Desde el 7 de octubre, apenas comenzó a aclararse la dimensión de las atrocidades cometidas por Hamas en el sur de Israel, la pregunta ineludible es ¿Cómo pudo pasar? ¿Cómo es que Israel no se dio cuenta a tiempo?
Mucho habrá que investigar al respecto, tanto a nivel de gobierno como de la cúpula militar. Y ya está claro que el problema central no es que no haya habido señales sino que no se las haya interpretado debidamente. En términos generales, gran parte de las explicaciones pasan por lo que en hebreo se llama la “concéptsia”, o sea la concepción, el hecho que la cúpula de gobierno y de seguridad estaba convencida de una línea determinada, se encerró en ello y no supo pensar fuera de la caja.
Pero señales, había, y no pocas.
Este lunes se reveló una bastante original. No necesariamente algo que podía adelantarlo todo pero sí que debía alertar y preocupar. La noche antes de la masacre, el Shin Bet, el Servicio General de Seguridad, captó que se prendían en Gaza varios teléfonos celulares con números israelíes. Lo que había pasado era que Hamas cambió la tarjeta SIM de varios de sus miembros que a la madrugada siguiente iban a cruzar a Israel para la masacre, colocándoles SIM israelí, para facilitar el contacto entre ellos ya dentro de Israel. No se reveló un número claro y no sabemos si fueron decenas o 200, pero ese tipo de señal despertó en primera instancia sorpresa y cierta preocupación en Israel. ¿Para qué quieren palestinos de Gaza números israelíes en sus celulares?
Según informó Roí Sharón, cronista de asuntos militares de la radio y televisión públicas de Israel KAN, en un primer momento hubo preocupación. Finalmente se decidió desestimbar el tema. ¿Por qué? Según él por varias razones.
Como en tantos otros temas, se pensó que era una “maniobra”, un mero ejercicio. Además, se temía que si se reaccionaba a esa señal y no había sido más que un ejercicio, se habría revelado una herramienta de Inteligencia de Israel. Se temía que reaccionar a algo así reclutando tropas, provocaría una escalada. Y se pensó que si en el peor de los casos algo realmente sucede, sería un ataque puntual a uno o dos poblados, con lo cual podrían lidiar perfectamente las tropas de unos cientos de soldados destinados a esa zona
Lamentablemente, todo fue un perfecto engaño que se combinó con las fallas colosales de Israel.