En comunidad

Con Rossana Miglionico, símbolo de la Marcha del Silencio en Paysandú.

"Era un silencio que erizaba"

(Las fotos de la marcha son todas de El Telégrafo de Paysandú, al que volvemos a agradecer habernos autorizado su publicación)

Esta entrevista la publicamos en Semanario Hebreo el año pasado, al cumplirse el segundo aniversario del asesinato. La releemos y nos vuelve a emocionar profundamente.

Una mujer sentada, de lentes, con una cruz al cuello, sonriente, Rossana Miglionico
Rossana Miglionico, docente sanducera, una de las coordinadoras de la emotiva Marcha del Silencio en Paysandú, en memoria de David Fremd

 

Rossana, profesora de Literatura en Secundaria,  pide ante todo destacar que no la presentemos como la organizadora de la marcha y que en realidad, lo que hubo acá fue una iniciativa colectiva. Nos consta que jugó un rol protagónico y clave en todo esto, pero respetamos su solicitud, poniendo énfasis no sólo en lo que ella lanzó como idea, sino en la forma impresionante en que reaccionó la sociedad sanducera.

Sobre esto, el por qué, los sentimientos, el presente y el futuro, es esta entrevista.

 

P: Rossana , comencé comentándote que te contacto como organizadora de la marcha, y enseguida saltaste a aclarar que la marcha , de hecho, la hizo la gente..

R: Lo que pasa es que la marcha en sí misma fue una iniciativa colectiva . El  origen de mi vinculación con todo esto es que creé en Facebook la página “Yo soy David” y fue impresionante la repercusión que tuvo de inmediato. La propia gente ponía cosas en el muro, mandaba mensajes privados , diciendo que teníamos que manifestarnos, que teníamos que hacer algo. Al mismo tiempo estaban circulando otras iniciativas con gente tratando de organizarse a través de las redes sociales. Fue como una movilización urbana y yo lo que hice fue centralizarlo a través de la página, pero nada más.

P: Fue algo a lo que se fue sumando toda la sociedad, esa es la grandeza. Pero antes d eso...te embargaron sentimientos fuertes respecto a lo que había pasado.

R: Así es..Si bien tenía claro que lo primero era expresar el dolor, sí me preguntaba cómo es que una persona como ese asesino que mató a David, estaba desempeñándose como maestro.  Te comento algo que estábamos hablando con otras personas al volver de la marcha, que estamos muy conmovidos y nos gusta pensar y decir que somos todos y que todos tenemos el mismo nivel de compromiso. Pero la verdad es que sabemos que no somos todos, quizás sea una utopía, pero aspiremos a ella. Porque, por ejemplo, si el asesino iba a un ciber a conectarse para jugar videojuegos en los que festejaba porque mataba judíos, y lo decía en voz alta, ahí también, desde mi punto de vista, hay responsabilidad.

P: Pienso que en ese momento no es que la gente necesariamente está de acuerdo, a veces uno se siente tan incómodo con esas situaciones que no sabe qué hacer...

R: Me cuesta entender, pero puedo aceptar, de alguna manera, que haya gente que tiene miedo de involucrarse si lo veía desestabilizado o si lo creía un loco o un fanático, lo que sea, pero aún el que tiene miedo, que le diga al otro, que le avise a otras personas que sí tengan ganas de actuar. Yo no sé si esto se podría haber avisado, pero sí se podría haberlo puesto en el lugar de rechazo que merece toda persona que aunque sea se exprese de esa manera.

Una multitud marchando en silencio

P: ¿Te parece que esta tragedia puede “servir” para que esa indiferencia, inclusive si no es  malintencionada, no ocurra más? ¿Crees que ahora la gente va a estar con las antenas más alertas ?

R: Mmm… va a depender del éxito que tengamos con las acciones que estamos dispuestos a empezar. Somos muchos, de muchos ámbitos de trabajo, de muchas esferas sociales, procedencias de todo tipo, y ya ayer nos estuvimos poniendo en contacto. Estamos dispuestos a formar un grupo que genere acciones que siembren paz.

P: Esto es muy fuerte lo que estás diciendo. Estás yendo más allá del fuerte mensaje de la marcha, estás mirando hacia adelante para garantizar que esto no se repita, ni contra judíos, ni contra negros, homosexuales o lo que sea.

R: Exactamente. Y con todo esto de fondo, con todos estos pensamientos, fue muy removedor participar en la marcha..

P: Rossana, creo que no hay uruguayo que no lo sepa ahora...aún así, te pido que me lo describas, por si algún distraído no se enteró y lo lee acá.

R: Totalmente. Fue una cosa totalmente removedora por todas las características que tuvo. Yo llegué a las 19.00, media hora antes, y ya había gente en todas las esquinas, en el cantero central… Empecé a repartir los afiches, que los fui bajando de a poco porque eran 1.500 los que habíamos  impreso…

P: No te alcanzaron ni de lejos.

R: Ah, claro que no....Había ya mucha gente esperando la marcha, gente que se sumó, que esperaba en la plaza y otros puntos. Tenías que ver cómo  se sumaba la gente a colaborar con lo que fuera, pero además niños, jovencitos, personas mayores y, entre ellos, un caso muy especial. Se me acercó un hombre y primero me dijo que quiere  ayudarme a repartir y yo le daba fajos de volantes… Al rato venía y me decía: “Dame más que voy a repartir en tal zona porque llegó mucha gente”, y yo le daba, como le daba a otros. Luego de varias vueltas me dijo: “Mirá que yo quiero sumarme en lo que sea que pueda ser útil, yo quiero colaborar en lo que se vaya a hacer de hoy para adelante…”.

 

Afiches por la convivencia en paz, en la Marcha del Silencio, Paysandú

P: Estaba claro, ya el sábado, que eso no era lo primero y último.

R: Y, ya te digo, es lo que iba surgiendo. Entonces yo le dije: “Bueno, justamente cantidad de gente me está diciendo eso”, y me dice: “Bueno, yo te quiero dejar mi número de teléfono, porque si se llega a armar algo, en lo que consideren que puedo ser útil, estoy”. Le pido su nombre, y cuando lo hace le pregunto dónde trabaja, me cuenta que está sin trabajo. Y ahí me dice: “Se me suicidó mi hijo”. Le entendí que hacía 15 días. Te podés imaginar  que yo ahí ya estaba helada. "Y  David me estaba ayudando mucho”, agregó.. Ahí es donde vos también tomás dimensión de quiénes éramos cada uno de los que estábamos en la marcha...Que hubiese gente que en medio de ese dolor -no me lo puedo imaginar, el dolor de  haber perdido un hijo-, estuviera ahí, de arranque, ofreciendo la mejor energía, moviéndose, y que todavía con ese broche de oro de que dijera que a él también David lo estaba ayudando… Bueno, creo que esas son cosas que hablan por sí solas de qué era la marcha, que fue hecha por toda la gente que participó.

Sanduceros marchando en memoria de David Fremd en Paysandú

P: Entiendo que la marcha, una vez ya decidida y convocada, fue como que se movió por su propia dinámica, casi literalmente te lo diría..¿no?

R: Tal cual. No había nadie que dijera, por ejemplo, en algún momento, qué hacer. Nadie dijo: "Bueno, ahora vamos a prender las velas” o “vamos a encolumnarnos en la calle…”.

P: Se dio todo natural....

R: Fue un momento en el que la gente se encolumnó en la calle y se empezó a pasar la luz con las velas, que fue otra cosa muy conmovedora, compartir… no era que cada uno prendía sino ir compartiendo con el de al lado la luz. Yo andaba por la mitad de la gente, repartiendo afiches, y vi que se habían juntado, y en un momento dado arrancaron a marchar.

P: Se dio así, como una fuerza de adentro que movía todo.

 

R: Yo no te puedo decir con palabras lo que era el silencio, pero en un silencio que te erizaba, cantidad de gente con los ojos llorosos, a un ritmo sostenido pero lento, que también lo puso la gente… Llegamos a la plaza Constitución, que estaba en la convocatoria lo de ir a la plaza, tener un último momento, saludarnos y desconcentrarnos. Sin embargo, la gente decidió quedarse por 18 de Julio, todo a lo largo. Incluso los que llegaron primero se abrieron y dejaron la calle libre por si los que estaban llegando querían llegar hasta la esquina, porque ya en la esquina final de 18 y Zorrilla es donde está la sede del Poder Judicial, entonces se ve que les habrá parecido que eso era apropiado.  La gran mayoría quedó mirando para el lado de los juzgados, algunos de frente, llegó un momento en el que ya nadie más pasaba por el medio y nos habíamos quedado en silencio, con las velas y nada más. En un momento dado los que estaban más sobre calle Montecaseros arrancan a cantar el himno, entonces toda la gente se juntó, nos pusimos como en ronda y nos pusimos a cantar el himno.

P: Se me eriza la piel de oir tu relato, aunque ya vi las filmaciones...

R: Había una señora, yo sinceramente no sé quién es porque estaba en la otra punta, que tenía una voz espectacular y que, de alguna manera, al cantarlo más fuerte permitía irse sumando. Viste que el himno nuestro es precioso pero es bastante difícil para que arranque una multitud y se enganche a cantar todos al unísono… entonces como que empezó todo el mundo cantando, pero más bajito, y enseguida se fue acoplando a esa voz que guiaba, también espontáneamente. Hubo momentos en los que sonaba más… se me quiebra la voz, como por ejemplo cuando hace el reclamo de libertad o cuando dice “Tiranos, temblad”. Cuando terminó el himno también, espontáneamente, todos a la vez, levantaron los afiches y sonó un aplauso que solamente escuchándolo se lo puede captar...ese  aplauso, sostenido, fortísimo y prolongado. Una vez que eso terminó, cuando bajamos los afiches, una maestra muy conocida acá en Paysandú, Olga Flores, gritó un “Viva la libertad y la convivencia en paz”, y dimos vivas. Y ahí terminó. Así fue.

P: Hermosísima tu descripción, si cabe el término en medio de tanto dolor....

R: A mí me parece que hay cosas admirables en la cultura judía, ese apoyarse, ese saber encontrar la fuerza..Y es una gran cosa que los hijos de David y Susy hayan podido estar, esto no tiene precio. Ahora el trabajo nuestro es, a partir de anoche, la construcción. Todavía, por supuesto, lo vamos a seguir llorando, pero bueno, eso es natural. Otra de las cosas que anda por ahí latente es comunicarnos con el ciudadano que arrestó al asesino…

P: Si, que lo corrió tres cuadras.

R: Tiró la mochila, lo que vio era que alguien que había atentado contra otro… y todos esos reflejos, esa decisión, esa valentía… ¿Viste cuando hablábamos hoy al principio, de que de repente por miedo hay gente que no se involucra? Mirá este héroe.

P: Sí, realmente.

R: Y después él se enteró de que era David, eso está en El Telégrafo del miércoles, él se expresa con tanto dolor y decía: “No sirvió para nada lo que yo hice porque no lo pudimos salvar a David”. Y estoy segura que también los médicos lucharon desesperadamente para salvarlo. Muy duro todo...

Y bueno, volviendo a la marcha, si hubiéramos sido todos judíos por supuesto que habría tenido mucho valor, pero…

P: No, no, pero acá el valor agregado es la sociedad sanducera que salió a la calle, ese es el tema central. No salieron solamente los judíos. Salió Paysandú a llorar y repudiar.

R: Es cierto Ana. Así lo sentimos. Así fue.

P: Mucha gente que estaba allí seguramente alguna vez había hablado con David, pero estoy segura de que había miles que nunca lo habían visto o que no lo conocían e igual iban, por identificación con lo que esto significó para la sociedad sanducera, ¿verdad?

R: Exactamente.  Antes de empezar la marcha, un hombre me dice: “Le quiero contar una cosa. Yo vengo por David y me solidarizo con la comunidad judía. Pero yo vengo también por algo mucho más grande, que excede a este hecho, que es que yo rechazo que este tipo de cosas nos pasen”. Hasta se dan esos testimonios directos también de por qué la gente fue. Pero sin duda también había allí mucha gente que no lo conocía, aunque me parece que la mayoría sí. Llegaban mensajes también de pueblitos del interior...

P: O sea fuera de la ciudad de Paysandú...

R: Así es. Hubo un mensaje que vino de Orgoroso, que es un pueblo pequeño que está a unos cuantos kilómetros de la ciudad de] Paysandú, para el lado este de la ciudad. De ahí, una mujer me pone: “Te escribo desde Orgoroso, este pueblito tan humilde. No piensen que solo ustedes están dolidos, nosotros también estamos llorando a David, porque acá lo queríamos mucho, porque era un hombre que nunca nos dejó de a pie con lo que precisáramos, y siempre sin pedirnos ni referencias comerciales ni recibos de nada”. Es así todo el tiempo.

 

P: No tengo palabras para agradecerte Rossana.

 

R: Muchas gracias a ti.

Ana Jerozolimski
(07 Marzo 2019 , 11:45)

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