Mundo Judío

Varsovia, un viaje lleno de símbolos

 

Este lunes 8 de mayo comenzó el viaje oficial de nuestro grupo uruguayo “Memoria y Dignidad” , de la mano del gran guía Dr. Mario Sinay y bajo la dirección de Rita Vinocur. Un grupo variado, compuesto por judíos y no judíos, un compatriota miembro de la comunidad armenia, todos uruguayos llegados en su mayoría de Montevideo, una de Rocha, varios de Israel y otros de Estados Unidos y Canadá.

En una excelente atmósfera, aunque no nos conocíamos a todos, empezamos la marcha a las 14  horas, reunidos en una sala del hotel en el que nos hospedamos, confirmando ya de entrada que junto a los momentos duros que tenemos claro viviremos, habrá también momentos de distensión.

 

 

Este viaje de aprendizaje, vale en cualquier momento. Pero realizarlo en el 80° aniversario del levantamiento del ghetto de Varsovia es muy significativo.

 “No esperen cerrar todos los círculos”, advertía Mario. “Lo más probable es que se vayan con más preguntas que las que tenían al llegar”.

La certeza es que tenemos claro quiénes eran las víctimas y quiénes los perpetradores, pero es importante comprender-recalca Sinay- que “ellos, los judíos en aquel entonces, no sabían que serían víctimas, nacieron libres como nosotros”.

No pretendemos en esta nota hacer un informe de una jornada que aunque más corta que las que nos esperan, nos pareció inabarcable ya que requeriría muchas horas repasar todos los apuntes y grabaciones , de compartir el enorme caudal de conocimientos de Mario, y la singular dinámica de nuestro grupo, en el que son varios los que aportan con observaciones y comentarios enriquecedores.

En esta entrega, queremos al menos compartir algo de esta primera parte, significativa y plena de símbolos, de mensajes profundos, como el texto que Mario nos lee antes de partir, y que empezamos a filmar con cierta demora, por lo cual aquí aparece sin la parte inicial. Fue escrito por el israelí Arie Palgi, nieto de sobrevivientes de la Shoá de Hungría.

 

 

Llegamos a la zona del museo Polin que aborda la milenaria historia judía de Polonia, que comenzó por cierto mucho antes de la Shoá y no terminó con ella sino que cambió de rumbo. Primero, el monumento a los héroes del levantamiento contra los nazis iniciado el 19 de abril de 1943, que duró aproximadamente un mes, al que dedicaremos una nota aparte en otro momento.

Y allí, sentimos que el lugar nos toca a todos, cada uno con sus sentimientos, y seguramente pensando cada uno en sus propias raíces. Como el Profesor Andrés Vartabedian, uruguayo de origen armenio, docente de historia, que ya ha estudiado a fondo también sobre la Shoá, inclusive en Yad Vashem en Jerusalem.

Pedimos un primer comentario también a Jeannette Dreifus y Gisela Spinola, que hablan desde la emoción. Jeannette, como directora de Cultura de la Kehilá, la Comunidad Israelita del Uruguay, es parte clave del equipo que realiza todos los años el ya tradicional y siempre impactante acto de Iom HaShoá, el día recordatorio del Holocausto. Y Gisela, profesora de Historia ya retirada, es desde hace años voluntaria en el Centro Recordatorio del Holocausto, donde explica a alumnos llegados de todo el país sobre lo ocurrido en la Shoá.

 

 

Vemos señales recordatorias bien pensadas.

Está también la representación de los alcantarillados por los que se manejaban los combatientes.

Y el recordatorio de que todo se destruyó y hubo que empezar de nuevo. La pluma simboliza el hecho que se comienza a escribir de nuevo la historia judía después de la Shoá…y la letra Bet del alfabeto hebreo, la primera de la palabra Bereshit, el primer libro del Pentateuco, que significa “Y al comienzo”…porque hubo que empezar de nuevo.

Y quizás uno de los símbolos más fuertes-a nuestro criterio, y claro que cada uno juzgará con su corazón- es el monumento al héroe, diplomático y símbolo polaco Jan Karski, nacido en 1914 y fallecido en el año 2000, que intentó advertir al mundo, también a autoridades judías fuera de Polonia, y nadie le creyó.

 

Sobre el museo mismo también escribiremos por separado. Hoy nos limitaremos aquí a comentar que el museo tiene pocos objetos pero muchos relatos. Un punto clave es comprender que mil años de historia judía en Polonia son una combinación de épocas de sufrimiento y antisemitismo con otras de florecimiento y enorme crecimiento.De lo contrario, si todo hubiese sido antisemitismo y persecución como quizás muchos piensan, la comunidad judía de Polonia no habría llegado a ser la segunda más grande del mundo, con 3 millones de judíos. Y la de Varsovia, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial,  era de 400.000 judíos, la tercera parte de la población de la capital polaca.

 

Son numerosos los detalles que transmiten mensajes.

También la mezuzá a la entrada, señal que marca un hogar judío, hecha con un ladrillo de la muralla del ghetto de Varsovia.

Compartimos algunas imágenes tomadas del museo,  para que también aparezcan algunos de los compañeros del grupo.

 

 

 

Y habrá mucho, muchísimo más para contar.

 

Ana Jerozolimski
(08 Mayo 2023 , 20:18)

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