Fuente: cciu.org.uy
Es Iom Haatzmaut y los 75 años del Estado de Israel una ocasión muy especia para tomar un café con Ana Rosa Rodriguez Cravanzola. El motivo del encuentro era conocer más sobre sus experiencias de vida como nieta de Enrique Rodriguez Fabregat, el diplomático uruguayo que bregó en las Naciones Unidas por el nacimiento del Estado de Israel. La entrevistada es una mujer ordenada y seductora. Trajo fotos y carpetas con documentos. Ana es mujer con ideas claras, con gran conocimiento de nuestra cultura, la podemos ver en el Living en canal 5. En una conversación franca y cordial, responde a nuestros interrogantes. En la foto: Ana Rosa Rodríguez con Shimon Peres.
¿Cómo es tu vínculo con Israel?
A En el año 2002 yo fui invitada por la embajada de Israel en Uruguay. En ese momento estaba el embajador Salpak para hacer un viaje a Israel. El viaje consistía en integrar un grupo de periodistas de Iberoamérica. Por lo tanto, éramos todo sde habla hispana excepción de los que venían de Brasil y fue sumamente interesante. El viaje comenzaba en Jerusalén y después íbamos recorriendo distintas ciudades.
Fuimos conociendo la geografía y lo que puede ser la belleza del territorio, sino también los museos, los diferentes lugares culturales, los diarios, los medios de prensa.
¿Cómo fue el tema de los Derechos del Niño?
Enrique Rodríguez Fabregat alentó la formación del instituto Panamericano de protección a la infancia y redactó con Gabriela Mistral, la poeta chilena, el Primer Decálogo de los Derechos del Niño, sancionado por aclamación en la organización de Naciones Unidas en 1949. Destacó la significación de la obra en la inauguración del instituto Panamericano de Protección a la Infancia y la trascendencia social.
Rodríguez Fabregat entendía que el maestro y el médico deben tomar la palabra en esta hora solemne de la historia del mundo. El médico asegura el equilibrio de todas las fuerzas orgánicas, que dan como resultante la salud y vida. El maestro será entonces un revelador de almas, un forjador de conciencia, un obrero que realiza el milagro de la formación espiritual en la ruta armoniosa de las generaciones. Principales derechos: derecho a la vida, educación, mantener y desarrollar la personalidad, nutrición, asistencia, a la tierra, a ocupar su lugar en el mundo, a abolir las diferencias entre hijos legítimos y no legítimos, a la alegría. La suman de estos derechos forman el derecho a la vida.
¿Cómo es para vos ser la nieta de Enrique Rodriguez Fabregat?
A: El voto decisivo para la creación del estado de Israel, fue uruguayo, cuando sabes que ese uruguayo fue tu abuelo, recibís un legado ético, que día a día en comentarios de la gente, te hace investigar, por qué Fabregat votó lo que votó. El tenía la sensibilidad de darse cuenta que un pueblo tenía la necesidad de un estado y lo ves en la resolución 181, que mi abuelo votó que hubiera dos estados. Quería hacer algo equitativo.
En la medida que voy leyendo, es un tema que cada día me interesa más. Estamos hablando de mediados del siglo pasado, había pasado el horror del holocausto. No había comunicaciones directas todos los días con la Cancillería, mi abuelo se hizo responsable de las decisiones que tomaba, más allá de los respaldos institucionales. La personalidad de Rodriguez Fabregat , en un mundo tan convulsionado, es necesario destacarla,, sin pertenecer a la comunidad judía , fue a defender a la humanidad. En un momento de tanta discriminación, mi abuelo fue el primer Embajador en Naciones Unidas, cualquiera que sabe del Estado de Israel lo tiene presente. Uruguay crece cuando se toman estas resoluciones. Eso me parece que la clase política tendría i que darse cuenta como nos valora el resto el mundo. Somos una aldea global. Eso lo vimos con la pandemia.
¿Cómo es tu relación con el judaísmo?
El hecho que mi abuelo haya pensado en el pueblo judío, hace que yo también piense en el pueblo judío e investigue. Tengo muchos amigos judíos. Tengo una relación a nivel inconsciente, mi nombre Ana es un nombre hebreo, y Joaquín (mi hijo) también. En la pandemia, empecé a seguir las festividades y con dos ex embajadores israelies en Uruguay, Arad y SAlpak, iba celebrando con ellos las festividades judía. Hay mucho para aprender de la religión judía, lo que no tiene que si tiene el catolicismo es el concepto de culpa. Una culpa que no se expía, el judaísmo te da chances como el día del perdón, si actuas mal con alguien, se lo decís. El ser humano tiene que tener la capacidad de redimirse, más allá de la existencia de Dios El judaísmo más que respuestas plantea preguntas. Yo tengo una relación muy cercana con el psicoanálisis, con Freud, yo leo mucho a Alexandra Kohan, ella es hija de una madre no judía y de un padre judío. Escribió “Y sin embargo soy judía”, creo que el Medio Oriente nos trae noticias conflictivas y nos acercamos para saber qué pasa.
Yo pensaba, con la sequía, por qué no se llama a técnicos israelíes para que nos instruyan sobre el riego por goteo que yo pude ver en Israel, en un terreno nada fértil, la lucha por vencer a la naturaleza.
Muchas gracias, Ana Rosa, por la oportunidad de conocerte y charlar contigo.