Foto de portada: Ben Farrah, Dover Tzahal
El viernes 4 de febrero de 1997, dos helicópteros israelíes se estrellaron dos helicópteros Yas´ur de la Fuerza Aérea de Israel que estaban en camino a la franja de seguridad sud-libanesa en aquel entonces bajo control de Israel, como parte de su guerra contra el terrorismo. Todos los 73 soldados y oficiales que iban a bordo, perecieron.
Al cumplirse ahora 25 años, según el calendario hebreo, volvemos a compartir una entrevista que realizamos en el último Iom Hakizaron, el día recordatorio de los caídos, a Roberto Hoffman, cuyo hijo Alejandro (Ale) fue una de las víctimas en el accidente, con tan solo 19 años. Es una entrevista que combina dolor y esperanza. Es más una entrevista sobre la vida que sobre la muerte.
![La última foto. Ale y su hermana Barbara, entonces de 16 años, en su casa en el kibutz Misgav Am en el que vivían.Dos días después, murió.](https://www.semanariohebreojai.com/cnt/media/20210414_045519_4.jpg)
Roberto Hoffman, al igual que el resto de las familias de los soldados caídos, fue acompañado en el difícil proceso posterior a la muerte de su hijo, por el Ministerio de Defensa. Luego, cambió el rol y apoya hoy a otras familias partiendo de su propia experiencia, alentando, destacado que siempre hay por qué vivir. Sharon, la asistente social que acompaña a Roberto en los últimos años, con la que hablamos unos minutos antes de realizar la entrevista, destacó que él está siempre dispuesto a ceder de su tiempo para apoyar a los demás.
Pero Roberto Hofman no es sólo el padre de Ale que ya no está. Es artista y escribe. Y aunque nos explica que hace años ya no está “de duelo”, el recuerdo está allí, presente, también en lo que escribe. Y comparte con nosotros algo que salió de su pluma hace tan solo unos días.
![Juntos, en la vieja vida](https://www.semanariohebreojai.com/cnt/media/20210414_045705_3.jpg)
Con Roberto hemos conversado ya antes de esta entrevista. Tenemos claro que le gusta la vida y la ve con optimismo, lo cual nada socava de la nostalgia por su hijo. Pero también el duelo ha ido cambiando de forma.
¿Cómo vivir y seguir extrañando?
Y junto al apego por la vida hoy, están los recuerdos de Ale, el hijo al que después de muerto, su padre siente que lo conoció plenamente.
Preguntamos a Roberto si al venir con su familia de Argentina, nunca temió por los riesgos de seguridad en la vida en Israel. Responde con realismo, y comparte un cierre alentador.