Mundo Judío

Un viaje al pasado con Ricky Grünewald

Riky Grunewald Egresado de la EIHU, y eterno miembro de Jazit. A los 21 anos emigre a Israel,   donde vivo. Hijo de padre alemán, madre española. Padre de dos hijos israelíes y uno español. Tío, entre otros, de dos sobrinos checos. Yerno de una suegra rumana. Guía de turismo en Israel.

 ¿Cómo se enteraron de la invitación?

Durante los primeros meses del 2022 mi familia fue informada que en Merxheim, Alemania, el pueblo donde vivieron mis abuelos, padre y tía, se colocarían en setiembre unas Stolpersteine en memoria de la familia, y nos consultaron si estábamos interesados en participar. De ahí en más, comienza a girar una licuadora de sentimientos, historias, preguntas, dudas, que se resumen en la decisión de viajar, dos de mis hermanos (Marcelo y Armin) y yo a participar de forma activa en la ceremonia.

¿Qué son las “Stolpersteine”?

Stoppersetine son estas placas con el nombre de los que vivían allí.
Día de la ceremonia

 

 Es un proyecto gigantesco a nivel europeo sobre todo, ideado por el artista alemán, Gunter Demming. Literalmente: piedra del tropiezo. Es una palabra en alemán, que describe una piedra en el camino, que puede hacer tropezar al caminante. El objetivo es conmemorar el destino de personas que fueron deportados, asesinados por el régimen Nacional Socialista Las piedras son colocadas en las veredas, en los frentes de las casas donde Vivian las familias deportadas, asesinadas. Llevan grabados los nombres, las fechas, los destinos. La idea es provocar que el caminante se detenga, se incline a leer lo que está escrito en la placa.

¿Cómo fue el viaje?

Llegamos a Alemania el 06/09/22 y al día siguiente fue la ceremonia. Fuimos recibidos de forma muy cálida por los organizadores, nos estaban esperando con una cierta ansiedad, mezclada con curiosidad. Merxheim, un pequeño pueblo de unos 1300 habitantes, se ubica a 90 km. al sur oeste de Frankfurt, inmerso en un entorno rural, rodeado de viñedos. Una zona pastoral, que viéndola, se hace difícil imaginar que sucedió 80 años atrás. En la ceremonia se colocaron 30 Stolpersteine en distintos puntos del pueblo, algunos de ellos vinculados con familias más numerosas que la nuestra, donde se podía encontrar varias generaciones de la misma familia en la aldea. Hubo una movilización importante, muchas personas participaron de la ceremonia, que duro toda la mañana, y acabo con un pequeño encuentro, mas intimo esta vez, en el gimnasio local, entre las familias judías que participamos, algunos de los organizadores del encuentro, algunos locales además de alumnos secundarios de una escuela vecina. Cabe destacar que no participaron de forma oficial miembros del Ayuntamiento ni líderes religiosos locales. En Merxheim dos iglesias, una Protestante y otra Católica, pero sus líderes espirituales no participaron del evento, pero si un Jazan de la zona. En nuestro caso particular, durante la ceremonia, se recordó a mi bisabuela Teresa Fried, a mis abuelos Teo y Regina, así como a mi papa y tía, Leo y Hannelore Grunewald. El hecho de haber sido invitados a la ceremonia, disparó una serie de inquietudes, preguntas, curiosidades y puso en movimiento a toda la familia cercana y lejana, con el objetivo de aclarar puntos nublados en la historia familiar, De esa manera, nos reencontramos con fotografías, testimonios, historias, la mayoría conocidas, algunas olvidadas, y otras, un nuevo descubrimiento. Como muchas otras familias judías que dejaron Europa, expulsados, perseguidos, tampoco mis abuelos contaron la historia. Entre la brecha lingüística, (mis abuelos, a pesar de vivir más de 40 anos en Uruguay hablaban un castellano muy básico, que se resumía al mínimo imprescindible, lo que dificulto siempre la comunicación con ellos), la imagen que tenía mi generación sobre Alemania, sobre su pasado reciente, educados en un ámbito sionista, no teníamos nosotros, la joven generación interés en ese pasado problemático, sino que nuestros esfuerzos estaban puestos en “el nuevo judío”, aquel que se identifica con el Estado de Israel, más que con su historia judía. Es por eso que detalles de la historia familiar, del diario vivir en Merxheim, de la llegada y los primeros anos en Uruguay nos eran desconocidos, y esta fue una oportunidad para cerrar algunos vacíos de la historia familiar.

 

 Marcelo ya había visitado Merxheim unos 30 años atrás, aprovechando un viaje de trabajo a Alemania, y tenía recuerdos bastante nítidos de lo que había visitado. La casa de mis abuelos, el cementerio judío de la aldea, donde entre otros, está enterrado un tío nuestro, hermano de mi papa, que falleció a los pocos meses de haber nacido, y Armin mi hermano, se llama a su nombre. Yo visite Alemania, unos 20 años atrás, pero no Merxheim, en un viaje turístico, acompañando un grupo cristiano protestante, donde no tuve tiempo ni siquiera de elaborar lo que significaba para mí estar en la Alemania de mis abuelos. Para mí fue como si fuera la primera vez.

¿Cómo te afectó este viaje?

Si tengo que resumir, y lo hare de forma personal, ya que a cada uno de nosotros este viaje le llego de forma distinta, pero a todos nos movilizo mucho, diré que fue sumamente emocionante. Una turbina de sentimientos mezclados, que me llevara a un tiempo decantar. Caminar por las calles donde, siendo niño, mi padre y mi tía jugaban con sus amigos, el paisaje que vieron, y yo lo vuelvo a ver casi 80 años más tarde, desde otra dimensión, el encuentro con los locales, hijos y nietos de los contemporáneos a mis abuelos y padre, todo eso es muy movilizante. Sentimientos cruzados. Muchas imágenes se juntan en un solo lugar, en un solo momento, y no siempre somos capaces de discernir cual es la óptica correcta, si es que hay una así. Pero por sobre todo, muchas preguntas, que me obligan hoy a re plantear las respuestas que tenia hasta ahora. Me llamo particularmente la atención, que tampoco los alemanes no judíos hablaron. No contaron, no hicieron participes a sus descendencias ni de lo que sucedió a nivel nacional en Alemania, ni a nivel familiar, personal. Ellos por otros motivos que los nuestros, pero en definitiva el silencio es un denominador común. Por primera vez tuve oportunidad de preguntar a un alemán no judío, que sabe el del “día después de la guerra”.

¿Qué  pasó cuando en Alemania se levantaron una mañana y descubrieron a soldados aliados en las calles del pueblo?

Una pregunta que me acompaña hace años, y no lograba encontrar la respuesta.. No que ahora la tengo, pero si tengo una perspectiva más clara, una imagen más nítida, una aproximación a que sucedió en esas casas, con esas familias. Esa parte es aún muy complicada para mí. Hasta donde llega el “Jeshbon nefesh” la reflexión personal de cada uno de los alemanes

.¿Cómo puede existir una verdadera y profunda reflexión sobre lo acontecido, si no hablaron, si no contaron, si no buscaron a su vecino judío que desapareció’?

Parte del conocimiento que tienen hoy las nuevas generaciones en Alemania, es producto del esfuerzo del sistema educativo alemán. Yo creo que hay un verdadero compromiso de los distintos gobiernos alemanes de hacer conocer a través de la escuela, la historia

Contemporánea alemana y sus sus consecuencias, sobre todo con nuestro pueblo. Lo valoro. Un gran paso adelante. Pero eso es la  academia. Eso son archivos, fotos amarillentas, relatos de viejitos desconocidos. Me gustaría ver una implicancia personal más profunda en la sociedad actual alemana. Incentivar a los jóvenes a investigar sus familias, sus entornos, sus ancestros, y permitirles descubrir que ese abuelito tan querido, que nos contaba cuentos antes de dormir, esa abuela tan cariñosa que cocinaba tan bien en Navidad, cuando nos reuníamos todos los niños, tienen un pasado oscuro, algunos criminal. Permitirles descubrir que sucedió en mi familia, en mi entorno, en mi barrio, en mi aldea.

A la entrada del cementerio, una placa recuerda a las familias judías de Merxheim  deportadas.
Una vista general del cementerio judio de Merxheim

 

¿Qué hizo mi abuelo durante la guerra? ¿Qué se hablaba en mi familia durante y después de la catástrofe? ¿Qué valores nos transmitieron nuestros padres para poder enfrentar los problemas de hoy, sin caer en las desgracias del pasado alemán?

Quisiera que esos jóvenes tuvieran más espacios y herramientas para poder expresar sus descubrimientos, sus sentimientos, sus ópticas hoy, a la luz de los desafíos modernos. Existen hoy decenas de proyectos donde descendientes de nazis activos, verdaderos monstruos, expresan de una forma u otra sus ópticas, sus sentimientos. Considero que ese es uno de los pasos correctos para mantener viva la memoria, no solo de nuestro pueblo, sino también de lo que llevo a Alemania a ser lo que fue. El saber “de donde vengo” es un imperativo. Cada uno lo hará a su forma y posibilidad, en el arte, en la investigación, en la educación. Lo importante es hacerlo, y de esa manera, continuar construyendo ese infinito mosaico que es la Memoria. No en vano me “presente” como lo he hecho unas líneas más arriba. Todos somos la sumatoria de un infinito aporte histórico, de geografías, de culturas, de experiencias. Nosotros los judíos en particular. Es por eso que creo que la visión de la Shoa y sus consecuencias es algo tan complejo. Esta experiencia a mí, me ha dado la posibilidad de juntar algunas de las infinitas piezas de ese mosaico, y tener una imagen aun nublada, pero más clara.

Este es el artista que diseño la idea de los Stolpersteine, (Gunter Demnig). 
Merxheim la pastoral. La insoportable levedad de la maldad
Aqui estamos, de izq. a derecha, Marcelo, Riky y Armin, en el frente de la casa de mis abuelos/padre

 

Janet Rudman
(29 Septiembre 2022 , 18:48)

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