En comunidad

En la bendita memoria de David Fremd

La sinagoga de la NCI estaba completamente colmada. Eran las siete y media. Había gente de todas las edades, los habitués, los chicos de las tnuot y un público que rara vez aparece en las actividades comunitarias

En memoria de David Fremd Z”L,  Fernando Butazzoni iba a exponer sobre  de La banalidad del bien. Probablemente, la nutrida convocatoria respondía en parte al alto nivel del conferencista.

Los oradores fueron,  el Director Ejecutivo de la NCI David Telías,  el  Presidente Claudio Elkan, el Rabino Daniel Dolinsky, y Fernando Butazzoni , escritor, conferencista, cineasta y periodista uruguayo.

 La oratoria se centró en  el motivo que nos había reunido en memoria de David Fremd Z”L no para hablar de él, dado su bajo perfil, sino para inspirarnos en su muerte y crear un espacio para la discusión.  Me gustó la palabra “gestor discreto”, en referencia a David Fremd Z”L. Juntarnos para debatir sobre la fragilidad de la convivencia en todos los ámbitos, es una necesidad que atraviesa nuestra vida como ciudadanos de Uruguay y como miembros de la comunidad judía. El antisemitismo es un peligro para todos aquellos que defienden los valores de la convivencia humana y no solo para los judíos.

El Rabino Dolinsky con su habitual tono cálido, explicó que hay dos formas de recordar, una con el corazón y otra con la mente. En el judaísmo, en Izcor recordamos  con el corazón, a aquellos que no están físicamente entre nosotros.  David Fremd Z”L partió a su morada eterna, pero su recuerdo nos interpela a la acción.

Foto de Enrique Lewin NCI

 

Me sentí profundamente inspirada por las palabras de todos los oradores. No volaba una mosca en la sala y solo un celular allá lejos sonaba muy fuera de contexto.

Foto de Enrique Lewin de NCI

Fernando Butazzoni habló primero de Hanna Arendt y de su concepto de la “banalidad del mal”. Hanna Arendt, en las palabras de Butazzoni estaba más preocupada por el entorno social, educativo y cultural  de Eichmann que por sus crueles crímenes en sí mismos.

Cuando murió David Fremd Z”L, hubo quién dijo que esta no eran prácticas comunes en Uruguay. Pero este no fue un hecho único. No querer ver el antisemitismo en el Uruguay, es como mirar la realidad con los ojos vendados. En ese momento, hubo quien dijo que era un hecho aislado, que esas cosas no sucedían en Uruguay, pero pasó en Paysandú. La famosa teoría de un “loco suelto” no fue cierta. David Fremd Z”L murió por ser judío, no lo mataron en un robo y menos en un duelo.  Su verdugo, lo fue a buscar a él, era un maestro convertido al Islam.

Ante eventos de tal naturaleza, muchos hablan y otros callan. No hay que ser complaciente con las palabras, el famoso “por algo habrá sido”, transforma a la víctima en victimario. La Intifada de los cuchillos de Jerusalem no es la causa de su muerte. Fremd murió por ser judío, solo por eso. Cuando leí en el “Telégrafo” de Paysandú y en el Semanario Hebreo escrito las notas al panadero, opiniones de  los vecinos, me pregunté que cambiaba que haya sido un hombre honesto, buen padre, querido por todos. Al asesino le importó poco, dejar una viuda y tres hijos.

La sociedad en general no se alarmó demasiado por el asesinato. Profesó una profunda indiferencia, el más peligroso de los sentimientos.

Butazzoni hizo referencia a las fake news, a esta época de mucha expresión de odio en el anonimato. Nos habló de la frivolidad de decir, creer, repetir, tomar como ejemplo a figuras que son formadores de opinión pero que muchas veces nos desinforman.

Al otro día de la charla, nos levantamos con la noticia de una masacre en una mezquita en Nueva Zelanda que fue trasmitida por facebook. Era de un grupo supremacista blanco. El odio se disemina como un virus, es como esas cadenas de whatsapp que difunden mentira tras mentira.

El concepto de convivencia aceptando las diferencias, el respeto, el aceptar que un discurso de odio es peligroso y puede terminar en un crimen como en el de David, el de Pittsburg o el de la mezquita.

Cuando abro twitter todos los días, me encuentro con mensajes que no se si responden a la inteligencia artificial de trolls o gente que carece de los mínimos valores necesarios para la convivencia en sociedad.

“Lo contrario del amor no es odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino la indiferencia entre la vida y la muerte.”  Eli Wiesel

Cuando el odio irrumpe en nuestras vidas no se puede ser indiferente. No importa si las víctimas son musulmanes en Nueva Zelanda o judíos en Paysandú. Todo menos la indiferencia.

La consigna es la acción. Desde el lugar de cada uno, es necesario desacreditar  los mensajes de odio con la convicción de que es nuestra misión personal  vivir en una sociedad honesta, abierta y empática con el diferente.

Janet Rudman
(15 Marzo 2019 , 17:29)

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