¿Qué tienen en común Tinder y el kindle? La promiscuidad, según dice una doctorada en Ciencias de la Comunicación y que en un par de meses empieza una Maestría en Maternidad por partida doble.
La susodicha, dice que la tentación de cambiar de libro en el kindle es similar a la de pasar las pantallas de Tinder, y cambiar de candidato. Según sus conceptos, emitidos sobria, ya que el embarazo le impedía beber alcohol, sostuvo que la promiscuidad estaría presente en ambos casos. ¿Se puede comparar no darle chance a un ebook con borrar a un candidato de Tinder?
Yo soy una abandonadora serial de libros, tanto físicos como virtuales. Tinder es un debe en mi vida. Soy de otra época, a los veinticuatro me casé, y ahí salí del mercado. Dios me ha dado amigas viudas, divorciadas y solteras, para tenerme al tanto de la Bolsa de Valores de hombres.
Quién me dice, que en la próxima vida seré una mujer sola que viva con un bull dog francés. ¿Cómo se llamará la aplicación dónde los seres humanos se conectarán? En un restaurante se puede deducir quién está en una primera cita, sus rostros denotan emoción y ansiedad, con las parejas de larga data, con la mirada fija en el celular.
El otro día, en una despedida, unas millenials le bajaron Tinder a una amiga. Una hermosa mujer cuarenta plus sola en un Montevideo. Nos divertimos al mirar fotos de candidatos. ¿Qué se quiere mostrar en una foto en Tinder? ¿Es similar a los avisos que se publicaban antes en Sábado Show? Mi amiga es alta, elegante, siempre impecable. Nunca de su boca sale una crítica que no sea constructiva. Si no hubiera tenido alguna copita de champagne arriba, no hubiera aceptado la idea de pasar pantalla tras pantalla para encontrar alguien “normal”. Peor es lo que vienen después: un chateo de pavadas durante un par de semanas y el gran encuentro cara a cara.
¿Cómo será una cita a ciegas con un candidato del cual se tiene una foto y una bio no contrastada con la realidad? Esa foto elegida es un gancho. Se la sacó seguramente hace cinco años y ahora tiene quince kilos demás. Yo me imagino a un candidato que la invita a comer pizza, pero solo puede ser en Trouville después de las nueve por el 2 x 1.