aterrizan en territorio israelí, y a menudo estallan.
Este lunes eso es precisamente lo que ocurrió, junto a la casa de un querido amigo uruguayo-israelí, Ruben Friedmann. Con alarmas por cohetes y mortero ya ha lidiado repetidamente en los últimos años. Pero este estallido tan cerca de su casa, por “globos”, fue el primero.
“Explotaron aquí tres globos con explosivos.Uno de ellos, al mediodía, a 20 metros de mi casa y la verdad que hizo un ruido muy fuerte”, nos contó. “No quiero ni pensar qué habría pasado si hubiera tenido acopladas las bolitas de acero que salen disparadas cuando tocan tierra y causan serios daños. Los otros dos globos explotaron también en nuestra zona, uno al lado de la plantación de bananas y otro muy cerquita del alambrado a la entrada del kibutz”.
Los terroristas no tienen tiempo de hacer nada provechoso para su pueblo, pero sí de dedicar esfuerzo a ver cómo dañar al otro lado, poblados civiles donde lo único que se busca es vivir con normalidad. “Los globos que están mandando son transparentes y por lo tanto es muy difíciles distinguirlos a la luz del día”, cuenta Ruben. “Lo peor de todo es que por supuesto no hay ninguna alarma previa y si uno va caminando y le explota al lado, puede correr peligro de muerte”.
Es, por decirlo en términos populares, “de locos”. Una persona anda en su rutina diaria, trabajo, casa, niños, y puede estallarle un globo al lado simplemente cuando anda caminando.
Mientras nos contactamos con Ruben, a escasos 2 kms de su kibutz, se oyen, como todas las noches, los estallidos en la frontera. “En estos momentos se escuchan explosiones. Todo el tiempo. Les tiran granadas y cargas explosivas a los soldados que cuidan nuestra frontera”, nos cuenta. “Cada día, la situación empeora”.
Está claro que Hamas tira de la cuerda. Busca provocar a Israel como protesta y palanca de presión por las restricciones que les impone la Autoridad Palestina, estimando al parecer que Israel no se apresurará a salir a una guerra de gran envergadura.
Gadi Yarkoni, jefe del Consejo Regional Eshkol, publicó este lunes un comunicado increpante:
“Mientras el gobierno de Israel está ocupado con el ruido de las elecciones, los habitantes de la zona adyacente a Gaza lidian con el ruido de los estruendos de los estallidos y globos explosivos. Los gobiernos de Israel han protegido a los poblados de la zona con refugios blindados, trajeron a la Cúpula de Hierro, inventaron la solución tecnológica para los túneles y están construyendo el obstáculo fronterizo”, recordó. “ Pero para los globos explosivos aún no se ha inventado defensa y todavía estamos estudiando la nueva amenaza y la forma de cómo explicarla debidamente a los niños”. Y agregó en tono de exigencia: “Ha llegado el momento de dedicar menos a la defensa y más a una solución a largo plazo para el problema. Son tiempos de elecciones. Exhorto a la ciudadanía israelí a preguntar los candidatos a la Kneset: ¿cuál es la solución que proponen para la situación con la Franja de Gaza?”.