En comunidad

Falleció el ex Presidente de la Kehilá Ernesto Lissmann (z”l)

QUIENES DESEEN DARLE EL ÚLTIMO ADIÓS, PUEDEN DARSE CITA EN EL CEMENTERIO ISRAELITA DE LA PAZ A LAS 13.00 HORAS DE HOY DOMINGO 28.4

Nos resulta ineludible comenzar esta nota con algo que va más allá de un anuncio comunitario, con una expresión de nuestro profundo pesar al enterarnos del fallecimiento de Ernesto, por quien-al igual que por su compañera  de siempre, su esposa Raquel, a la que deseamos larga vida con salud- tuvimos siempre un gran cariño.

Ernesto y Raquel Lissmann con sus tres hijos Benjamin, Ethel y Yudith
Ernesto y Raquel Lissmann con sus tres hijos Benjamin, Ethel y Yudith

 

 

Ernesto y Raquel Lissmann con su nieta Sofía Rzeszytkowski
Ernesto y Raquel Lissmann con su nieta Sofía Rzeszytkowski
Ernesto y Raquel Lissmann con los bisnietos Roni y Teo Wynter
Ernesto y Raquel con los bisnietos Roni y Teo Wynter
Raquel y Ernesto con sus hijos, yernos y algunos de sus nietos
Raquel y Ernesto Lissmann con sus hijos Benjamin, Ethel y su esposo Franklin, y Yudith y su esposo Alberto, algunos de sus nietos y bisnietos

 

Tenemos presente su sonrisa, su calidez, su profundo interés por todo lo comunitario, lo relacionado al judaísmo y a Israel, interés basado en sus propios vastos conocimientos.

Ernesto Lissmann, de bendita memoria, fue miembro desde jovencito del Movimiento Sionista Liberal Independiente, surgido de la propia Hanoar Hazioni. Fue consejero de la Kehila,  secretario en la misma y llegó a ser Presidente de la institución. Aportó de su tiempo y su sabiduría a la comunidad, sintiéndose un eslabón en la historia de un pueblo al que se sentía orgulloso de pertenecer.

Sin ser una persona religiosa, sabía mucho de judaísmo y le apasionaban todos los temas relacionados a la historia y el pensamiento judío. Recordamos claramente cuánto disfrutaba de las clases del Rabino Mordejai Maarabi, en aquel momento Gran Rabino de la Kehilá.

Es más: encontramos en nuestro archivo un poema que Maarabi le dedicó cuando Ernesto cumplió 80 años.

 

 

La fuerza –“gueburot”- de los días…

 

Surcar los mares de la vida

Nos lleva a puertos seguros y deseados;

Allí, donde amarran seres de excepción

Que asoman como faros silenciosos e iluminados

Brindándonos su luz en medio de una noche

Haciendo que los pasos se afirmen en tierras secas…

 

A veces la vida nos invita a esa excursión

Desconocida, inédita, deparadora de sorpresas;

A veces la vida, nos regala un pasaje

De ida y de vuelta hacia ese territorio único,

El del ser humano, del prójimo,

Que asoma con su luz de sabiduría y desafíos…

 

Entonces el viaje se torna significativo;

Entonces lo dicho cobra más y más sentido;

Porque hay interlocutor, porque hay oídos prestos y palabras por decir,

Porque cada día se torna aprendizaje

Y cada idea, una riqueza incalculable que atesora entre lo dicho,

el amor, el respeto, el disenso, los silencios constructivos…

 

Hoy se cumple con la vida,

Con los años, con los meses, con los días;

Y es el sabio precisamente el que adquiere el noble título

De “zaquen” en nuestra amada tradición judía…

Es saber vivir, enseñando e impartiendo la vida.

Es poder vivir, dignificando los años y entrando paso a paso los días…

 

Y entre esas horas de esos días, amanece uno donde se cumple con la vida…

Rodeado de los propios y los ajenos, que engrosan cual cadena, ataduras de vida…

Hoy, cuando los años se abrazan con los días, y las décadas se enhebran en melodías,

Cuando los rostros hablan por sí mismos y las manos son más fuertes todavía…

Hoy, al asomarnos a esa ventana que nos muestra cuánto hemos recorrido,

Se entreabre otra puerta inquieta que invita a redoblar los días con más vida…

 

¡Feliz día, muy feliz día querido Ernesto!

Y que el feliz se conjugue en plural cada día,

En el brillar de los ojos de Raquel,

La gratitud  y la delicadeza de hijos e hijas;

El aliento de amor inclaudicable de sus nietos,

Y el calor y aún el llanto del bisnieto…

Todos ellos, ellos todos,

armando ese gran edificio, que se llama familia…

Al Dr. Ernesto Lisman, en su día

Vivi, Moti y toda la tribu Maarabi

Montevideo, Adar 20 de 5767 – Marzo 11 de 2007

 

 

Desde entonces, transcurrieron otros 12 años. Ernesto (z”l) llegó afortunadamente a los 92 años, rodeado de una familia que lo amaba porque eso era lo que él mismo irradiaba. Con su inseparable compañera Raquel tuvieron tres hijos: Benjamín, Ethel y Yudith. De ellos, 7 nietos (Jerome y Jonathan de Benjamin, Uriel, Ami e Ilan de Ethel y Martín y Sofía de Yudith) y 3 bisnietos (Roni, Teo y la chiquita Emma, de 6 meses).

Ernesto y Raquel Lissmann con todos sus nietos
Ernesto y Raquel Lissmann con todos sus nietos. De izquierda a derecha: Jerome, Ilan, Ami, Ernesto, Raquel, Sofía, Martín, Jonathan, Jaqui (esposa de Uriel) y Uriel

 

 

A  todos ellos vaya nuestro pésame de todo corazón. Que no sepan más de dolor. Y que en la hermosa memoria de su esposo, padre, abuelo y bisabuelo, hallen consuelo.

Ernesto Lissmann y su bisnieta Emma.
Ernesto Lisman y su bisnieta Emma

 

Ernesto Lissmann y su bisnieto Roni Wynter
Ernesto Lissmann y su bisnieto Roni Wynter
Ernesto con su nieto Martín
Ernesto con su nieto Martín

 

Este sábado por la noche, la Comunidad Israelita del Uruguay (Kehilá), publicó un comunicado a raíz del fallecimiento de Ernesto Lissmann:

“El Consejo Directivo, los voluntarios y funcionarios de la Kehilá, informamos con profundo dolor el fallecimiento del Ex Presidente de nuestra institución Dr. Ernesto Lissman quien desempeñó este cargo durante la década del 80 siendo recordado por todos nosotros con cariño por su bonhomía y por su amor enorme amor hacia toda temática judía”.

 El velatorio se llevó a cabo este domingo 28 de abril, de 10 a 12 en la empresa Abbate (Tomás Basáñez 1275). Desde allí se partió hacia el Cementerio Israelita de La Paz, donde la cita es a las 13.00.

 

A sus familiares y amigos deseamos que no sepan más de dolor.

Ana Jerozolimski
(27 Abril 2019 , 21:50)

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