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No. 150
Ajarei
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Horario de velas en Montevideo, Viernes  29/04  17;46

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¿POR QUÉ CASARSE?

Por Yossy Goldman

Si alguna vez se preguntó dónde encontrar el código de moralidad de la Biblia, está en la sección de Ajarei Mot (Levítico 18). Se prohíben las relaciones incestuosas y los matrimonios deben ser sagrados, ciertamente no abiertos. Si, sé que hoy en día esto suena anticuado y fuera de moda, pero veamos más de cerca la santidad del matrimonio.

Mi esposa Rajel dio clases a estudiantes de secundaria durante muchos años. Un día, una ex alumna la llamó para pedirle una entrevista. Mi esposa estaba intrigada. Aunque era gratificante escuchar que una ex alumna aun la recordaba y valoraba su consejo, también le picaba la curiosidad.

Ella era ahora una mujer joven, aún soltera, esforzándose por encontrar a su pareja adecuada. Todas sus amigas le decían que se estaba haciendo la vida más difícil al rehusarse a tener relaciones antes de casarse. Le decían que nunca se iba a casar si mantenía esos principios anticuados. Sin embargo, ella siempre había estado decidida a esperar hasta el matrimonio. Así que le dijo a mi esposa, “Señora Goldman, ¡por favor dígame que no estoy loca!”

Afortunadamente llegó a la maestra adecuada. Mi esposa la tranquilizó y gracias a D-os encontró al hombre correcto sin comprometer sus principios.

En una conferencia a la que asistí años atrás en Jerusalem, escuché una charla de un psicólogo destacado quien compartió con nosotros la sorprendente estadística de que las parejas que viven juntas antes del matrimonio tienen un índice de divorcio más alto que aquellas que no lo hacen.

Esto parece contraintuitivo. Uno imaginaría que las parejas que han experimentado la vida juntos estuvieran mejor preparadas para el matrimonio que aquellas que no. Pero el psicólogo explicó el fenómeno así:

¿Qué es el matrimonio? El matrimonio es por definición un compromiso incondicional. Casarse significa que las personas entran en un pacto solemne y en un vínculo profundo, más allá de compartir el alquiler.

¿Y qué es vivir juntos antes del matrimonio? Claramente es un compromiso condicional. “Si funciona, excelente. Sino, me voy acá.” Ahora esto está bien, todos tienen derecho a tomar sus propias decisiones informadas. Pero como preparación para el matrimonio, que es en primer término el motivo que dan muchas parejas para vivir juntas, es la peor preparación posible para un compromiso matrimonial ¡que se pretende que sea incondicional! Y las estadísticas lo confirman.

He visto parejas casadas por 50, 60 e incluso 70 años. Estoy seguro que tuvieron problemas en su relación a lo largo de los años. Rara es la pareja que disfrute de una felicidad eterna sin ningún contratiempo o desafío. He presenciado alguno de ellos, pero no más que un puñado. La vasta mayoría de esos queridos hombres y mujeres que estuvieron casados medio siglo o más tuvieron problemas en algún momento, pero salieron adelante contra viento y marea. Y están muy contentos con sus vidas hoy, contentos de haber permanecido juntos. Vivieron para ver la recompensa de sus esfuerzos: lazos familiares fuertes y satisfacciones de sus hijos que los vieron como ejemplos a imitar para sus propios matrimonios.

Mis propios suegros, de bendita memoria, ¡estuvieron casados 72 años! ¿Nunca tuvieron problemas? Por supuesto que sí. Pero el divorcio nunca pasó por sus mentes. ¿Por qué? Porque en su sistema de valores, el matrimonio era un compromiso incondicional. Y tuvieron para mostrar los frutos de su esfuerzo, con generaciones de parejas judías jóvenes que se dedicaron al mismo sistema de valores que sus padres, abuelos y bisabuelos.

Pienso que es absolutamente fascinante que después de la mala fama que ha tenido el matrimonio en las últimas décadas, aún siga siendo una institución viva. Como rabino, aún me llaman para oficiar de forma regular. Si, los números han bajado, pero aún hay una gran industria de casamientos desde joyerías, caterings a fotógrafos. Lo cual nos dice algo sobre la eternidad del matrimonio.

Aunque las estrellas de Hollywood se han referido al matrimonio como una institución agonizante, he encontrado una buena respuesta de mucha gente: “El matrimonio no es una institución agonizante. El compromiso lo es.”

LA ESPOSA DEL SUMO SACERDOTE

"Aarón ofrendará su propio novillo para ofrenda de pecado y expiará por sí mismo y por su casa (su esposa)." (Vaikrá 16:6)

Para que los rituales de Iom Kipur fueran válidos, el sumo sacerdote debía estar casado y volver directamente a su casa con su esposa, luego de completar los rituales del día. El propósito de lograr altos niveles de consciencia Divina en el Sanctasanctórum es transmitir esta inspiración a la vida de todos los días. Dado que las mujeres personifican nuestro impulso de hacer del mundo un hogar para D-os, el regreso del sumo sacerdote a su casa y esposa - compartiendo esta inspiración Divina con ella, permitiéndole a ella desarrollar y expandir su propia consciencia Divina - era la culminación de su intenso trabajo espiritual del día.

Los rituales de Iom Kipur nos enseñan cómo renovar nuestra relación con D-os. Fomentar nuestra armonía marital es una parte integral de fomentar nuestra relación con D-os. Los esposos deben alentar el desarrollo espiritual de su esposas. Y debemos buscar armonizar nuestro lado “masculino”, es decir, nuestra aspiración hacia la espiritualidad, con nuestro lado “femenino”, es decir, nuestra aspiración de traer espiritualidad hacia nuestras vidas diarias.

Likutei Sijot, vol. 32, págs. 110-111. 

Levítico (Vaikrá) 16:1 – 18:30

La sexta sección del libro de Levítico abre con D-os dirigiéndose a Moisés luego de (Ajarei en Hebreo) la muerte de los dos hijos mayores de su hermano Aarón (lo cual fue relatado en la tercera sección, Sheminí). D-os le da a Moisés las leyes relativas al Dia de Expiación (Iom Kipur). Esto es seguido por una lista de varios tipos de comportamientos que D-os ha prohibido al pueblo judío como resultado de haberlos transformado en un “reino de sacerdotes y una nación santa” en el momento de la Entrega de la Torá.

MATZERIA EN MAUTHAUSEN

Abraham Krakowski estaba en el campo de concentración en Mauthausen, Alemania. La comida era imposible. Una hogaza de pan racionada para ocho hombres. La sopa era incomible, y a pesar del hambre, no podía tolerarla. Siempre la vomitaba.

En el viaje a Mauthausen, su tren había realizado una parada. Vio un vagón cargado con granos de trigo. Se llevó varios manojos antes que el tren empezara a moverse de nuevo. "Estamos a treinta días a Pesaj", les dijo a sus compañeros. "Debemos guardar estos granos. ¡Quizá nos liberaremos antes de Pesaj, y usaremos esto para amasar matzot!"

Dos semanas antes de Pesaj, todavía eran prisioneros. Tres amigos se aproximaron a Krakowski. Querían que él solicitara a los responsables de la barraca permiso para hornear las matzot. Se cuidarían usando el lavadero por la noche, para que los SS no los descubrieran. El único problema sería calentar el horno para que la cocción pudiera hacerse rápidamente.

Krakowski no compartía su excitación. Estaban en una prisión, rodeados por SS. No deseaba que arriesgaran sus vidas para hornear matzot. ¿Y los prisioneros que dormían al lado del horno? No tolerarían el calor. ¿Qué pasaría si un SS aparecía súbitamente? ¿Y cómo molerían los granos? El plan estaba cargado con dudas y peligro.

Consultaron con R' Avigdor Glanzer, un estudioso respetado, y estuvo de acuerdo con Krakowski. Los otros, sin embargo, no se convencieron. "Después de todo, ¿los granos no eran una señal del Cielo?". "Si D-os quiere que comamos matzot, que las envie", Krakowski insistió, "fue mi idea, y ahora digo que se olviden."

Su réplica los sosegó, pero él no se sintió a gusto. Esa noche, en su sueño, su difunto padre y él estaban visitando al Rebe de Radomsk, el Shivjei Kohen. A su lado, estaba su yerno, Reb Moshe (ambos fueron asesinados en el Ghetto de Varsovia en 1942, junto con sus esposas). Le contó la historia de los granos. Sobre su discusión y su réplica mordaz. Le preguntó qué pensaba acerca del tema. El Rebe contestó: "Te diré. Como principio tienes razón, pero debes recordar cómo tu estimado padre trabajaba para hornear matzot. Y está escrito: "¡Vejen TaAsu Ledorot!" – "Y así harán para todas sus generaciones."

El sueño terminó. Abe Krakowski despertó lleno de esperanza. Las palabras estaban haciendo eco en sus oídos: ¡V'een TaAsu Ledorot! " ¡Habría más generaciones!  Corrió rápidamente a R' Avigdor Glanzer y gritó: "¡Glanzer, haremos matzot!" Fue a sus amigos, y también les contó la historia. Ahora ningún arma podía asustarlos.

Consiguieron de los responsables el permiso para amasar y hornear las matzot. Les aseguraron que todo el tema tomaría sólo media hora. Estuvieron de acuerdo, y agregaron: "Por favor piensen en nosotros."

Lavaron cuatro toallas y las colgaron a secar en la pared. Después envolvieron los granos en las toallas y tomaron cuatro martillos y golpearon los granos por largo rato. Los guardias no entendían qué pasaba. Después de varias horas, habían juntado doscientos gramos de harina.

Durante el curso del día encontraron una lata de estaño que calentaron para hacerla kasher para Pesaj. A la hora de acostarse, el horno estaba caliente. Cuando la luz se apagó, algunos empezaron a quejarse del calor. Uno levantó su voz: "¡No molesten a Krakowski en su trabajo!" Fue suficiente para imponer silencio.

Entraron al lavadero. Prepararon la masa en un cuenco, y susurrando, con lágrimas cantaban las alabanzas del Halel. Tardaron diez minutos. Tenían una tabla para amasar, y usaron una botella como palo de amasar. Abe Krakowski se paró al lado del horno. La estufa estaba tan caliente que tomó dos minutos el horneado.

¡Acabaron en menos de dieciocho minutos! Habían cocido dieciséis matzot, del tamaño de la palma de una mano. Por primera vez en años se acostaron felices.

A la mañana empezaron a escribir la Hagadá, lo que podían recordar. A la noche empezó el Seder. Fueron al lavadero. ¡Eran quince! Empezaron recitando la Hagadá muy calladamente. Algunos no podían contener los sollozos. ¡Abe Krakowski, no podía proferir una sola palabra! Después se lavaron las manos y cada uno comió un pedazo de matzá. Krakowski guardó un pedazo del tamaño de una uña, como segulá (augurio próspero).

A la conclusión del Seder, después del tradicional "el Próximo año en Jerusalém" dijeron, como si fuera parte del texto: "Si D-os nos liberará, tendremos que hacer una Hagadá más grande."

OBSERVANCIAS DE DUELO DEL OMER

En el siglo segundo de la era común, una plaga mató a 24.000 estudiantes de uno de los sabios y líderes judíos más grandes de todas las épocas, Rabi Akiva. Murieron todos en el corto período entre Pesaj y Shavuot. Durante esas siete semanas entre las festividades de Pesaj y Shavuot, recordamos esa tragedia con un período de semi duelo. 

Históricamente, muchas tragedias han caído sobre nuestro pueblo durante estos días. Los notorios líbelos de sangre incitaron progroms antisemitas en las semanas siguientes a Pesaj.

Durante estos días de duelo:

• No se hacen casamientos.

• No se escuchan instrumentos musicales.

• No compramos prendas de valor significativo.

• No nos cortamos el pelo o nos afeitamos (Hable con su rabino si su trabajo así lo requiere).

En total, de los 49 días de este período observamos solo 33 días de duelo. Sin embargo, hay distintas opiniones sobre cuando esos 33 días empiezan y terminan. Hable con su rabino para determinar la tradición de su comunidad o familia sobre este asunto.

Sin embargo, de acuerdo a todas la opiniones, el día 33 del Omer, conocido como Lag Baomer, se celebra con fiesta, y se suspenden todas las expresiones de duelo. Este es el aniversario de fallecimiento del místico Rabi Shimon bar Iojai, un estudiante sobreviviente de Rabi Akiva, quien específicamente pidió que nos alegremos en el día que su alma se reunió con su Creador.

Ciertas comunidades, incluyendo Jabad, observan el período de duelo del Omer desde Pesaj hasta tres días antes de Shavuot (exceptuando Lag Baomer), para cumplir con todas la opiniones. Esta costumbre también coincide con las enseñanzas de la Kabalá, de acuerdo a la cual este es un período de juicio severo.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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