Mundo Judío

Dios: su lugar y percepción dentro del movimiento Masortí

Teología judía y teología dentro del Movimiento Masortí: ¿Existe una teología única y legítima?

Consideramos que el judaísmo, en tanto cultura tradicional implica cierta concepción de Dios, así como la búsqueda constante de aquello que consideramos divino.

Dentro de nuestro movimiento conviven diversas concepciones del concepto de Dios, desde aquellas de índole más personal que ven a Dios como un ente de existencia real que mantiene un vínculo constante con sus creaturas, hasta aquellas que ven en Dios un ideal que reúne todas las características a las que debemos aspirar. 

Ni siquiera el Tanaj (Biblia Hebrea) en sus distintos libros y estratos, presenta una concepción unívoca de Dios, sino más bien un registro de diversas maneras en las que lo divino fue concebido a lo largo del período bíblico.

No es posible convenir una teología particular y exclusiva dentro del Movimiento Masortí. Sí es posible afirmar que uno de los asuntos que mueve a los líderes e intelectuales de nuestro Movimiento es el reconocimiento de la centralidad que ocupa Dios en la tradición y en el abordaje de esta, así -parafraseando al rabino A.J. Herschel- la búsqueda constante y el intento de lidiar con Dios, es decir, de definir lo que entendemos por tal y el modo en que nos vinculamos con lo divino en nuestra experiencia personal y colectiva.

b. Entonces, ¿qué es lo que caracteriza el abordaje de Dios en el Movimiento Masortí?

A lo largo de su historia el judaísmo ha dejado –en cierto grado— en manos de cada individuo la libertad suficiente para que cada cual desarrolle su propia teología o comprensión de Dios y todo lo que ello implica. Sin embargo, ignorar las convenciones sobre las que cada teología individual suele encuadrarse, sería presentar este asunto de manera parcial e incompleta.A continuación, se presentarán distintas ideas o convenciones con respecto al abordaje del concepto de Dios que resultan generalmente difundidas y propugnadas por distintas figuras del Movimiento Masortí.Aquellas que pueden resultar relevantes a los lectores de este material y ayudarlos de este modo a enriquecer y a enaltecer su práctica judía, su sentir y su abordaje intelectual de un asunto tan central a los ojos del judaísmo.

-Dios como presencia inefable: Heschel[1]

Las doctrinas racionalistas clásicas ven en el intelecto el vehículo exclusivo en el vínculo con Dios. Dentro de nuestro Movimiento hay quienes postulan, que este vínculo se cristaliza tan solo a través de la experiencia y del sentir personal. El mayor exponente de esta doctrina es el ya citado rabino A. J. Heschel.

Heschel sostiene que los humanos contamos con lo que podríamos definir como una suerte de instinto religioso, es decir, una tendencia natural a buscar la conexión con lo trascendente. Dios es una presencia inefable, es decir, se trata de una presencia que no es posible expresar o definir en palabras. El instinto natural humano no es el de la definición de aquello que llamamos “Dios” sino el de la experiencia de lo divino.

-Dios como agente de unión de todo lo que existe: Shavit-Artson.[2]

De modo similar, hay quienes realzan la idea del vínculo, pero sin embargo sostienen que Dios no se halla necesariamente en el vínculo, sino que Dios es el vínculo o el agente que facilita la unión e interacción de todo aquello que existe.

Esta teoría es formulada por el rabino B. Shavit-Artson, uno de los mayores referentes de la doctrina llamada “teología de los procesos” (del inglés, “process theology”) en el mundo judío. Esta teoría postula que Dios se halla, fundamentalmente, en el proceso continuo de la Creación. Este proceso es eterno e incesante y en él participa Dios, pero también sus creaturas. Dios no es tan solo el vínculo sino por sobre todo el vínculo creativo, la fuerza creativa que yace dentro de cada individuo y que lo lleva a actuar e interactuar con el mundo constantemente.

-Dios como representación de todo aquello que debemos alcanzar: Kaplan[3]

Las dos posiciones anteriores representan la visión predominante en el seno de los intelectuales y pensadores de nuestro Movimiento en cuanto a que Dios es un ente de existencia real. Sin embargo, hay quienes sostienen que esta cuestión –es decir, la existencia o la probabilidad de la existencia de Dios— no es necesariamente relevante, sino que lo que se debe destacar es la idea de Dios y todo lo que ello implica.

El mayor exponente de esta teoría fue el catedrático y rabino M. Kaplan, quien luego se convertiría en el precursor de otra denominación en el mundo judío moderno. Kaplan se refiere a Dios como una idea.Dios reside como idea, como concepto, en cada individuo. Esta idea ha encarnado a lo largo de la historia judía todo aquello que es reconocido como bueno, bello, ético y positivo.

De más está decir que las posturas mencionadas anteriormente se apoyan en ciertas convenciones comúnmente aceptadas acerca de Dios, o del concepto de Dios, que fueron registradas en la literatura judía clásica. Por ejemplo, la concepción de la unicidad de Dios y de Su unidad. Asimismo, algo que caracteriza a gran parte de las teologías dentro del Movimiento es la concepción de Dios, o la idea de Dios, como origen y fuente de toda moralidad.

Para ampliar esta información:

Masorti/Conservative Ideology (masortiolami.org)

Educational Resources (masortiolami.org)

 
[1]Heschel, Abraham Joshua z”l (1907-1972): rabino, teólogo y filósofo. Nacido en Polonia hacia principios del siglo XX, Heschel se formó como rabino y catedrático en Alemania para luego emigrar a los Estados Unidos, lugar en el que llegaría a la cúspide de su carrera y en el que pasaría el resto de sus días. Fue un autor prolífico y, sin dudas, uno de los pensadores judíos más prominentes del siglo pasado. Promediando sus días, se abocó fuertemente al activismo político y al apoyo del movimiento por los derechos civiles de la población afrodescendiente en Estados Unidos.
[2]B. Shavit Artson, El Dios del ser y de la relación, Jewish Lights Publishing, Vermont, 2013. (Texto original solo disponible en inglés: B. Shavit Artson, God of Becoming and Relationship, Jewish Lights Publishing, Vermont, 2013.)
[3]Kaplan, Mordejai z”l (1881-1983): fue rabino, ensayista, pensador y educador judío. Nacido en Lituania, emigraría a los Estados Unidos durante su infancia y se formaría en el mundo de las yeshivot o casas de estudio ortodoxas de Nueva York. Kaplan, prolífico escritor, dejó sentadas las bases de su visión del judaísmo en una serie de libros en la que propone ver al mismo como una civilización, es decir, no tan solo como una fe, una religión o una etnia, sino más bien como un espectro de costumbres, creencias, idiomas, ritos, prácticas, mitos y conocimientos que siempre se halla en un determinado momento de su ineluctable evolución.

M. Kaplan, El sentido de Dios en la religión judía moderna, Behrman, Nueva York, 1937. (Texto original solo disponible en inglés: M. Kaplan, The Meaning of God in Modern Jewish Religion, Behrman, New York, 1937.)

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