Unidos contra el ataque a las mezquitas en Nueva Zelandia
Fotos: Yosi Zamir, Tag Meir.
Decenas de personas, todos ciudadanos israelíes, algunos musulmanes y otros judíos, se dieron cita el domingo por la noche frente a la embajada de Nueva Zelandia en Tel Aviv, para expresar su dolor por el atentado terrorista del viernes 15 contra las mezquitas, que dejó a 50 musulmanes muertos.
Fue una vigilia silenciosa pero de potente mensaje: la violencia no puede ser parte del diálogo si se quiere vivir en paz.Entre los presentes, líderes religiosos judíos y musulmanes.
La iniciativa fue de la organización israelí Tag Meir encabezada por Gadi Gvariahu-él mismo un judío observante- que brega constantemente por el acercamiento pacífico, el diálogo y el mutuo respeto.
“Somos una pequeña luz, brillante, al final de un oscuro túnel”, declaró en el evento el Sheikh Abdallah Nimr Badr, ante los participantes de ambas religiones. “Si vamos a vivir en paz, este tipo de comportamiento debe ser erradicado”.
No hubo discursos incendiarios sino llamados a la convivencia interreligiosa y oraciones en hebreo y árabe, que cada uno decía de acuerdo a su religión. Se encendieron velas recordatorias y estudiantes árabe-israelíes de la academia Al-Qasemy de Haifa mostraban carteles con fotos de las víctimas asesinadas en Christchurch y la frase “Stop Islamophobia”.
El Rabino Esteban Gottfried, director de la comunidad Beit Tfila en Tel Aviv, exhortó a los presentes a cantar juntos una versión cambiada de la conocida “Osé Shalóm”, considerada una plegaria por la paz. “Agreguemos a Ishmael”, pidió. “Cantemos Hu Yaasé Shalóm Aléinu ve al kol Israel ve Ishmael”. En español, que Él (Dios), traiga la paz sobre nosotros y sobre todo Israel e Ismael, o sea a judíos y musulmanes.
“Cuando los fanáticos hacen ruido, nuestra voz es silenciada”, advirtió el rabino.
Los eventos de Tag Meir no son multitudinarios, pero son una luz constante que apunta al diálogo y la convivencia pacífica. Procuran estar presentes siempre a raíz de incidentes que contradicen el espíritu de la paz que defienden, defendiendo la lucha contra el extremismo. Días atrás fueron a visitar una aldea palestina en la que desconocidos, supuestamente extremistas de ultraderecha, pintaron grafittis hostiles en vehículos en el lugar y-salvando las distancias- realizan visitas de duelo a las familias del soldado Gal Keidan y el rabino Ahiad Ettinger, asesinados en el atentado del domingo junto a Ariel.