por Rav Ken Spiro
Fuente: aishlatino.com
¡Jamaica! Música reggae, Bob Marley, playas, palmeras, Usain Bolt y… judíos.
¿Judíos?
¡Sí! Sorprendentemente, la conexión judía con Jamaica es muy antigua y sumamente interesante. Para entender la conexión judía con Jamaica necesitamos remontarnos a España en 1492.
El año 1492 por lo general nos recuerda a Cristóbal Colón y el descubrimiento del Nuevo Mundo. Pero 1492 también fue el año de uno de los eventos más traumáticos de la historia judía: la expulsión de los judíos de España. De hecho, estos dos eventos están conectados.
El 31 de julio de 1492 fue la fecha establecida por Fernando e Isabel, los reyes de España, para que los judíos se convirtieran o abandonaran el país. En ese día llegó a su fin la comunidad judía de España, que había florecido y prosperado durante 780 años. Se estima que aproximadamente la mitad de los judíos se convirtieron y se quedaron. Muchos siguieron manteniendo sus tradiciones judías en secreto, convirtiéndose en "Marranos" o Bnei Anusim (que en hebreo significa "los hijos que fueron obligados"). Con grandes riesgos, estos judíos secretos siguieron practicando el judaísmo, mientras que una cantidad similar abandonó el país.
Muchos se fueron a Portugal, donde cinco años más tarde fueron bautizados a la fuerza. Inmediatamente después de la fecha límite del 31 de julio, Colón, que posiblemente tenía ancestros judíos, partió en tres barcos con una tripulación de 88 personas (cinco de ellos eran judíos), en busca de una ruta occidental que llevara al Lejano Oriente. Dos meses más tarde, el 12 de octubre de 1492, llegaron a las Bahamas y dieron comienzo a la colonización europea de las Américas.
Parte de la recompensa que Colón recibió por su descubrimiento fue la isla de Jamaica.
El descubrimiento accidental de América dio lugar a una masiva conquista, colonización y competencia por el Nuevo Mundo, principalmente entre España, Portugal y Francia que eran católicas con Inglaterra y Holanda que eran protestantes (Holanda declaró su independencia de España en 1581).
El Nuevo Mundo también abrió un nuevo puerto de refugio para los judíos perseguidos y expulsados de la Península Ibérica.
Hoy en día, en Norteamérica se encuentra la comunidad judía más grande de la Diáspora, constituida principalmente por descendientes de europeos orientales, millones de judíos ashkenazíes que huyeron de la Rusia zarista entre 1882 y 1914. Mucho antes de que llegara algún judío a Norteamérica, los judíos se establecieron en las Indias Occidentales y en América del Sur, y los judíos sefaradíes (de España) llegaron allí siglos antes de que aparecieran los ashkenazíes.
La expulsión de 1492 y las dificultades que le siguieron para aquellos que se quedaron en España y Portugal, fueron las razones principales de la llegada de esos primeros judíos sefaradíes al nuevo mundo.
En España y Portugal, a comienzos del siglo XVI, los miles de judíos que habían sido forzados a convertirse al cristianismo y ahora eran conocidos como "cristianos nuevos", vivían en constante terror de ser descubiertos por la inquisición española. La inquisición, que comenzó en 1478, persiguió, arrestó y a menudo torturó y asesinó a decenas de miles de cristianos nuevos bajo sospecha de seguir practicando secretamente su antigua fe e influir negativamente sobre otros nuevos cristianos. Se estima que más de 30.000 personas, muchos de ellos judíos, fueron ejecutadas por la inquisición, la cual sólo terminó oficialmente en 1834.
Durante el siglo XVI, el miedo a la inquisición y el deseo de tener libertad religiosa llevó a muchos de estos cripto-judíos (conversos obligados que en secreto seguían apegándose a su fe) a huir de España y Portugal hacia el Norte de África, Holanda, el Imperio Otomano y el Nuevo Mundo.
América era una opción atractiva para los refugiados cripto-judíos. La colonización abrió muchas oportunidades económicas y allí había mucha más libertad dado que esas colonias españolas y portuguesas estaban muy lejos de los ojos observadores de la inquisición. La más antigua de esas comunidades se encontraban en en Brasil, Surinam (Guayana holandesa), Curazao, Santo Domingo, Barbados y Jamaica.
Los refugiados cripto-judíos de la península ibérica comenzaron a llegar a Jamaica poco después del viaje de Colón, probablemente alrededor de 1494. Ellos se identificaban como españoles o portugueses, no como judíos, y se establecieron en Kingston, Puerto Real, Bahía Montego y otros lugares de la isla. Colón, que controlaba la isla, no permitió que la inquisición entrara a Jamaica, por lo que si bien estos cripto-judíos aún no podían practicar abiertamente su fe, era mucho más fácil y seguro practicar su fe en secreto en Jamaica que en España. También abundaban las oportunidades económicas, especialmente en el comercio de azúcar, vainilla, tabaco, ron y oro. La comunidad prosperó y creció en relativa libertad.
La situación de los judíos de Jamaica mejoró dramáticamente cuando Inglaterra, que era el archienemigo de España, conquistó la isla en 1655. El momento fue perfecto, ya que Oliver Cromwell, quien gobernaba Inglaterra en ese momento, acaba de permitirles a los judíos regresar a Inglaterra 365 años después de que fueran expulsados por Eduardo I en el año 1290. Los judíos de Jamaica finalmente podían practicar su fe de forma abierta. Después de Cromwell, el rey Carlos II confirmó la ciudadanía y los derechos de los judíos tanto en Gran Bretaña como en sus colonias, incluyendo a Jamaica.
La primera sinagoga de Jamaica fue construida en la segunda mitad del siglo XVII, pero fue destruida por un terremoto en 1692. Las sinagogas en Jamaica y en las Indias Occidentales tenían una característica singular: pisos de madera cubiertos de arena. Hay mucha especulación respecto a la razón de esto, desde que era un recordatorio de los años que el pueblo judío deambuló por el desierto después del éxodo de Egipto, hasta que conmemoraba los intentos de los cripto-judíos en España, quienes vivían con miedo a la inquisición, y colocaban arena para acallar sus pasos cuando rezaban en secreto. A medida que creció la población, también creció el número de sinagogas que había por toda la isla.
Durante el siglo XVI, el miedo a la inquisición y el deseo de tener libertad religiosa llevó a muchos de estos cripto-judíos (conversos obligados que en secreto seguían apegándose a su fe) a huir de España y Portugal hacia el Norte de África, Holanda, el Imperio Otomano y el Nuevo Mundo.
América era una opción atractiva para los refugiados cripto-judíos. La colonización abrió muchas oportunidades económicas y allí había mucha más libertad dado que esas colonias españolas y portuguesas estaban muy lejos de los ojos observadores de la inquisición. La más antigua de esas comunidades se encontraban en en Brasil, Surinam (Guayana holandesa), Curazao, Santo Domingo, Barbados y Jamaica.
Los refugiados cripto-judíos de la península ibérica comenzaron a llegar a Jamaica poco después del viaje de Colón, probablemente alrededor de 1494. Ellos se identificaban como españoles o portugueses, no como judíos, y se establecieron en Kingston, Puerto Real, Bahía Montego y otros lugares de la isla. Colón, que controlaba la isla, no permitió que la inquisición entrara a Jamaica, por lo que si bien estos cripto-judíos aún no podían practicar abiertamente su fe, era mucho más fácil y seguro practicar su fe en secreto en Jamaica que en España. También abundaban las oportunidades económicas, especialmente en el comercio de azúcar, vainilla, tabaco, ron y oro. La comunidad prosperó y creció en relativa libertad.
La situación de los judíos de Jamaica mejoró dramáticamente cuando Inglaterra, que era el archienemigo de España, conquistó la isla en 1655. El momento fue perfecto, ya que Oliver Cromwell, quien gobernaba Inglaterra en ese momento, acaba de permitirles a los judíos regresar a Inglaterra 365 años después de que fueran expulsados por Eduardo I en el año 1290. Los judíos de Jamaica finalmente podían practicar su fe de forma abierta. Después de Cromwell, el rey Carlos II confirmó la ciudadanía y los derechos de los judíos tanto en Gran Bretaña como en sus colonias, incluyendo a Jamaica.
La primera sinagoga de Jamaica fue construida en la segunda mitad del siglo XVII, pero fue destruida por un terremoto en 1692. Las sinagogas en Jamaica y en las Indias Occidentales tenían una característica singular: pisos de madera cubiertos de arena. Hay mucha especulación respecto a la razón de esto, desde que era un recordatorio de los años que el pueblo judío deambuló por el desierto después del éxodo de Egipto, hasta que conmemoraba los intentos de los cripto-judíos en España, quienes vivían con miedo a la inquisición, y colocaban arena para acallar sus pasos cuando rezaban en secreto. A medida que creció la población, también creció el número de sinagogas que había por toda la isla.