Mundo Judío

MiSinai

¡Todos Son Santos! - Las Porciones de los Sacerdotes - Vuelta a la Vida - El Significado de Cubrirse el Cabello

 

 

 

 

No. 208

Koraj
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Horario de velas en Montevideo, viernes  23/6 17:23 hrs

Demás localidades ver en  www.jabad.org.uy

¡TODOS SON SANTOS!

Por Yossy Goldman

A pesar de todo el drama de un mundo en turbulencia, a veces tengo la sensación de que vivimos en un mundo aburrido. Todo el mundo es tan políticamente correcto. ¡Deberíamos decir lo que realmente pensamos!

El argumento de Koraj, el amotinador de la parashá de esta semana, huele a esa rectitud política vacía. Koraj acusa a Moshé y Aharón de nepotismo, de tomar posiciones de poder para ellos mismos. Al hacerlo insiste en que “toda la comunidad es santa... ¿por qué se erigen como autoridad sobre la comunidad de D-os?”

De hecho, el mismo argumento se podría usar contra los judíos en general. “¿Quiénes piensan que son? ¡¿Pueblo Elegido!? ¿No somos todos los hombres creados iguales?”

La realidad es que los judíos somos diferentes. Pregúntele a cualquier antisemita y se lo confirmará. La evidente hipocresía de las naciones del mundo y los medios internacionales en poner a Israel en un estándar moral más alto que el de sus vecinos árabes, solo reafirma que los judíos generalmente se adhieren a un sistema de valores que es distintivo y único.

¡Ciertamente que lo hacemos!

El concepto de Pueblo Elegido significa una responsabilidad mayor, no un privilegio. Esto, en vez de hacerlos pomposos y condescendientes, ha moldeado a los judíos como la nación más sensible y humanitaria sobre la tierra. Y es precisamente por eso que si ocasionalmente nos alejamos de esos principios, es una aberración tal que debe aparecer en la primera plana de las noticias.

Nuestra creencia y respeto por el valor inherente de cada ser humano no contradice nuestra convicción de que el judaísmo es único. Todas las religiones ¿no sostienen que su camino es el correcto? Casi todas, excepto el judaísmo, evangelizan activamente para salvar a las almas perdidas de otras religiones. Nosotros, los judíos, no buscamos conversos, porque creemos que “los justos de todas las naciones tienen una parte en el mundo por venir” y no necesitan ser judíos para tener un trozo del paraíso.

Mi mentor, el Rebe de Lubavitch, se bendita memoria, cuyo Iortzait conmemoramos esta semana, explicó de la siguiente manera la historia del Midrash sobre la rebelión de Koraj. 

Koraj reunió a sus hombres y los vistió con prendas hechas de tejeilet (lana celeste) usado para los tzitzit (los flecos que el judío debe atar a las esquinas de una prenda de cuatro puntas). “Una prenda hecha toda de tejelet ¿también requiere tzitzit?“ le preguntaron a Moshé. Moshé les respondió afirmativamente y ellos se rieron y burlaron de él. “Si un hilo de tejelet exime a toda una prenda, ¿todo una prenda de tejelet no se exime a sí misma?”

El Rebe explica que ese era precisamente el argumento de Koraj. Toda la “prenda”, es decir toda la comunidad, es santa. Somos todos tejelet, lana sagrada. No hay necesidad de distinciones entre nosotros. ¿Por qué ustedes, Moshé y Aharón, se designan como líderes y se exaltan sobre nosotros?

El hecho, sin embargo, es que las distinciones son una realidad necesaria de la vida. A pesar de que no buscamos crear divisiones entre la gente, no todo el mundo es un doctor. Imagine si cada persona que tiene ganas de ser médico pusiera un cartel en la puerta de su casa y se pusiera a dar medicamentos. Tendríamos una sociedad muy enferma.

El Rebe fue un gran humanista. Estaba preocupado por cada nación y cada individuo, judío o gentil, e intentó hacer una diferencia en toda la sociedad, como lo evidencian sus esfuerzos por un “momento de silencio” en las escuelas públicas norteamericanas y su énfasis en una educación para todos. Simultáneamente, era inflexible en que Israel no debía comprometer la profundidad estratégica territorial para poder salvaguardar la vida de sus ciudadanos.

El humanismo no significa borrar todas las líneas. “Imagine”, la canción de paz de John Lennon en la cual aboga por que no haya más religiones, no solo es impracticable y anárquica, es una negación de la verdad. No tenemos que ser todos iguales para llevarnos bien.

Dentro de nuestro pueblo, algunos son Kohanim, otros Leviim mientras que la mayoría de nosotros pertenecemos al resto de las tribus de Israel. Hay doctores y abogados, sacerdotes y profetas. El desafío para aquellos que tienen cargos de autoridad legítimos y genuinos es hacer que las distinciones no se transformen en divisiones.

 

LAS PORCIONES DE LOS SACERDOTES

[D-os le ordenó a Moisés que les diga a los levitas,] “Cuando tomen del diezmo de los Israelitas ... deben apartar una porción para D-os, [que darán a los sacerdotes].” (Bamidbar 18:26)

A pesar de que el sacerdocio físico fue reservado para los descendientes de Aarón, el sacerdocio espiritual está accesible para todos los judíos. D-os llama al pueblo judío “un reino de sacerdotes.” Como Rabi Moisés Maimónides explica: “Cualquier ser humano cuyo espíritu lo mueva, y cuyo intelecto lo motive, a distinguirse parándose ante D-os, sirviendoLo, y conociendoLo... se ha santificado como el Santo de los Santos... y se le concederán todas sus necesidades físicas, así como eran provistas para los sacerdotes y Levitas.”

En otras palabras, cuando reconocemos el propósito de nuestras vidas, el servir a D-os, y nos dedicamos a lograr esto, se nos asegura lo mejor de todo, tanto material como espiritual, en todo momento.

Likutei Sijot, vol. 2, págs. 690-691.

 

La quinta sección del libro de Números relata la rebelión de Kóraj, un primo hermano de Moisés, y sus repercusiones.

VUELTA A LA VIDA

Por Chaim Mentz

Finalmente Andrew y Sharon se comprometieron y me preguntaron si, siendo su rabino de Jabad en Bel Air, California, podía oficiar en su ceremonia de casamiento fijada para el 5 de diciembre de 2004. Me alegré por ellos y les contesté que me sentía honrado y que, por supuesto, oficiaría siempre y cuando cumplieran los requisitos básicos de un casamiento judío:

Que ambos contrayentes sean judíos. Que la novia concurriese a la mikve antes del casamiento. Que la comida que se sirviese en el casamiento fuera kasher. Que ninguno de los contrayentes estuviese actualmente casado con otra persona. De ser así, debería obtener un Guet (divorcio judío).

Ambos sonrieron y estaban felices porque ahora nada se interponía en sus planes. La boda fue fijada tal como planeado hasta que... Durante una conversación privada Sharon me confió que ella había estado casada con un judío (a quien se refería como el ‘error’), pero que había sido solamente por seis horas y que, debido a los terribles actos cometidos por el ‘error’ el juzgado inmediatamente falló anulando el matrimonio.

Sentía que se me anudaba el estómago. ¿Cómo le digo lo que no va a querer escuchar? Empecé diciéndole: “comprenderás que lo que te voy a decir podrá sorprenderte, pero va a ser necesario que obtengas un Guet. No importa si estuviste casada seis horas o seis años, sigue considerándose como un matrimonio”.

- “¡Pero el juzgado anuló mi matrimonio! Rabino, le pido que comprenda, fue un error!"

Sharon, quien jamás quiso volver sobre su pasado y menos aún tener contacto con el “error”, no podía creer lo que le estaba diciendo. Volví a repetirle que quería oficiar en su boda, pero que comprendiera que no podía hacerlo hasta que no obtuviera el Guet.

- “Rabino ¿qué pasa si no puedo ubicar al ‘error’? ¿Quedo condenada para siempre?”

- “Por favor, no nos basemos en esperanzas equivocadas. Voy a estar apoyándote. Vamos a contactar a los Tribunales Rabínicos de Los Ángeles y ellos nos ayudarán a resolver este problema.”

Le expliqué tanto a Sharon como a Andrew que nada sucede sin un motivo. El hecho que hoy Sharon necesite un Guet nos demuestra que en su vida sucedió algo importante, incluso si solamente duró seis horas. Sharon no quería que su boda se suspendiera por su ‘error’. Continuó planificando la boda y la luna de miel.

Finalmente, después de asistir algunas semanas a los Tribunales Rabínicos de Los Ángeles, Sharon fue liberada del ‘error’, hasta que los Tribunales le dijeron que “ahora que has obtenido el Guet te vas a poder casar, pero no antes de 92 días a partir de la fecha“. ¿Qué? Sharon y Andrew me llamaron inmediatamente. ¿Están locos? ¿Esto es cierto? ¿No vas a oficiar en nuestra boda el 5 de diciembre?

Tranquilamente les expliqué la ley judía y traté de razonar con ellos el motivo por el cual hay una espera de 92 días. Pero en lo único que ellos podían pensar era en sus planes de casamiento y luna de miel. Durante días siguieron sin comprender porqué debían esperar hasta el 5 de enero de 2005 para poder casarse. Unos días más tarde Andrew y Sharon me comunicaron que querían celebrar su casamiento ante los ojos de D-os, como corresponde, de modo que empezaron a replantear su boda para fines de enero.

Pero, en lo más recóndito de su pensamiento, seguían sin comprender porqué D-os estaba retrasando su casamiento. Bueno, hasta el 26 de diciembre. Esa era la fecha en la que Andrew y Sharon debían de haber estado en los últimos días de las tres semanas de su luna de miel, en los famosos hoteles Kaafu Atoli Maldives, en la isla Lankanfushi.

Su habitación del hotel habría sido arrasada por el tsunami.

Sharon y Andrew celebraron “su milagro” el 1º de enero, con un Kidush especial en nuestro templo. Y, como dijo Andrew: “el mejor consejo que el Rabino nos pudo haber dado fue ¡cumplan con las leyes de la Torá de D-os, verán que va a ser una bendición para ustedes!“

Andrew y Sharon se casaron el 23 de enero de 2005. Que D-os los bendiga y que juntos disfruten de muchos años de felicidad y salud.

EL SIGNIFICADO DE CUBRIRSE EL CABELLO

El cabello cubierto nunca fue pensado para que la mujer casada parezca fea. La belleza es un regalo Divino, y la tradición judía anima a hombres y mujeres a cuidar su apariencia y parecer siempre presentables. La tradición judía también anima la modestia; no para disminuir nuestra belleza, sino para encauzar nuestra belleza y atractivo y reservarla a dónde pertenece: dentro del matrimonio.

Desde la perspectiva judía, la modestia no tiene nada que ver con ser poco atractiva. Más bien, la modestia es un medio para crear privacidad. Y eso es lo que logra una peluca.

Cubriendo su pelo, la mujer casada hace una declaración: “No estoy disponible. Pueden verme pero no estoy abierta al público. Ni siquiera mi pelo, la parte más obvia y visible de mí, no es para vuestros ojos.”

El pelo cubierto produce un efecto profundo en el usuario. Crea una barrera psicológica, una distancia cognitiva entre ella y los extraños. Su belleza es visible pero discreta; ella es atractiva pero indisponible.

La peluca logra exactamente el efecto deseado, porque una peluca permite a una mujer cubrir todo su pelo, mientras mantiene su apariencia atractiva. Puede estar orgullosa de la manera en se ve sin comprometer su privacidad. Y aun cuando su peluca parece tan real como para que se la confunda con el pelo natural, ella sabe que nadie está viendo su cabello. Ha creado un espacio privado, y sólo ella decide a quién permitir entrar en él.

Quizás en otras religiones belleza y modestia no se mezclen. Ésta no es la visión judía. La verdadera belleza, la belleza interna, necesita de la modestia para protegerla y permitirle crecer.

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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