Cultura

Club de lectura de B'nai B'rith comenzó con La Bailarina de Auschwitz

El Club de lectura  de B'nai B'rith recomenzó con este libro inspirador y arrollador. Fue un encuentro  de mucha reflexión con intercambios muy fructíferos. Trabajar un libro en taller implica desmenuzarlo en pedacitos, sobre todo un texto autobiográfico como este.

Presentación en el Taller

 

 

Edith Eva "Edie" Eger  nació el 29 de septiembre de 1927 en Kosice, Slovakia, que cayó bajo el dominio de Hungría en 1938.

Cumpleaños de 94 de Edith Fuente: instagram
Con su novio Gene, quien murió en el 2021

 

De joven la entrenaron en ballet y gimnasia. Se estaba preparando para los Juegos Olímpicos, pero en 1942 la excluyeron del equipo cuando el gobierno húngaro proclamó nuevas leyes en contra de los judíos.

Tenía también toda su juventud por delante y el deseo vivo de convertirse en una gran bailarina clásica. Pero una madrugada fría de abril, un grupo de soldados irrumpió con violencia en su casa y la capturó a ella, a su familia y allí comenzó su periplo a Auschwitz. 

Hoy es una psicóloga que ejerce en los Estados Unidos. Es discípula de Victor Frankl, “El hombre en busca de sentido”, se especializó en el tratamiento del trastorno de estrés postraumático.

La autora cuenta: “Todos los días tengo la oportunidad de conectarme  a través de podcasts o conferencias o sesiones de terapia uno a uno. Es necesario encontrar el propósito para estar inspirado en la vida. Recomiendo el libro más poderoso, “El hombre en busca de sentido", para entender esto de manera profunda”

¿Por qué leer este libro?

Además de ser una historia verdadera, nos muestra la capacidad de la protagonista de sobrevivir a Auschwitz y aunque le llevó muchos años después convivir con el trauma superarlo.

El psicólogo uruguayo Ale de Barbieri habla del optimismo mágico, ese que cree que todo se puede.  A Edith le costó muchos años y muchas horas de terapia poder perdonarse y perdonar. No fue fácil.

Edith, un día de trabajo

 

Preguntas

La protagonista de este libro se pregunta constantemente es ¿Por qué yo? ¿Por qué tuve vivir esto? ¿Por qué sobreviví?

Muchos de los sobrevivientes callaron durante mucho tiempo y quisieron bloquear los recuerdos. En el caso de Ana Vinocur, fue la primer sobreviviente en América Latina en contar su historia. Les recomiendo su libro: “Sin título”.

¿Qué diferencia este libros de otros?

Este libro cuenta la historia de Edith y marca el camino para lograr la superación del trauma.

Hay una gran diferencia entre la victimización y el victimismo, como bien nos lo explica nuestra querida Edith en este libro. Una viene del exterior y se puede vencer, pero la otra viene del interior de cada uno de nosotros. Un sentimiento que hace que realmente creamos que nos merecemos todos los que nos pasa. Es una forma de pensar culpabilizadora, pesimista, atrapada en el pasado, implacable y castigadora que se convierte en nuestra propia cárcel y es ahí donde realmente debemos empezar a cambiar. Nuestro propio “Egipto”.

Meollo del libro

A dejar de pensar como víctimas y avanzar. Edith nos muestra el camino, ya que su pena empezó en la línea de selección mientras la separaban de su familia en Auschwitz y la acompaño treinta años después cuando por fin pudo perdonar. Perdonarse así misma por estar viva y porque siempre se puede volver a empezar. No haber dicho que su mamá era su hermana, y la creencia que pudo salvarla.

Las palabras de Edith

“No tengo derecho a quejarme; esto no es Auschwitz». Estas comparaciones pueden llevarnos a minimizar o subestimar nuestro propio sufrimiento. Ser un superviente, salir adelante, requiere una aceptación absoluta de lo que se ha sido y lo que se es. Si menospreciamos nuestro dolor o nos castigamos por sentirnos perdidos, solos o asustados ante las vicisitudes de nuestras vidas, por muy insignificantes que estas parezcan…”

¿Qué puedo hacer con mi vida?

“Me llevó tres décadas descubrir que podía encarar mi vida con una pregunta diferente. No ¿por qué vivo?, sino ¿qué puedo hacer con la vida que he recibido?”

“-Dicuka-dice una noche en la oscuridad-, escucha. No sabemos adónde vamos. No sabemos qué va a pasar. Simplemente, recuerda: nadie puede quitarte lo que pones en tu mente” 

“-Tu madre está ardiendo ahí dentro -dice-. Más vale que empieces a hablar de ella en pasado”

“Es la primera vez que veo que podemos decidir: podemos prestar atención a lo que hemos perdido o prestar atención a lo que todavía tenemos” Esto significa que elegimos ver el vaso medio lleno o medio vacío.

“Mientras bailo, se me ocurre un razonamiento que nunca he olvidado. Nunca sabré qué milagro me proporciona ese conocimiento. Me salvará la vida muchas veces, incluso después de que el horror haya acabado. Veo que el doctor Mengele, el avezado asesino que esta misma mañana ha asesinado a mi madre, da más lástima que yo. Yo soy libre en mi mente, cosa que él nunca será. Él tendrá que vivir para siempre con lo que ha hecho”

“Me imaginé a mí misma sobre el escenario del teatro de la Ópera de Budapest la noche que fui obligada a bailar para Mengele. Frankl escribió que él había hecho algo parecido en Auschwitz: en sus peores momentos, se había imaginado que era un hombre libre y pronunciaba conferencias en Viena sobre la psicología del cautiverio. También había encontrado refugio en un mundo interior que le había protegido del miedo y el dolor del momento y, al mismo tiempo, había inspirado su esperanza y su determinación, que le proporcionaron el medio y una razón para sobrevivir”

El perdón para dejar atrás el dolor

“Incluso ayer, al llegar, pensé que mi presencia aquí era una especie de venganza sana, una forma de darle su merecido. Y entonces me quedé mirando el acantilado en el Berghof, y me vino a la mente que la venganza no te hace libre. Así que me detuve en el lugar donde se encontraba la antigua casa de Hitler y le perdoné. No tenía nada que ver con Hitler. Fue algo que hice. Estaba liberando la parte de mí que por mí. ha consumido mi energía mental y espiritual durante la mayor parte de mi vida para mantener a Hitler encadenado”

Esto quiere no quiere decir que Edith perdona a Hitler, no, el perdón es en sentido metafórico, logra dejar ir a Hitler de su mente para poder perdonarse a  sí misma y alejar a Hitler de su pensamiento y de su vida. Siente que ella le ganó. Porque está viva y puede ayudar a sanar a otros.

“Con qué facilidad se convierte la vida que no vivimos en la única vida que valoramos. Con qué facilidad nos seduce la fantasía de que tenemos el control, de que alguna vez hemos tenido el control, de que las cosas que deberíamos haber dicho o hecho tienen el poder, si las hubiéramos dicho o hecho, de curar el dolor, de acabar con el sufrimiento, de eliminar el fracaso. Con qué facilidad podemos aferrarnos, ensalzar, incluso, las decisiones que creemos que pudimos o debimos haber tomado. ¿Podría haber salvado a mi madre? Tal vez. Y viviré el resto de mi vida planteándome esa posibilidad.”

Somos dueños de nuestra vida

de dejar de huir por fin del pasado. De hacer todo lo posible para redimirlo y luego dejarlo marchar. Puedo tomar la decisión que todos podemos tomar. No puedo cambiar el pasado. Pero puedo salvar una vida: la mía. La que estoy viviendo ahora en este precioso momento

En Auschwitz

“Dejo la piedra en el terreno donde se levantaba mi barracón, donde dormía en una repisa de madera junto a otras cinco chicas, donde cerré los ojos mientras sonaba El Danubio azul y bailé para salvar mi vida.”Os echo de menos”, les digo a mis padres “Os quiero. Siempre os querré.”Y al inmenso campo de muerte que acabó con mis padres y con tantos otros, al aula de horror que todavía tenía algo que enseñarme sobre cómo vivir…”

“He sido victimizada, pero no soy una víctima; que me han herido, pero no me han destruido; que el alma nunca muere, que el sentido y el objetivo de la vida pueden proceder del corazón, de lo que más nos hiere; le digo murmurando mis últimas palabras: «adiós» y «gracias». Gracias por la vida y por la capacidad de aceptar por fin la vida tal como es”

Los grandes temas del libro que discutimos en el taller con la ayuda de la psicóloga Marina Singer son el perdón. ¿Cómo se hace para perdonarse a sí mismo? No es tarea fácil y a la protagonista del libro le llevó más de treinta años y estudios de psicología.

Es libro es una historia de alguien que sufrió las humillaciones más grandes que se pueden sufrir y tuvo la capacidad de superarlas y de ayudar a otros para superar traumas.

Muchas preguntas nos formulamos en el Club de lectura  de B'nai B'rith en esta sesión y cada participante tuvo la oportunidad de expresarse y escuchar  a otros.

 

 

 

 

 

 

Janet Rudman
(18 Marzo 2022 , 14:41)

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