Janet Rudman

Janet Rudman

Me gusta leer y escribir. Encontré en la lectura y la escritura una forma de canalizar mi esencia. Leo con la misma pasión con la que tomo café. Me gusta escribir sobre historias mínimas. He trabajado en varios proyectos editoriales uruguayos que construían identidad judía: Kesher, TuMeser, Jai y ahora formo parte del staff de SemanariohebreoJai.

Columna de opinión

Es necesario que hablemos

Manuel llegó tarde a la cita. Quince minutos. Dijo que tenía poco tiempo. Su mamá estaba enferma y necesitaba medicamentos. Manuel no miraba a los ojos a Rosa. Algo no estaba bien.  Él estaba inquieto. ¿Sería por el tráfico? Había manejado un tirón desde su comercio en Paso Molino para llegar al Valerio en Pocitos.  Era una tarde cálida de primavera. Rosa se sentía feliz, lo había esperado con un libro para regalarle. Le había comprado una  nueva edición de “Cuentos de amor y muerte” de Horacio Quiroga. Manuel había nacido en Salto, había venido a estudiar a Montevideo hacía muchos años y mantenía un vínculo con su Salto natal, aunque no tenía ni familia ni amigos allá.

—Rosa, es necesario que hablemos.

—Vos sabes que yo te quiero mucho, pero es momento que abramos esta relación. Yo todavía soy joven, por lo menos me siento así. No quiero dar el siguiente paso contigo, que sería convivir. Yo quiero conocer otras mujeres pero sin serte infiel.

Rosa sintió que un balde de agua fría le caía sobre su cabeza. ¿De qué le hablaba este hombre? Ella había sido criada en una familia muy tradicional. Sus hermanas estaban casadas y tenían hijos. Ella tenía 30 y lo que más quería en la vida, era tener una pareja estable e hijos. Ella tenía una foto mental de un departamento con niños y un perro, si era un caniche marrón, mejor.

—Nunca me dijiste nada de todo esto. Yo pensé que me querías.

—Yo te quiero, ¿quién te dijo que no?

—No es la forma de querer a la que me refiero. Si vos queres conocer mujeres, está perfecto. Pero a mí no me digas que me querés. Eso deciselo a tu abuelita. ¿Vos  sos tarado o hijo de puta? Anda a tu querido Salto a decirle a una mina después de dos años de bancarte que queres  salir con otras.

—¿Quién te va acompañar largas horas en la emergencia con tu madre? Tu madre o está enferma o se deprimió porque le cambiaste la medicación de antidepresivos. ¿Vos te miraste bien al espejo? Los años pasan. Para mí también y yo quiero tener hijos. No quiero ir al ginecólogo y que me rotule  como “madre añosa”. Quiero formar una familia contigo. Evidentemente, no compartimos planes de futuro  ni de presente. Esta es la última vez que nos vemos. Te había comprado un libro de Horacio Quiroga, acá te lo dejo.

—No te podés ir así, de esta manera.

—  Si que puedo, y te digo más. ¿Por qué no te vas a la puta madre que te recontra parió y le compras medicamentos?

 

Janet Rudman
(6 de Agosto de 2021 a las 14:37)

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