Guily Wiluzanski (Klecki)
Hace muchos años, en junio de 1946, Tzivia Lubetkin, javerá y líder de la Tnuá Habonim Dror y luego de la Organización de Combate Judía (ZOB) en Varsovia, daba un discurso ante la organización de Kibutzim en la Palestina del Mandato Británico, al cual tituló: "La Fuerza de la Tnuá ". En ese discurso ella preguntó y respondió:
"¿De donde sacó el movimiento jalutziano, la Tnuá, esa fuerza para tomar en sus manos, quizás algo tarde, en los días más duros, el timón de la vida judía?
Me parece que no hay que buscar demasiado la respuesta a esta pregunta. No es lo correcto, y también duele pensar que la fortaleza de la juventud en medio de la tragedia que nos azotaba hubiera sido un asunto de individuos, de Itzjak, de Tzivia, de Mordejai o de Frumke. Todos vivíamos y vivimos en la conciencia de que no se sabe que habría sido de nosotros si no hubiéramos sido miembros de la Tnuá, si no hubiéramos mamado desde pequeños los valores que ustedes nos han dado…."
La relación entre la Diáspora e Israel, es una relación mágica, mística, inexplicable. Simplemente se siente uno al otro. Es un lazo, un vínculo. Cuando uno está mal, el otro actúa y lo siente, lo siente a flor de piel.
Así cómo Tzivia describe que gracias a la fuerza de la Tnuá, ellos se inspiraron para luchar por un colectivo, por el pueblo judío, también existe una fuerza de la Diáspora. Cuando se activa una brecha en la sociedad israelí, nos olvidamos de todo aquello que nos une. Cuando nos atacan, cómo en estos momentos, recordamos lo que tenemos en común. Pero la Diáspora, está siempre ahí, conectándose con nosotros, los que vivimos en Israel.
Ustedes festejan Iom Hatzmaut mejor que nosotros, que en general lo hacemos juntándonos en familia para un asado. Ustedes rezan según las estaciones del año que se dan en Israel, hacen tefila hacia Ierushalaim. Ustedes, nos recuerdan quienes somos como pueblo. Ustedes siempre están focalizados en nuestra esencia. Ustedes procuran visitar Israel al menos una vez al año o cuando puedan. Ustedes nos recuerdan, que somos todos parte de un mismo cuerpo. Que cuando el dedo duele, el corazón siente. Ustedes son nuestra consciencia colectiva. Ustedes organizan marchas y actos hoy para recordarnos que no estamos solos. Ustedes nos dan fuerza!! Ustedes son la versión original y natural de quienes somos de verdad, de que estamos unidos- hoy en las malas, pero mi pedido es que ustedes nos recuerden, cuando todo esto termine, que nos recuerden que en las buenas tenemos el potencial de amarnos, de respetarnos, de querernos, de florecer juntos. Que nos recuerden que el buscar culpables de cómo empezó todo y por qué y para qué, puede nuevamente segregarnos. Y la fuerza está en recordar que Israel no es una cuestión de individuos o de intereses personales , como dijo Tzivia cuando habló de la fuerza de la Tnuá.
Israel es el testimonio de nuestro pueblo, que sobrevive la prueba del tiempo, siempre y cuando sepamos merecerlo y darle valor únicamente juntos, en las buenas y en las malas. Si nos distraemos por error, ustedes tienen el poder, la fuerza y hasta el deber de marchar, de actuar, de manifestar para recordarnos cuán grandioso es el luchar juntos por lo que nos une y dialogar con respeto para proponer soluciones ante lo que nos separa. Recuerden, ustedes desde lejos pueden ayudarnos a recordar quienes fuimos, para saber y luchar por quienes podemos ser únicamente unidos. La unión hace la fuerza siempre.
Gracias por decir presente, hoy y siempre.
