Mundo Judío

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El Beneficio de la Duda - Un Anticipo del Futuro - Cuándo y Cómo Estar Tristes - Tishá BeAv

 

 

 

 

 

No. 212

Devarim

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Horario de velas en Montevideo, viernes  14/7 17:38 hrs

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EL BENEFICIO DE LA DUDA

Por Mordejai Wollenberg

Una mujer escucha por casualidad a otras dos mujeres en el supermercado lamentando el comportamiento de cierta adolescente. A medida que la mujer escuchaba más y más de la conversación, se irritaba cada vez más por el mal comportamiento que estaba escuchando y se empezó a preguntar que tipo de padres tan malos e irresponsables serían los que permiten que continúe esa situación. Más tarde, una de las mujeres mencionó el nombre de la adolescente en cuestión y ella se dio cuenta, para su horror, ¡que se trataba de su propia hija! Por supuesto que en ese momento, se dio cuenta cuán diferente hubiera juzgado la situación si lo hubiera sabido desde un principio. Después de todo, cuando se trata de nosotros y lo nuestro ¡siempre vemos las cosas diferentes!

En las líneas de apertura del Libro de Deuteronomio, la Torá nos dice: “Estas son las palabras que transmitió Moshé a todo Israel ...” (Devarim 1:1). La Torá luego relata como Moshé (en una forma muy sutil y no ofensiva) recuerda al Pueblo Judío de sus fallas a través de los años en el desierto. La Torá específicamente relata que él habló de esas fallas “a todo Israel”. Cuando Moshé habló con D-os, sin embargo, el contó solo los aspectos positivos y las virtudes del Pueblo Judío. Argumentó a su favor, no importa lo que hubieran hecho mal. Siempre buscó justificar sus acciones, por más difícil que esto fuera.

Podemos aprender mucho sobre buenas cualidades de carácter de estos eventos. Frecuentemente nos encontramos en una situación en la que escuchamos algo sobre alguien, estando en una posición en la que podemos decir algo que puede cambiar las cosas para bien. Sin embargo, nos quedamos callados. Moshé nos enseña que esto no debería ser así. Si es absolutamente necesario, debemos encontrar un momento apropiado para llamar la atención sobre algo que sentimos necesario a un amigo cercano o un conocido. Pero esto solo se aplica en nuestra relación con esa persona y en nuestra comunicación privada con ella. Cuando hablamos a otros sobre esa persona, o escuchamos que otros hablan de ella, siempre debemos buscar dar el beneficio de la duda, abogar a su favor por más improbable que sea el escenario.

Llevando esto un paso más lejos, el ideal debería ser abogar en favor de esa persona en nuestra propia mente y no solo con otras personas. Así como siempre encontraré una buena excusa y justificación cuando se trata de mis propias acciones y defectos, si realmente apreciara y respetara a mi colega, aplicaré la misma generosidad cuando se trata de sus aparentes fallos.

La tradición jasídica lleva esta idea aún más lejos y enseña que cuando se trata de uno mismo, se debería ser muy crítico, siempre buscando mejorar nuestro comportamiento y nunca satisfacernos con excusas débiles. Cuando se trata de otras personas, deberíamos ir al extremo opuesto y buscar atribuir intenciones positivas o buenas justificaciones a sus acciones, por más improbable que esto sea.

Estamos actualmente en un período en el calendario Judío en el que guardamos luto por la destrucción del Segundo Templo como resultado del “odio gratuito” entre judíos. El único antídoto para el odio gratuito es el amor incondicional. Un buen comienzo es dar a los demás el beneficio de la duda y juzgarlos siempre favorablemente.

Que todos encontremos favor en los otros y con D-os y merezcamos paz y armonía en nuestros días.

UN ANTICIPO DEL FUTURO

[Ordenó D-os a Moshé] “Ten mucho cuidado de no provocar [a Edom], porque no os daré nada de su tierra.” (Devarim 2:4-5)

Espiritualmente, las siete naciones cananeas se corresponden con las siete emociones, mientras que las naciones de Edom, Amón y Moab —adyacentes a la Tierra de Canaán pero exteriores a ella— se corresponden con las tres facetas del intelecto. El hecho de que D-os nos ordenara conquistar las siete naciones cananeas pero nos prohibiera conquistar las otras tres antes del Futuro Mesiánico significa que hasta entonces podemos depurar por completo solamente nuestras emociones, no así nuestro intelecto.

La causa de esto es que el modo apropiado de rectificar algo es corrigiendo su fuente. Dado que nuestras emociones suelen ser gobernadas por nuestro intelecto, podemos hacer uso de este para “enseñarnos” a nosotros mismos qué amar y qué odiar.

Sin embargo, en la actualidad no existe un modo análogo de influir sobre nuestro intelecto. El intelecto está gobernado por aspectos profundamente ocultos de nuestras personalidades, más allá del alcance de la conciencia, y aún no disponemos por completo de las herramientas aptas para controlar este aspecto de nosotros.

Aun así, a medida que nos aproximamos a la Era Mesiánica y comienza a brillar la luz del futuro, podemos “degustar” el futuro a través del estudio en profundidad de las enseñanzas del jasidismo. Estas enseñanzas tocan los aspectos más elevados de nuestras almas; al estudiarlas, podemos comenzar a rectificar nuestro intelecto como también nuestras emociones.

Maamarei Admor HaEmtzaí, Devarim, vol. 1, pág. 1 ff;

Séfer HaSijot 5750, vol. 2, págs. 547-548;

Séfer HaMaamarim 5741, págs. 86-90.

Deuteronomio (Devarim) 1:1- 3:22

El Deuteronomio, quinto y último libro de la Torá, está dedicado principalmente a los discursos de despedida que dio Moshé al pueblo judío poco antes de su muerte y la entrada del pueblo a la Tierra de Israel. La primera sección del libro registra sus palabras (devarim, en hebreo) de crítica al pueblo judío por distintos episodios que tuvieron lugar durante sus cuarenta años en el desierto, y las lecciones que debían aprender de sus errores.

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CUÁNDO Y CÓMO ESTAR TRISTES

Por Yanki Tauber

Un hombre está bailando en la boda de su hijo único. Él es buen bailarín, pero nunca antes, y nunca más en el transcurso de su vida, volverá a bailar con la misma gracia y expresividad que expresa ahora. De hecho, todas sus aptitudes, capacidades y atributos están en su cenit: su mente está más lúcida que nunca, sus amores y sus odios están en su punto más apasionado; ponga un pincel en su mano, y él le pintará un cuadro que demuestre el máximo de su potencial artístico.

Los maestros Jasidicos utilizan esta parábola para demostrar su definición de la “alegría”: La alegría es revelación. La alegría revela potenciales latentes de los que nadie sabía de su existencia y amplifica potenciales revelados a niveles que nadie creía alcanzables. La alegría es la efusión del ser, que se derrama por encima de lugares y logros, más allá de los horizontes naturales del alma.

Si la alegría es la revelación y expansión del alma, entonces el dolor, en contraste, es su ocultación y contracción. En dolor el alma se retrae, silenciando toda expresión exterior, reduciéndose a la partícula más estrecha del propio ser.

No es sorprendente, entonces, que las enseñanzas Jasídicas, vean negativamente la tristeza. Un viejo refrán Jasídico dice: “la tristeza no es un pecado, pero su efecto sobre la persona es peor al de cualquier pecado”. El alma fue enviada a este mundo no para “ser”, sino para hacer; no para simplemente existir, sino para lograr. Retraerse en uno mismo es lo contrario al flujo de la vida.

No obstante, hay épocas en las cuales debemos estar tristes. La recitación diaria del Shema en la cama (keriat shema she'al ha-mitah) es una de esas ocasiones: la culminación del día es una oportunidad de examinar la conciencia, un momento para experimentar pesar y remordimiento sobre las fallas y oportunidades perdidas del día. Una vez al mes, en Erev Rosh Jodesh ("Víspera del Nuevo Mes“), el proceso se repite en una escala mayor, abarcando el mes que se acerca a su cierre. Y así también ocurre en los ayunos y los  “días del reflexión”. Actualmente, nos encontramos en el período más doloroso del calendario judío, las “tres semanas”, en las que estamos de luto por  la destrucción del santo Templo en Jerusalén.

Porque sin estos momentos de dolor, nuestra alegría fluye incorrectamente. El más minúsculo desliz en la fuente se convertiría en una discrepancia mayor río abajo, llegando a ser cada vez más falso a medida que la trayectoria siga sin corregir. Nuestras vidas serían cada vez más erráticas y difusas, eventualmente evaporándose por completo. Es por esto que es crucial que, en ocasiones, enderecemos el flujo, retornando a la fuente para hacer los ajustes y las revisiones necesarios.

Por supuesto, siempre existe el peligro que la introspección se convierta en una aprieto, un agujero negro que lo arrastra más y más adentro, no permitiendo ningún escape. Si la alegría tiene sus peligros, el sufrimiento es mucho más peligroso aún.

Ésta, es entonces, la solución: la proporción debe ser prescrita — una hora diaria, un día mensual, unos veinte días a lo largo del año — y el dolor quedará confinado dentro de estos límites. Debe ser una búsqueda activa, nunca un hundimiento pasivo. Y siempre el dolor debe estar impregnado del conocimiento de su propósito real: servir como herramienta de alegría.

TISHÁ BEAV

El día más triste del calendario judío es el 9 de Av, “Tishá BeAv”. Es la fecha en la que nuestros dos Templos Sagrados fueron destruidos y comenzó el exilio, la persecución y la oscuridad espiritual.

Tishá BeAv comienza al atardecer del 8 de Av y dura hasta el siguiente anochecer.

En Tishá BeAv nos abstenemos de:

• Comer y beber. Cualquier persona mayor de bat o bar mitzvá ayuna, incluyendo las mujeres embarazadas y que están amamantando. ¿Está enfermo? Consulte con un rabino.

• Bañarnos o lavarnos. Excepciones: manos sucias, al salir del baño, y el lavado ritual de manos de la mañana (solo los dedos).

• Aplicarnos lociones o cremas.

• Usar zapatos que contengan cuero.

• Relaciones maritales.

• Estudio regular de Torá. Estudiamos sólo sobre la destrucción de los Templos u otros temas tristes. (Esto comienza al mediodía de la víspera de Tishá BeAv).

No salude a un amigo con un “hola” o “buenos días”. No salga de caminata o paseo y, si es posible, tómese el día en el trabajo; nada debería distraerlo del duelo. Hasta mediodía nos sentamos solo en el piso o en un banco bajo.

Previo a Tisha BeAv:

Coma la comida final poco antes de la puesta del sol. Una comida escasa que incluya un huevo duro, símbolo tradicional de duelo, y un pedazo de pan con cenizas. Coma esta comida sentado en el piso o en un banco bajo. (Consejo: Coma una comida completa más temprano en preparación para el ayuno).

La noche de Tisha BeAv:

Se deja de comer con la puesta del sol. Se disminuyen las luces en la sinagoga y se saca la cortina del Arca. Se lee el libro de Lamentaciones luego de las plegarias nocturnas.

El día de Tisha BeAv:

No se pone tallit ni tefilín en las plegarias de la mañana. Luego de las plegarias recitamos kinot (elegías). Nos ponemos tallit y tefilín para las plegarias de la tarde.

Al anochecer, antes de cortar el ayuno, nos lavamos ritualmente las manos.

De las cenizas del Templo destruido se levantará un edificio incomparablemente magnificente. El exilio dará a luz a la redención. Es una tradición que nuestro redentor nacerá en Tisha BeAv. Este es un día de expectativa y esperanza, porque “Aquel que hace duelo por Jerusalem, tendrá el mérito de ver su felicidad.”

El Ayuno de Tisha BeAv comienza este miércoles 26 de Julio a las 17:59 en Montevideo. Finaliza el jueves a las 18:27.

 

MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Pereira de la luz 1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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