Mundo Judío

En memoria de Moshe Haelion, un sobreviviente que apostó a lo grande por la vida

Lo conocimos años atrás. Lo entrevistamos en su departamento en la ciudad de Bat Yam en Israel. Vimos las foto que llenaban su comedor, de la hermosa familia que había formado tras el horror de la Shoá en la que podría haber muerto pero de la que logró sobrevivir. Falleció este martes a la edad de 97 años. 

Moshe Haelion tenía 16 años cuando la guerra llegó a su Salónica natal, con la entrada de los nazis a Grecia. Durante un tiempo, él y los judíos locales en general, trataron de convencerse, a pesar de todo lo que habían oído sobre lo que acontecía en el resto de Europa, de que en Grecia sería diferente...Hasta que la realidad lo golpeó.

En Auschwitz, adonde llegó cuando tenía 18 años recién cumplidos,  pasó 21 meses. Allí mataron a  a su madre, su hermana, abuelos y tíos.Y él mismo no sabía si saldría con vida.En realidad...a cada minuto, lo sentía, podía morir.

Al recibirnos en su departamento en la ciudad de Bat Yam, al sur de Tel Aviv, nos relata su historia. Con voz tranquila. Sin ánimo de venganza...en hermoso ladino, el judeo español que continúa cultivando y que era de hecho su idioma natal.

 

Primero, un testimonio filmado, que Moshe brinda en ladino, respondiendo a nuestras preguntas en español.

 

P: ¿Cómo explicar a quien no lo vivió...qué era Auschwitz?

R: Auschwitz era un infierno. Es lo que nosotros mismos sufrimos allí, los prisioneros, y lo que pasaron nuestras familias..aunque ya no vivieron más que unas horas después de llegar allí. Era un lugar en el que uno nunca sabía si al minuto siguiente estaría vivo. Un lugar en el que los niños no podían vivir...estaban condenados a morir, al igual que sus madres.Sólo quienes podían trabajar, podían sobrevivir un tiempo..El resto, a la muerte.

P: Usted perdió allí a toda su familia..salvo su papá que falleció aún en Salónica ¿verdad?

R: Así es. Todos murieron en Auschwitz...Recuerdo eso y recuerdo mi vida en Salónica. La celebración de la ceremonia de Bar Mitzva , al cumplir los 13 años, como todo judío, en una sinagoga que aún existe, la única que quedó en pie en la ciudad, de 50 que teníamos.

P: ¿Recuerda la entrada de los alemanes?

R: Si. Durante un año y  tres meses no hicieron nada contra los judíos .Claro que tuvimos que ponernos la estrella amarilla para distinguirnos...Una de las primeras medidas fue prohibirnos ir a la escuela..Destruyeron el cementerio judía...Y luego todo empezó a empeorar más aún.

P: ¿Cuándo comprendió lo que estaba pasando?

R: Recuerdo que el primer mes en Auschwitz, habiendo sido separado apenas llegué, de toda mi familia.Yo no entendía el idioma y no sabía qué pasaba. Al  principio pensé que era un campamento de trabajo, de muy malas condiciones..pero un campamento de trabajo, no otra cosa..Los que llegaban a Birkenau sabían enseguida lo que pasaba y cuando veían el humo en las chimeneas de los crematorios, decían "nuestras familias están saliendo por allí"..Pero en Auschwitz al principio no se sabía...estábamos a unos kilómetros de Birkenau, de los crematorios y estábamos encerrados en los bloques..

Pues un día vino un amigo mío que había estado en mi clase de escuela en Salónica..Empezamos a hablar  y me contó que había estado en Birkenau, a 4 kms de Auschwitz..No sé cómo sabíamos que nuestras familias habían ido para allí.Le pregunté entonces si había visto a mi madre y mi hermana y me dijo que no. Pregunté si acaso era tan grande el lugar y  me respondió "es que no podía verlo"...Me contó entonces que ahí hay cámaras de gas y crematorios..Le dije que no puede ser, que está loco..y él dijo que puedo creerle o no, pero que esa es la realidad..Y me dije a mi mismo cómo puede ser que los alemanes hagan algo así..un pueblo tan civilizado..el pueblo de Goethe...

 

P: En determinado momento, sin embargo, ya sabía no sólo que el destino era la muerte sino que había aquí algo general, un asesinato masivo de todos los judíos de Europa.

R: Claro...Veíamos que venían vagones día y noche, todo el tiempo...de todos lados..Judíos de Polonia, de Hungría, de todos lados...

P: ¿Se puede decir qué era lo peor en Auschwitz?

R: Es difícil..A veces el hambre..Muchas veces..el no saber si al minuto siguiente uno va a estar vivo. Uno no sabía si era mejor morir y descansar o vivir esperando algo bueno, que nunca pasaba...

P: ¿Alguna vez quiso vengarse?

R: No. Y no sé cómo explicarlo.Nunca me lo han preguntado....Pero ahora que usted me lo plantea...se me ocurre que la explicación está en que el pueblo judío aprecia mucho la vida humana..Hemos sufrido tanto que creo que no nos ocupamos de venganza...

 

P: Y para usted la guerra no terminó al clausurarse Auschwitz me imagino.

R: Claro que no.Evacuaron todos los campos de Polonia y me llevaron dos días a pie en la nieve, en la marcha de la muerte. El que no podía caminar lo mataban. Luego de Auschwitz estuve en otros tres campos.

Del último salí el 5 de mayo de 1945, cuando nos liberaron los norteamericanos.

Cada uno iba a retornar a su país,pero cuando estábamos en camino de Austria a Grecia, por Italia, nos encontramos con soldados de la Brigada Judía y decidimos ir con ellos a la tierra de Israel, que era aún la Palestina del Mandato Británico. Llegamos aquí en junio de 1946.

P: Y comenzó a vivir de nuevo...

R: Exactamente. Me casé en febrero de 1947. A mi mujer, que era de Rumania, la conocí en Italia. Falleció hace cinco años.   Tuvimos una hija y un varón y ellos  tuvieron seis hijos.Y tengo cuatro bisnietos. (A.J: Desde la entrevista, le nacieron otros 5 bisnietos, tenía 9 en total)

A nosotros nos parece que el haber podido crear una familia , tener hijos, nietos, bisnietos, es nuestra victoria por sobre los que quisieron exterminar a todo el pueblo judío. Hace dos años estuve en Auschwitz, con mi hija y mi nieta..y mi nieta estaba embarazada. O sea que estábamos allí cuatro generaciones...en el lugar en el que trataron de matarme. Esa es mi victoria.

 

Con una de sus nietas  y su familia. 

P: Moshe ¿por qué tantos años después, es importante seguir contando?

R: Para que no se olvide. Los judíos recordamos lo que pasó hace 3.000 años..y queremos que esto se recuerde por los siglos y los siglos..Si no lo contamos hoy, no se va a saber. Por eso yo hablo a menudo en escuelas, en unidades del ejército..y cuando vienen de Sudamérica., de España y Portugal, me invitan de Yad Vashem a contar. También con el Papa Francisco hablé  cuando estuvo de visita en Israel..Le agradecí, en ladino, el honor que hace a las víctimas al estrechar las manos de sobrevivientes.

Los judíos nos vamos a acordar siempre, pero el mundo entero tiene que saber lo que pasó.

 

Ana Jerozolimski
(02 Noviembre 2022 , 06:01)

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