Israel

Bat- El Lizmi, una joven soldado muy especial

La discapacidad no es un impedimento para servir en las Fuerzas de Defensa de Israel

Las Fuerzas de Defensa de Israel (Tzahal en su acrónimo hebreo)  tienen el declarado y auténtico objetivo de garantizar la seguridad del país y su población. Pero tienen también una dimensión social que va más allá de lo estrictamente militar. Es por ello que existe una diversidad de programas e iniciativas en el marco de Tzahal, que apuestan a la educación, a la formación de los soldados como ciudadanos  con valores y a la mejor inserción en la sociedad de aquellos que llegan al servicio militar de trasfondos socio-económicos complejos.

Habría mucho para extenderse al respecto. La nota de hoy sobre esta faceta no estrictamente militar de las FDI, es una entrevista a Bat –El Lizmi, una joven soldada de 20 años que lidia con desafíos especiales a nivel cognitivo y motriz, pero está decidida a vivir plenamente, como tiene el pleno derecho de hacerlo, y para ella, eso incluye el servicio militar. Dado que por su situación no tenía obligación de hacerlo, se presentó como voluntaria y sirve en una base de la Fuerza Aérea de Tel Nof, querida y apreciada por sus compañeros y comandantes.

Llega todos los días en hora desde su ciudad, Beit Shemesh.

Este es su relato.

 

Con el Tte.Cnel. Avi Avijzer, Jefe de la Escuadrilla de Mantenimiento

 

P: Bat-El, es un gusto conocerte. ¿Qué tiene de especial tu servicio militar en tu opinión?

R: Yo tengo problemas. Siempre quise aportar, sentirme como todos, ser igual a todos. Quería hacer el servicio militar .Me parecía un desafío. Pasé exámenes, hice todo y aquí estoy.

P: Cuéntame un poquito de ti, de tu familia.

R: Nací en Mevaseret, al lado de Jerusalem, y vivo en Beit Shemesh. Tengo una hermana melliza común y corriente y tengo otra hermana menor.

P: ¿Tu hermana es tan linda como tú?

R: Sí. Muchas gracias.

P: ¿A qué te refieres cuando dices que tienes problemas?

R: En el cuerpo.  Nací así, con esos problemas.

P: ¿Y cómo has vivido siempre con esos problemas?

R: Bien. Al principio no era fácil porque no los aceptaba. Pero luego entendí que eso es lo que hay y que tengo que lidiar con eso.

P: Sabes…a veces me pregunto qué es más difícil para una persona con diferentes problemas…vivir con ellos o con el medio que no sabe aceptar.

R: Para mí, lo más difícil son los problemas mismos.

P: ¿Cómo sientes que te trata la gente a tu alrededor?

R: Lo más bien. Me aceptan en todos lados.  Todos hablan conmigo. Está todo bien.

P: ¿Te parece que quizás eso es gracias a que tú irradias un espíritu especial?

R: La verdad, no lo sé…puede ser.

P: ¿Tienes muchos amigos?

R: Sí, muchos, de aquí, de la base.

P: Dijiste al principio que hay que aportar. ¿Sientes que al estar aquí como voluntaria también aportas a tu propia personalidad?

R: Sí, es cierto.

P: ¿Qué te ha aportado el servicio militar?

R:  Muchísimo. Me permitió tener confianza en mí misma, ver que puedo sobreponerme a las dificultades, hacer cosas, pensar hacia adelante.

P:Antes de enrolarte ¿hubo momentos en los que pensaste que quizás no lo lograrías?

R: Sí, claro. Tuve todo tipo de dudas, de si pasaría los exámenes, si lo haría bien…

P: Sé que el proceso para entrar como voluntario no es sencillo.  Y además, tenías a tu hermana que hacía el servicio militar obligatorio común.

R: Sí. Ambas recibimos la primera orden de reclutamiento por correo, como siempre se manda. Yo también. Fue muy emocionante. Después yo tuve que hacer el proceso aparte como voluntaria. Entendí que puedo, que soy capaz, y aquí estoy. Mi única opción era ser voluntaria.

P: ¿Qué dijeron tus padres sobre tu deseo de entrar al ejército?

R: Me apoyaron mucho. Me dijeron de entrada que lo haga, que ellos saben que puedo, me dieron fuerza para seguir adelante.

P: ¿Cómo ves tú ese “adelante”?

R: Muy bien.

P: ¿Qué te gustaría hacer?

R: Trabajar.

P: ¿Hay algún campo que te gusta en especial?

R: No, puede ser de todo. Lo que sea.

P: ¿Cómo es tu relación con tu hermana melliza? ¿Son buenas amigas?

P:  Suele decirse que el vínculo entre mellizos es fuera de lo común.

R: Es cierto. Muy especial.

P: Me imagino que entonces ella está muy orgullosa de ti.

R: Sí. Además recibí aquí un certificado como soldada sobresaliente y fue muy emocionante. Recorrí un camino y ahora tengo que seguir y pensar hacia adelante.

P: ¿Querrás quedarte otro año como voluntaria?

R: Sí, si Dios quiere.

P:   Y me imagino que ese certificado no fue solamente porque eres voluntaria y estás haciendo el servicio sino por la forma en que haces tu trabajo.

R: Sí, así me dijeron.

P:¿Por qué crees que te merecías esa distinción? Puedes ser un poco vanidosa, no hay problema.

R: Porque vengo todos los días y hago bien mi trabajo. Soy responsable. Por ejemplo, si Beni me encomienda algo para hacer, lo hago con responsabilidad . Lo hago a tiempo.

P: Bat-El ¿qué es lo que esto requiere de ti? O sea, para llegar acá…¿cómo haces?

R: Me levanto a las 5.30 de la madrugada, me ducho, me organizo y salgo de casa a las 6.30. A las 7 tengo tren, así que me tomo el ómnibus a la parada del tren. A las 7.50 llego a la estación de la universidad y 5 minutos después hay un ómnibus organizado por la base, que trae a los soldados aquí.  Conozco bien el camino.

P: Hace ya muchos meses que estás haciendo esto. Seguro que no es fácil. ¿Ha habido algún momento en que te preguntaste para qué te metiste en esto…que es demasiado difícil?

R: No, siempre me dije que soy capaz, que puedo hacerlo, que voy a hacer todo el esfuerzo necesario para aportar mi parte, como todos. Y para mí es fabuloso. Disfruto cada momento. Disfruto del trabajo, los amigos, Beni mi comandante. Todo.

P: ¿También sientes que te esfuerzas para hacer esto?

R: Sí, un poco.

P: ¿El esfuerzo es del cuerpo o del alma?

R: Un poco de cada uno.

P: ¿Podrías decir qué es lo más difícil? Aunque nunca desesperes, supongo que puede haber momentos en que te digas a ti misma “esto me es difícil”..¿no?

R: Sí, a veces durante el viaje. Solamente el viaje. Lo demás, todo bien, lo más bien.

P: No te quejas de nada así nomás. ¿Y cuándo llegas a casa todos los días?

R: Estoy acá hasta las 17.00. Llego a casa a eso de las 19.00.Son dos horas de viaje al regreso. A las 17.30 tengo tren , me bajo 18.30 y de ahí un ómnibus.

P: ¿Te acuestas temprano?

R: Sí, a las 21 ó 22. Pero también me gusta pasar tiempo con mi familia y mis amigos.

P: ¿ Qué es lo que más te gusta hacer cuando no estás en el ejército?

R: Me gusta mirar televisión, jugar en la computadora, escuchar canciones, hablar con amigas.

P: Me habías dicho que estudiaste en una clase de educación especial. ¿Otros  compañeros tuyos también se enrolaron?

R: No, fui la única.

P: ¿Y piensas que ellos pierden al no haber hecho esto como tú?

R: Es una pregunta difícil, pero cada uno tiene sus capacidades y sus problemas y cada uno hace lo que puede, lo que logra, lo que viene bien.

P: ¿Cuáles son tus sueños Bat-El?

R: ¿Mis sueños? Este era mi sueño, entrar al ejército.

P: ¿Y después del ejército? ¿Qué te deseas a ti misma?

R: Quiero tener una buena vida, tener éxito en lo que haga. Hacer solamente lo que quiera hacer.

P: Tengo la impresión de que lo que dependa de ti, está asegurado.

R: Sí, con la ayuda de Dios.

P: ¿Te parece que el éxito depende también de otras cosas, no sólo de ti?

R: No, sólo de mí.

P: ¿Hay algo más que quisieras contar Bat-El, que no te supe preguntar?

R: No, dijimos lo principal.

P: Te agradezco mucho . Esta entrevista ha sido muy especial para mí. Conocerte ha sido muy especial.

R: Muchas gracias.

P: Eres admirable y te agradezco que te hayas hecho tiempo para conversar conmigo.

R: Muchas gracias.

 

 

Y así ve uno de sus comandantes el aporte de Bat-El

 

“Bat- El es un ejemplo. Y me ha enseñado las proporciones correctas en la vida”.

 

Con su jefe directo Beni Bashan

 

Beni Bashan es el comandante directo de Bat-El. Se enroló en 1986 y su servicio militar fue desde el comienzo en la base Sde Dov de la Fuerza Aérea. Trabajó en temas técnicos diversos  y en los últimos diez años está al frente de los recursos humanos y la logística en la escuadrilla de mantenimiento que opera en el lugar.

Fue precisamente en el marco de este trabajo que conoció por primera vez a soldados que se habían enrolado como voluntarios, por diferentes problemas con los que lidiaban. Beni vio cuánto aportan, el espíritu que los mueve y el valor que ello tiene, y desde entonces, siempre pide tener a su cargo voluntarios. Hoy en día tiene a Bat-El y otros dos voluntarios.

“Para mí no es que su servicio me facilita las cosas. En realidad, me requiere más. Claro que hay aquí un desafío, pero aportan como los demás, y siento una enorme satisfacción”, cuenta Beni. “Estos jóvenes, no tenían ninguna obligación de enrolarse, podrían haberse quedado en sus casas, trabajar, estudiar. Pero insistieron y lucharon para estar hoy aquí, para hacer el ejército y eso significa mucho.Algunos se voluntarizaron por un año y terminaron haciendo tres. Es algo impresionante”.

 

Le preguntamos cómo se ha dado su relación con Bat-El y Beni sonríe. “Recuerdo que me llamaron y me dijeron que está aquí una jovencita muy simpática, que vino con sus padres, y preguntaron si la quiero entrevistar. Claro que acepté. Y vi que es una luchadora. Enseguida dije que la tomo para que trabaje conmigo. Los padres se me tiraron encima, me abrazaron y me besaron. Fue muy emocionante. Y me pidieron que acelere el proceso de su reclutamiento. Por suerte la tenemos aquí con nosotros”.

La primera impresión quedó rápidamente confirmada con Bat-El ya en la base.

“Bat –El llega desde Beit Shemesh, lo cual no es sencillo”- cuenta Beni. “Sale de su casa a las 5 de la mañana, cambia dos ómnibus y toma también el tren.Al principio íbamos hasta la parada de tren a buscarla. Pero vimos que ella puede llegar sola sin problemas. O sea, con esfuerzo, claro que sí, pero puede. Conoce a todos, conoce al dedillo los horarios de los buses que traen a la base y es completamente independiente”.

Beni da ejemplos concretos del aporte que significa la presencia de Bat-El, más allá de su trabajo propiamente dicho. “Hace poco tuvimos una campaña de donación de sangre en la base y ella fue. Hay otros a los que es difícil convencer que vayan pero ella fue por su propia iniciativa cuando se enteró. Le tomé una foto, la mandé a todo el grupo , todos los comandantes mandaron a sus soldados y hubo un aluvión en la donación de sangre ”.

 

Bat-El sonríe cuando otra oficial presente en la entrevista, dice que esta singular soldada es un verdadero ejemplo.

Preguntamos a Beni si la relación con Bat-El ha incidido en su vida más allá de la base Tel Nof, del servicio militar. Capta de inmediato nuestro pensamiento y responde: “Ante todo, me ha enseñado a apreciar más la vida. Todos los problemas con los que uno lidia cobran otras proporciones. Uno ve gente con dificultades a pesar de las cuales no andan llorando y hacen todo como si no tuvieran que lidiar con tantos desafíos. Bat-El jamás protesta,nunca se queja, nunca pide que le hagamos ´descuentos´en nada. A veces le digo que se puede ir a casa más temprano , por ejemplo algún día más liviano, y siempre me contesta que no quiere. Y todos ven su actitud ante la vida. A todos nos enseña a tener las proporciones correctas de las cosas”.

Ana Jerozolimski
(30 Diciembre 2022 , 09:04)

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