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El nuevo gobierno de Israel jura el domingo, en un ambiente preocupante

Si no hay sorpresas de último momento, el próximo domingo 13 de junio, prestará juramento ante la Kneset, Parlamento de Israel, el nuevo gobierno conocido ya como “gobierno de cambio”. Y será sin duda un cambio de enorme envergadura, ya que se trata del primer gobierno en 12 años, que no estará encabezado por Biniamin Netanyahu, quien pasará a ser jefe de la oposición. El nuevo Primer Ministro será Naftali Bennett de Yemina y en agosto del 2023 lo cambiará Yair Lapid de Yesh Atid, que ahora será Primer Ministro alternativo.

 

Más allá de las posturas de cada ciudadano en favor o en contra de la nueva coalición, la posibilidad de cambiar a quienes están en el poder , como resultado de elecciones libres y democráticas, es un motivo de fiesta. Pero en Israel, esta situación se ve hoy empañada por una atmósfera sumamente enrarecida, en la que el actual oficialismo que dejará de serlo para convertirse en oposición, presenta insistentemente a sus sucesores como ilegítimos y peligrosos para el país. Y por ello, son numerosas las figuras políticas que  viven hoy con guardaespaldas, al ser motivo de amenazas e incitación en su contra a distintos niveles. 

El punto central de atención al respecto es el partido Yemina encabezado por Naftali Bennett, un partido de derecha identificado con posiciones nacionalistas  en temas relacionados al conflicto con los palestinos, que optó por aliarse con el jefe de la actual oposición Yair Lapid del partido centrista Yesh Atid. Dado que Bennett , ideológicamente era claramente parte de la derecha y no del centro izquierda, al decidir cambiar de rumbo, se convirtió en el principal blanco de las amenazas de quienes se oponen  al cambio.

Él y todos los demás diputados electos de su partido que se suman a la coalición-salvo uno que anunció hace tiempo que no lo hará- tienen guardaespaldas constantemente. Ahora se agregó a la lista el jefe del partido Tikva Jadasaha Gidon Saar, ex miembro del Likud.

 

 

A la campaña destinada a inculcar en la opinión pública israelí la noción que el nuevo gobierno es ilegítimo, se sumaron este martes con especial fuerza los partidos ultraortodoxos (haredim), Shas y Yahadut HaTorá, llamando a Bennett de “malvado que debe quitarse la kipá”. Bennett será el primer jefe de gobierno religioso en la historia de Israel.

 

Dado que en el nuevo gobierno hay partidos absolutamente seculares como el laborismo y Meretz, además de Israel Beiteinu de Avigdor Liberman-aunque en temas del conflicto es considerado de derecha-, los jefes de los mencionados partidos haredim están lanzando una fuerte campaña que pretende presentarlos como quienes intentan dañar el carácter judío del Estado.

“La religión está siendo desarraigada del Estado”, declaró Arie Deri de SHAS. Moshe Gafni de Yahadut HaTorá dijo que “no tienen vergüenza” y Yaakov Litzman buscó lo que él considera el mayor insulto al parecer y afirmó que “Bennett es en realidad un judío reformista”, en referencia a una corriente del judaísmo que los ultraortodoxos no reconocen ni consideran válida.

 

 

“Se trata de desplazar la religión del estado", dijo Deri.  Acusó al próximo gobierno de Bennett de disponerse a “destruir todo lo que hemos mantenido juntos durante 70 años, inlcuso en los tiempos más difíciles”. Agregó una exhortación a los votantes de derecha a “vomitar a esa gente, que sean condenadas al ostracismo y prohibidas”.

 

Y Litzman, de Yahadut HaTora, agregó que “lo que vemos ante nuestros ojos es un gobierno de extrema izquierda sin valores ni conciencia”.

 

Y aquí me dispongo a dar mi opinión personal de absoluta condena a lo que está pasando, que considero se excede totalmente de la legítima lucha contra un gobierno con el que no se comulga.

 

Los partidos ultraortodoxos, que cabe recordar ya fueron miembros en el pasado de gobiernos de centro izquierda, no tienen ningún derecho a formular este tipo de afirmaciones. Arye Deri, que estuvo preso por corrupción y nuevamente está en investigación policial ¿va a hablar ahora de los valores del nuevo gobierno que ni empezó a actuar? Y lo mismo para Litzman, que está bajo seria investigación policial por irregularidades que se sospecha fueron criminales durante su desempeño como Ministro de Salud Pública .

 

Además ¿quién los nombró dueños del judaísmo?

Es más que legítimo que discrepen con el judaísmo reformista, pero usar el tema como insulto, no honra la kipá que llevan sobre su cabeza. 

El sector haredi no representa a todos los judíos ni de Israel ni por cierto de la diáspora. Como comunidad, deben gozar de los mismos derechos que el resto de la ciudadanía israelí, y el nuevo gobierno debe estar atento también a sus necesidades, tal cual prometió hacer. Pero no son los propietarios de la religión.

El laborismo, Meretz, Yesh Atid  e Israel Beiteinu, no declararon la guerra al judaísmo haredi. Sus críticas siempre han sido al sistema que les daba exclusividad en el manejo de asuntos religiosos a través del Rabinato Central, a intentos de imposición que se permitían por ser parte de las coaliciones de gobierno, y al hecho que en la mayoría de las yeshivot-los institutos de estudios superiores de la Torá- no estudian materias básicas claves para la educación general. También se han manifestado repetidamente contra el problema de la exención masiva de jóvenes haredim del servicio militar obligatorio y en relación al hecho que muchos hombres del sector haredi no trabajan y dedican su tiempo a estudiar Torá. El problema no es en absoluto el estudio de la Torá , que durante milenios ha sido parte integral de la vida judía, sino el alto porcentaje de quienes no se integran a la fuerza general de trabajo, lo cual incide negativamente en la sociedad y en su propia situación socio-económica.

 

 

Yo no creo que vaya a haber ningún cambio revolucionario. Y si hay cambios que alteran dramáticamente el status quo, tendrían que lograrse en diálogo. El nuevo gobierno deberá ser sensible al respecto, y el saliente deberá tener en claro que así es en democracia. Los partidos haredim deberán comprender que en el judaísmo hay también otros matices y corrientes con derechos.

 

Todo el funcionamiento de la nueva coalición, compuesta por 8 partidos de muy diversas tendencias, será un enorme desafío. Es prematuro saber si podrá tener éxito y es prematuro vaticinarle fracaso. Hay mucho que arreglar y si este gobierno viene, como ha dicho Lapid, para trabajar, hay que augurarle que lo logre, por el bien del país todo. De su población judía y árabe, de religiosos y laicos, haredim, conservadores y reformistas, heterosexuales y gays, todos como parte de la ciudadanía israelí.

Ana Jerozolimski
(08 Junio 2021 , 18:37)

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