Mundo Judío

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Llamados de Alerta - Regalo de Amor - La Chispa Oculta en Cada Judío - Una Letra en el Rollo de la Torá

 

 

 

 

 

 

No. 234                                                                                               

Vaieshev

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Horario de velas en Montevideo, viernes  15/12 19:31 hrs

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LLAMADOS DE ALERTA

Por Yossy Goldman

No todos somos afortunados en recibir un llamado de alerta a tiempo en nuestras vidas. Algunos reciben el suyo justo a tiempo. Otros lo reciben pero no lo escuchan. Otros lo oyen fuerte y claro pero se niegan a prestarle atención.

El Faraón recibió el suyo en la parashá de esta semana, cuando Iosef interpretó sus sueños y le aconsejó designar “un hombre sabio” para supervisar el plan macroeconómico del país. Iosef le explicó al rey de Egipto que ya que había experimentado dos sueños y en la mitad se había despertado bruscamente, esto era una señal Divina de que debía actuar inmediatamente, acorde a la urgencia del asunto. El Faraón aceptó este consejo seriamente y el resto es historia.

Cuando hablamos de la salud y bienestar físico, un poco de colesterol, la presión arterial alta o una bronquitis recurrente son las señales no-tan-sutiles de que es hora de cambiar el estilo de vida. Éstos son los llamados de alerta que el cuerpo nos envía. ¿Realmente tenemos que esperar un ataque cardíaco, D-os no permita, para dejar de fumar, o comer menos y hacer más ejercicio? Para ello están las alertas, para ayudarnos a captar el mensaje antes de que sea demasiado tarde.

También hay alertas espirituales. Nunca olvidaré la historia de un amigo acerca de su despertar y cómo el cambio espiritual le salvó la vida. Él era un adicto al trabajo y estaba llevando su vida al extremo. De haber continuado simplemente no habría sobrevivido. Entonces decidió comenzar a cumplir Shabat. Él nunca había experimentado un día de descanso y serenidad espiritual. Y al descubrir Shabat, redescubrió su personalidad (también descubrió que podía jugar al golf el domingo en vez del sábado).

En un corto que usé una vez en un Shabatón mostraba a una serie de profesionales y artesanos trabajando. A medida que se sumergían en sus respectivos oficios, cada uno se iba transformando en su trabajo hasta perder su propia identidad. De lunes a viernes, la cara del carpintero se convertía en un martillo, el doctor tenía cara de estetoscopio y el contador se transformaba en calculadora. En Shabat cerraban sus oficinas y volvían a sus casas a celebrar el día de descanso con sus familias. Lentamente, sus caras volvían de sus profesiones a sus personalidades. La inmersión total en su trabajo los había deshumanizado. Se habían convertido en máquinas. Ahora, gracias a Shabat, eran humanos nuevamente. Este corto causó un gran impacto.

No es fácil cambiar los hábitos inculcados. Pero Janucá, que generalmente cae durante la Parashá de esta semana, tiene un mensaje relevante al respecto. Toma un día a la vez. Uno no debe cambiar todo inmediatamente. Una vela por vez es todo lo que hace falta. La primera noche encendemos una sola vela de Janucá, en la segunda noche encendemos dos velas, y en la tercera noche tres. Agregamos un poco de luz cada día, y en poco tiempo la Menorá está completa y las ocho velas de Janucá están iluminando su entorno.

Es aceptable avanzar un día a la vez. Lo que no está bien es irse a dormir después de recibir la alerta. Tanto si es su bienestar físico o su salud espiritual, las llamadas de alerta son una valiosa señal del cielo de que es hora de cambiar de actitud, estilo de vida o prioridades. Con la ayuda de D-os, que cada uno de nosotros oiga la llamada y actúe acorde diligentemente.

REGALO DE AMOR

[José dijo] “Pon mi copa, la copa de plata, en la boca de la saca del menor [Benjamín]” (Bereshit 44:2)

José sabía que el pueblo judío estaría en exilio un largo tiempo, y que no todos tendrían el mismo nivel de conciencia Divina que les permitiera desarrollarse en Egipto. Por lo tanto buscó una forma de protegerlos de la depravación egipcia, para asegurar que eventualmente dejaran Egipto y recibieran la Torá. José se dio cuenta que lo que necesitaban era un amor por D-os lo suficientemente poderoso como para sobreponerse al materialismo de Egipto. La copa de plata de José alude a este amor, porque la palabra hebrea para “plata” (késef) está relacionada con la palabra hebrea para “anhelo” (kisuf). José sabía además que la gente aún no totalmente justa no podía encender ese amor por sí misma, por lo que implantó este amor en ellos, “implantándolo” dentro de Benjamín.

Likutei Torá, 3:90bc; Maamarei Admur HaEmtzaí, Bereshit, págs. 291 ff; Or HaTorá, Bereshit, vol. 2, 341a ff; ibid. vol. 6, 1103b ff.

Génesis (Bereshit) 41:1 – 44:17

La décima sección del libro de Génesis continúa con la crónica de José. Comienza dos años después (Miketz “al fin de” en Hebreo) de que José le pidiera al copero del Faraón que intercediera por él. Esta vez es el Faraón quien sueña, dos veces, y busca un intérprete calificado. José interpreta los sueños del Faraón en forma convincente diciendo que se refieren a siete años de abundancia que se avecinan seguidos por siete años de hambruna, y que había que abastecerse con tiempo en preparación a ellos. Esto lleva al Faraón a designar a José como virrey de Egipto. El comienzo de la hambruna lleva a los hermanos de José a Egipto para comprar comida que José había almacenado durante los años de abundancia. Cuando José los ve, planea una forma de determinar si ellos han abandonado su antiguo odio hacia él y están prontos para unírsele para hacer avanzar a la familia en su misión Divina.

LA CHISPA OCULTA EN CADA JUDÍO

Por Avraham Plotkin

En un viaje a Ucrania dónde mi familia fue a celebrar el cumpleaños 80 de mi padre, encontré a Sasha, emisario del Lubavitcher Rebe y estudiante de mi padre. El trabajo de Sasha es visitar a los judíos en las puntas más remotas de Ucrania y reconectarlos con sus raíces. Él relató la siguiente historia:

"Recibí una extraña llamada telefónica de una compañía minera que estaba excavando cerca de Anipoli, un pequeño pueblo en Ucrania occidental. Habían descubierto una fosa común del Holocausto. Enseguida dejé todo lo que estaba haciendo y avisé a la Jevra Kadisha (Sociedad de Entierro) en Jerusalém que inmediatamente despacharon un grupo de rabinos para ayudar a organizar un entierro y monumento apropiados para estos mártires.

Después de unas semanas, decidimos organizar un Shabatón para los descendientes de los mártires, en honor a las víctimas. Traje conmigo un grupo de la Ieshivá de Kiev, comida kasher suficiente y una Arca portátil con una Torá. Resultó ser un Shabat muy conmovedor."

Sasha explicó: "Entre las personas que asistieron a este Shabatón, había un señor mayor que se negó a participar de los aspectos religiosos de nuestro programa. Durante los servicios de la tarde de Shabat lo vi sentarse solo con su familia, en el otro lado del cuarto, sin una kipá. Lo llamé para darle a una aliá a la Torá (ser llamado a la Torá), y como era de esperar, se negó."

"Realmente no sé lo que me llevo a tomarlo al hombre de su brazo y acompañarlo a la bimá (lugar sobre el que se lee la Torá). Le pedí su nombre hebreo. Él me dijo que no podía recordarlo, pero su nombre ucraniano era Vasily. Lo llamé por ese nombre. Él dijo las bendiciones apropiadas con un poco de ayuda de mi parte. Cuando empecé a bendecirlo después de subir a la Torá, noté que el hombre estaba llorando profusamente. Le pregunté si ocurría algo y él respondió con voz ahogada que después de tantos años recordó su nombre hebreo. Era Azriel, igual que su abuelo, el rabino del pueblo, este nombre le fue dado en su brit (circuncisión)."

"Usted sabe" dijo, "mi Zeide fue el primero en ser acribillado por esos Nazis asesinos. Lo recuerdo como hoy. Reunieron a nuestro pueblo entero en la plaza. Yo tenía 12 años, antes de mi Bar Mitzvá. Tuve mucha suerte. Había bebido una botella de agua y me habían concedido permiso para dispensarme detrás de algunos árboles. Detrás de esos árboles, vi cómo dispararon a todos. Nadie se salvó. Mi Zeide fue el primero, porque era el rabino. El resto de mi familia siguió. Después de que terminaron, quedé solo en este mundo, vagando a través de los bosques..."

Después de la guerra, volví a mi ciudad natal pero desgraciadamente, sin comunidad judía, abandoné mi judaísmo, estoy casado fuera de la fe y formé una familia no judía. Cuando oí hablar del descubrimiento de la tumba que tiene a mi familia enterrada, me llenó un increíble sentimiento de anhelo por mi familia y mi pasado. Necesitaba reconectarme una vez más. Estuve de acuerdo en asistir a su programa. El Shabat entero estuve luchando con mi pasado y mi identidad judía. ¿Quién soy? ¿Soy el judío de mi pasado o el ucraniano del presente?

Cuando usted me llamó a la Torá y me pidió mi nombre judío, todo regresó. Se abrieron las compuertas de mis recuerdos. Mi Zeide, mi nombre hebreo Azriel, y el Bar Mitzvá que preparé que pero nunca celebré, todos aparecieron delante mío. Supe que pertenecía a mi pueblo"

Sasha concluyó: "entonces le dije a 'Azriel' que debe considerar esta aliá como su Bar Mitzvá. 'Ciertamente, su Zeide está muy orgulloso de usted', le dije. Él me abrazó mientras lágrimas rodaban por sus mejillas. Pienso que eran lágrimas de inmensa alegría."

- "Ve", dijo Sasha, "uno nunca debe menospreciar el alma de un judío, incluso uno que se ha marchado lejos durante muchos años. Necesitamos proporcionarle el fósforo. ¡La chispa ya está allí!"

- "A propósito," le pregunté a Sasha cuando terminó su historia asombrosa. "¿Cuándo sucedió esta historia?"

- "Hace tres semanas"

- "¿Estás seguro?"

- "Sí, claro. ¿Por qué lo pregunta?"

Ahora era mi turno para llorar: - "¡Mi primer nieto nació exactamente hace tres semanas y lo llamamos Biniamin Azriel!"

UNA LETRA EN EL ROLLO DE LA TORÁ

El rollo de la Torá es una materialización tangible de nuestra conexión con D-os, nuestro tesoro más preciado y nuestro guía en la vida. “Ahora pues,” dijo Moisés, “escribid este cántico para vosotros” (Deuteronomio 31:19). Por lo que cada judío debe escribir un rollo de la Torá.

Pero la escritura de la Torá es un trabajo arduo. Cada una de sus 304.805 letras debe ser manuscrita con tinta y pluma, en papiro, con una caligrafía especial, por un escriba entrenado.

Si no eres un escriba entrenado, siempre está la posibilidad de encargarle a uno que escriba la Torá. Pero si no tienes el suficiente dinero, hay otra manera de cumplir la mitzvá: comprar una sola letra en una Torá, es decir, que haya una letra escrita específicamente para uno.

Unidad Judía

¿Cuál es la letra más importante de la Torá? ¿La primera? ¿La última? ¿Las letras de los diez mandamientos? De hecho, si cualquier letra está ausente o incompleta, todo el rollo será nulo.

La nación judía es un enorme rollo de la Torá. Cada individuo, menor o adulto, sabio o inculto, constituye una letra. Todos somos uno, interdependientes y con el mismo grado de importancia.

El Rebe de Lubavitch, Rab Menajem Mendel Schneerson, que D-os lo tenga en la gloria, propuso que todos los judíos se unieran mediante la compra de un carácter para un rollo “colectivo” de una Torá que expresara nuestra unidad inherente. Una nación, una Torá, un D-os.

Además, una letra en la Torá pone a su dueño en el “libro de D-os”. “En aquel tiempo”, dijo el profeta Daniel, “será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro…”.

La Torá de los Niños

El Rebe también instó a escribir una Torá especial para unir a los niños. Su unidad es perfecta, pura, impoluta por el pecado. Cada niño o niña judía menor a la edad de su bar o bat mitzvá puede adquirir una letra en el Rollo de la Torá para niños. 

 

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Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
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