Fuente: CJL Fuente: David Garriga
En marzo de 2016, Omar Peralta atacó con un cuchillo a David Fremd en la ciudad de Paysandú, Uruguay. Lo hizo “en nombre de Alá”.
Fremd falleció horas más tarde en un centro médico, y Peralta fue declarado inimputable por tener trastornos psiquiátricos.
¿Cómo llega un maestro de 35 años a convertirse a una versión radicalizada del islam y cometer un atentado de estas características en nombre de la Yihad internacional?
A continuación David Garriga, responde en detalle cómo són los procesos de radicalización islámica en occidente, y cuáles son las señales de alerta para trabajar en materia de prevención.
David Garriga es Licenciado en Criminología y Política Criminal, tiene un máster en Mundo Árabe e Islámico, es autor de nume rosos libros y artículos, y Presidente de CISEG (Comunidad de Inteligencia y Seguridad Global), la organización española sin fines de lucro que reune profesionales en la lucha contra la radicalización violenta yihadista.
¿Cuáles son los primeros pasos en el proceso de radicalización?
Una persona cualquiera no se levanta de un día para el otro, agarra un cuchillo y mata por una ideología. Hay un proceso, algunas veces más rápido y otras más lento. Por ejemplo Al Qaeda necesitaba entre tres y cinco años, y Daesh en uno o dos puede convencer a un chaval o una chica de que se radicalice.
La radicalización tiene dos partes: la radicalización cognitiva, esto es que una persona tenga ideas radicales, que en principio no sería un delito, y la radicalización violenta, que lleva a esta persona a no solo tener ideas radicales, sino a tener conductas violentas. En este último caso, las fases que observamos en los jóvenes con los que trabajamos suelen ser principalmente cinco.
La primera, que denominamos etapa de iden ti cación, es cuando el reclutador, que es una persona que está adoctrinada y formada para detectar qué jóvenes son candidatos a ser radicali zados, observa un chico que tiene vulnerabilidades para radicalizarse.
Entonces entra dentro de un proceso de captación, que es cuando un reclutador contacta con este jóven y le empieza a hacer lo que conocemos como el “lavado de cerebro”, una práctica de distorsiones cognitivas. Luego entra en una etapa de adoctrinamiento, que en Occidente podría ser sólo ideológica, pero en otros países podría incluir adiestramiento en armas, sobre todo en armas largas y fabricación de explosivos.
Esto lleva a una fase de idelización, en la que ya no hay marcha atrás. En esta etapa finall el chico está convencido de que es el elegido para esa causa, y es difícil aquí aplicar programas de desvinculación. Finalmente, la última etapa es la de acción, que es cuando activan a este hombre para que atente, o lo mantienen latente hasta que tenga que atentar.
¿Qué tipo de perfiles son más comúnmente objetivos de los reclutadores?
El perfil del reclutado ha ido variando con los años. Pensemos que estos grupos terroristas son inteligentes, tienen una nanciación y una estructura muy potente y saben muy bien lo que quieren a mediano y largo plazo. Entonces, cuando ven que hay per les que ya están detectados, cambian la es trategia.
Al día de hoy el perfil ha bajado bastante la media de edad. Si antes Al Qaeda estaba buscando personas entre 30 y 35 años, ahora está buscando incluso menores de edad. A nivel conductual, están buscando per les vulnerables, es decir, que el chico 2 o la chica estén teniendo indicadores de crisis de identidad, que se puede atribuir según el lugar a diferentes cosas.
En España, por ejemplo, nos encontramos que van muy detrás de chicos que son de segundas genera ciones de inmigrantes. Ellos al haber nacido en España se sienten en un paso intermedio, no se sienten integrados en España ni tampoco en el país de sus padres, entonces esa crisis de identidad les ayuda mucho a los terroristas a tirarlos hacia ellos. Otros factores que inciden son los agravios sociales que sufren los musulmanes en las calles, la falta de alternativas económicas y la búsqueda del éxito fácil, la necesidad de pertenencia, y finalmente, uno de los indicadores que más han sabido trabajar estos terroristas a través de las redes sociales es el sentimiento de odio. Utilizan el odio que crean en estos jóvenes contra ellos mismos y contra su propio país, contra Occidente en general.
En cuanto a las características psicológicas, lo que hemos visto mucho es la presencia de trastornos límites, o trastornos antisociales de la personalidad, pero vamos, en cuanto a diagnósticos psiquiátricos o psicóticos, no hay ninguno, y realmente no buscan esos per les precisamente.
¿Cómo abordamos el problema de la radica lización desde una perspectiva de género? ¿Cuál es el rol de la mujer en la yihad?
Este es el rol que más ha evolucionado. Cuando empezó, Al Qaeda relegaba a la mujer a ser la cuidadora del muyaihidin, soldado y guerrero de la yihad. Básicamente su rol era procrear y cuidar a los yihadistas, sobre todo a su marido cuando regresara de la batalla. Con Daesh pasaba al inicio un poco igual, pero muy rápidamente evolucionó, y mientras a muchas de las que se captó para ir a este idílico “Estado Islámico” era para procrear, porque justamente era lo que necesitaban para expandir la base de terroristas, rápidamente comenzaron a darles roles mucho más importantes: ya no solo ser madres y esposas sino ser reclutadoras activas, difundir propaganda, y sobre todo, brindar apoyo logístico.
Hay tres principales motivaciones que llevan a un hombre o una mujer a acceder a este tipo de radicalización: las ideológicas, o sea “yo creo en esta ideología que me están vendiendo”, las existenciales o identitarias, “yo me siento identi cado con ellos”, y las emocionales o afectivas, te vas allí porque estas enamorado de un muyahidin o porque te quieres casar con un terrorista.
Las motivaciones ideológicas representan un 70% entre los varones, y solo un 15% entre las mujeres. La mayoría de ellas (60%) se unen por motivaciones identitarias o existenciales. Y en cuanto a las motivaciones emocionales y afectivas, están a la par, para los hombres están sobre el 20% y para las mujeres, sobre el 25%. Por lo tanto, esa imagen que se vendió de que la mujer iba a formar parte de este grupo terrorista porque se enamoraba de un muyahidin, y la ubicaba como sumisa y relegada es falsa, realmente el porcentaje no es tan alto.
Ahora, hay diferentes tipos de radicalización, ¿no? Porque no es lo mismo, por ejemplo en América Latina, el ataque planificado y coordinado contra la AMIA en Argentina que el ataque con cuchillo que realiza un individuo auto radicalizado, como ocurrió con David Fremd en Uruguay.
Correcto. Realmente esto es un poco el quid de la cuestión. Ellos desde un inicio han sabido trabajar en dos ámbitos. Uno es el de las células, personas coordinadas para actuar conjuntamente, y que pueden realizar atentados muy fuertes. Estos terroristas están formados, adoctrinados y adiestrados en armas largas y en explosivos, y son los que podríamos llamar “terroristas de más impacto”. Esta gente es preparada durante un tiempo y realmente cuando actúa, si actúa, sea individualmente o en célula, realiza un atentado de grandes víctimas y de gran repercusión.
Pero por otro lado también trabajan con terroristas individuales que no han sido formados, muchos de ellos se auto adoctrinan solos a través de las redes sociales con su propaganda. Y aquí tenemos diferentes tipos: están los “guiados”, chicos y 2 chicas jóvenes que no forman parte del grupo terrorista, que fueron captados a través de redes sociales pero no tuvieron un adoctrinamiento como los que tienen los de las células, y que básicamente los convencen para que salgan y maten. Como no tienen una formación o un adiestramiento en armas largas y explosivos, lo único que pueden hacer es coger un cuchillo o un camión.
Luego están “los inspirados”, que no tienen casi contacto con ningún reclutador, se radicalizaron solo a través de la propaganda, y por “x” motivos se activan en momentos dados y salen a la calle y matan.
Y nalmente, “los imprevisibles” son gente que por cualquier noticia que vean que atenta contra su ideología salen a la calle y matan. Recordarán un caso clásico de hace poco tiempo, el atentado que hubo en Francia de un chico que decapitó al profesor de una chica por haberle dicho que saliera de clase por su religión cuando se iba a hablar de un tema puntual. Pues este chico se consideró terrorista yihadista pero realmente a él lo que lo hizo salir a la calle, aunque tuviera una radicalización previa, era que esa noticia no le cuadraba, no la aceptaba, y acabó matando al profesor.
Entonces, estos terroristas individuales sin formación y adoctrinamiento tienen un impacto que en cuanto a cantidad de víctimas es menor, pero a la hora de ser detectados por la policía es más complicado. Porque como se radicalizan muchas veces solo online y el tiempo que necesitan para hacerlo es bastante corto, es difícil que la policía los tenga detectados y los pueda parar a tiempo. Las células y los terroristas formados y adoctrinados tienen un proceso más largo, es más fácil que la policía los pueda detectar a tiempo y frenar, aunque si no lo hace el atentado es mucho más grave y la repercusión es tremenda.
Para ir terminando, todos sabemos que América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo, y a partir de la crisis desencadenada por la pandemia del COVID-19 la brecha se intensi có. Teniendo en cuenta esta nueva realidad,
¿Cuáles son los efectos que podríamos proyectar en términos de radicalización?
El COVID ha acelerado el proceso que tenían estos terroristas para implantar su radicalización a nivel mundial, pues ha potenciado y acelerado la radicalización online. Hay que pensar que son un terrorismo inteligente, sabían que durante el COVID iban a incrementarse las horas que las personas pasarían frente al ordenador, que los chicos pasarían más tiempo jugando a la Play Station o estando en redes sociales, y aceleraron y
multiplicaron casi por tres su nanciación dirigida a expandir su propaganda y su radicalización allí. Dicho esto, en España por ejemplo hemos visto que en solo los primeros seis meses del 2020, en plena pandemia que estabamos todos con nados, hubieron más detenciones de terrorismo yihadista que en todo el año de 2019. La mayoría de ellos fueron detenciones por auto-adoctrinamiento, justamente por estos discursos que estos terroristas difundían en las redes sociales.
Hay tres puntos principales en los que ellos trabajan actualmente. Aparte de la difusión a nivel internacional, están enfocados en prisiones. Sabían que sus terroristas acabarían en prisión y ya habían preparado toda una estrategia para que el hecho de pasar por allí no sea vivido por el terrorista como una castigo, sino como la vía adecuada y correcta en su camino para la yihad.
Otro de los temas que nos preocupa es el de los retornados. Muchos occidentales fueron a combatir con estos terroristas, y ahora se encuentran con que han sido detenidos, están en campos de refugiados esperando que sus países de origen les accedan el derecho a retornar. ¿Qué pasa con esto? Es muy complicado porque estamos hablando de hombres y mujeres que han ido ahí a luchar con estos terroristas y a la hora de volver a su país es un delito.
Finalmente, el otro espacio es el de los menores, cuya exposición a la radicalización yihadista se ha potenciado mucho después del COVID con toda la propaganda y el reclutamiento en internet a través de las redes sociales. lo que hacen es tantear su ideología e irlo reclutando. Sin embargo realmente con menores no podemos pensar que es solamente el tema de la captación online, también la of ine existe. Justamente noso tros vimos que en los atentados de Barcelona, de la célula que actuó, tres de los jóvenes eran menores de edad, y justamente su acercamiento y captación no fue a través de redes sociales, sino que fue a través de gente cercana y del ámbito familiar. Hay que estar muy pendientes en ambas vías.