¿Quién le Teme a Og? - Las Dos Caras de la Indiferencia - El Negocio Abierto - El Kadish
No. 264
Jukat
Horario de velas de shabat en Montevideo
Viernes 12 de julio 17.32
¿QUIÉN LE TEME A OG?
Por Yossy Goldman
Aunque usted no lo crea hubo un momento en que Moshé tuvo miedo. Si, el gran líder de todos los tiempos, el hombre que luchó y derrotó al Faraón, partió el mar, desafió a los ángeles del Cielo por el derecho a la Torá, este coloso espiritual tuvo miedo. ¿Quién y qué pudo haber asustado a Moshé?
Al final de la parashá Jukat leemos que D-os tranquiliza a Moshé diciéndole “No le temas” (Bamidbar 21:34). ¿Por qué Moshé necesitaba ser calmado? La historia es la siguiente. Los Israelitas estaban por entrar en batalla contra Og, el Rey de Bashan, un guerrero poderoso, un hombre que era literalmente un gigante. Moshé estaba atemorizado a tal extremo que el Todopoderoso tuvo que calmar sus temores.
¿Por qué Og inspiraba tal temor en el gran profeta? Seguramente Moshé tuvo que lidiar con amenazas más formidables en su carrera. De acuerdo a Rashi, la historia se remonta a muchos años atrás. Og (o de acuerdo a algunos comentaristas el ancestro del rey actual) escapó de una batalla que tuvo lugar durante la época de Abraham. Este refugiado vino a lo de Abraham y le informó que su sobrino Lot había sido capturado en batalla. Abraham inmediatamente entró en acción, luchó contra los reyes que habían capturado a Lot y lo rescató exitosamente. Dice Rashi, que Moshé tenía miedo de entrar en batalla con Og porque el mérito que había adquirido al ayudar a Abraham podría protegerlo.
En otras palabras, el hecho de que Og le haya hecho un favor a Abraham muchos años atrás podría ser considerado de tal especial significancia que estaría protegido espiritualmente de todo daño en mérito de Abraham, el beneficiario de esta buena acción.
Pero, ¿fue realmente una buena acción? El mismo Rashi (en su comentario a Bereshit 14:13) nos informa que los motivos de Og no eran totalmente altruistas. Aparentemente, al decirle a Abraham que su sobrino Lot había sido tomado cautivo, Og esperaba que Abraham fuera a intentar rescatarlo y muera en la batalla, para que Og pudiera entonces tomar a la hermosa esposa de Abraham, Sarah, para sí. ¡Difícilmente un acto magnánimo! ¿Por qué Moshé estaba preocupado por el mérito espiritual de una conducta manchada con tales motivos ulteriores?
La respuesta, aparentemente, es que a pesar de que las intenciones de Og estaban lejos de ser altruistas, el hecho es que le había hecho un favor a Abraham. Abraham estaba agradecido por la información y tuvo éxito en salvar a Lot de sus captores. Así que, a pesar de que las razones de Og eran poco nobles, el resultado final de su acto fue para bien y fue considerado como un favor.
Es por esto que Moshé tenía temor que los méritos espirituales de Og lo protegieran. Por esto el Todopoderoso tuvo que tranquilizar a Moshé. “No le temas, pues te lo entrego en tu mano a él, a todo su pueblo y su territorio.” (Bamidbar 21:34).
Esta es una lección increíble sobre el poder del Jésed, los actos de bondad. Que un favor, hecho hace tantos años atrás y con intenciones siniestras, pueda causar en Moshé mismo tanta ansiedad es seguramente una prueba de los impresionantes efectos positivos y de largo plazo de un solo acto de bondad.
Claramente, desde un punto de vista espiritual, los actos de bondad tienen el poder de protegernos de daños. Hacer un solo acto de compasión o ayudar a alguien necesitado, realmente tiene la capacidad de protegernos. Al fin de cuentas, no estamos solo ayudando a los demás sino a nosotros mismos.
Que esta historia nos inspire para ser un poco más considerados con los demás, un poco más serviciales con aquellos que nos rodean. Y que nuestra benevolencia nos proteja a nosotros y nuestras familias de todo daño.
LAS DOS CARAS DE LA INDIFERENCIA
[Amalek] hizo guerra contra Israel y tomó un cautivo de ellos. (Bamidbar 21:1)
Amalek atacó al pueblo judío por primera vez cuando estaba por recibir la Torá y volvió a atacarlo cuando se preparaba para entrar en la Tierra de Israel.
De manera análoga, nuestro Amalek interior primero intenta enfriar nuestro entusiasmo hacia D-os y Su Torá. En la medida en que cumplamos con nuestras obligaciones religiosas, esto no parecería ser un problema muy grande. Pero si encaramos nuestra misión divina sin calidez y entusiasmo, acabaremos por perder interés en ella, y buscaremos diversiones que nos ofrezcan una gratificación material o espiritual más inmediata.
Si nuestro Amalek interior fracasa en enfriar nuestro entusiasmo, intentará tomar control de nuestra vida “en la tierra”, es decir, en la vida material a la que entramos luego de nuestra plegaria y estudio diarios. Argumentará: “Sé santo mientras estás rezando y estudiando Torá, pero cuando estás ganando el sustento y tratando con el mundo físico, vive según mis reglas.”
Esta voz, que puede sonar como la de un comerciante astuto, es en realidad la voz de Amalek. Sus concesiones a nuestros emprendimientos espirituales no tienen otro objetivo más que destruirnos. Hacia Amalek la única respuesta apropiada es exterminarlo renovando constantemente nuestro entusiasmo por D-os y Su Torá, y nuestro deseo de que D-os sea nuestro guía en todos los aspectos de la vida.
Likutei Sijot, vol.1, págs. 208-213
Números (Bamidbar) 19:1 – 22:1
La sexta sección del libro Números comienza con la ley o “decreto” (en hebreo, jukat) relativa al proceso de eliminación del estado de impureza ritual que contrae una persona en el contacto con un cadáver humano. A continuación, la narrativa de la Torá avanza hasta los años finales de los viajes del pueblo judío en el desierto, cuando llegan a la frontera de la Tierra de Israel.
Visitá nuestra página:
jabad.org.uy/parasha
EL NEGOCIO ABIERTO
Por Eliyahu Touger
“Este incidente ocurrió en los primeros años de liderazgo del Rebe," relata Rabbi Shalom Ber Gordon. “Me volví amigo de una familia en Newark, New Jersey, donde estaba sirviendo como sheliaj. Los padres estaban ansiosos de ver a su hija mayor felizmente casada y establecida, pero ella permanecía soltera."
“Después de volvernos más conocidos,” Ies conté acerca del poder de las bendiciones del Rebe. ‘Yo vengo de Ucrania,’ la madre me dijo. ‘Estoy acostumbrada a los rebeim y he buscado su consejo en el pasado. Me gustaría visitar ahora a este Rebe suyo y recibir una bendición para mi hija.’”
“Concerté una yejidut y viajé con la madre y un hijo mayor a Brooklyn. Los esperé afuera mientras ellos entraban al estudio del Rebe. Nos encontramos después de la yejidut y la mujer estaba muy molesta. ¿Qué sucedió?’, le pregunté."
'“El Rebe inquirió acerca de nuestra fuente de ingresos’ explicó ella, ‘Yo le conté que a pesar de que estábamos financieramente seguros y podríamos jubilarnos fácilmente, todavía manteníamos nuestro negocio por causa de nuestra hija soltera. Estamos preocupados por su bienestar y queremos proveer para su futuro.’”
“‘El Rebe preguntó acerca del Shabat y yo le repliqué que el negocio estaba abierto en Shabat.’”
“'¿Por qué?’ inquirió el Rebe. 'Ud. ha descrito a los ingresos de su familia como financieramente seguros. ¿Por qué entonces Ud. trabaja en Shabat?'"
'“Le expliqué al Rebe que no era por nosotros que manteníamos el negocio abierto el Shabat, sino para el futuro de nuestra hija. Luego pedí la bendición por una buena pareja. Prometí que tan pronto ella se casara y se estableciera, nosotros cerraríamos el negocio en Shabat.’”
‘"D-os quiere que sea del otro modo’, el Rebe replicó. ‘Primero cierra el negocio los Shabat. Yo le aseguro que después su hija encontrará una pareja conveniente.’”
“La madre concluyó indignada. ‘En Ucrania, a menudo consultaba con los Rebeim. Ellos siempre ofrecían sus bendiciones y nunca preguntaban sobre nuestra conducta con relación a la Torá.’”
“Madre e hijo retornaron a Newark y reasumieron su rutina diaria. Más de diez años pasaron desde esa yejidut. El padre murió, el negocio continuó abierto en Shabat y la hija permanecía soltera.”
“A mediados de los sesenta, demostraciones esporádicas y motines erupcionaron en ciudades a través de todo el país. Pronto las calles de Newark se alborotaron y violentos grupos callejeros quemaron y saquearon muchos lugares de trabajo.”
“El negocio de esta familia estuvo entre aquellos que fueron arruinados. A su edad avanzada y después de tal experiencia, la madre no consideró abrirlo de nuevo. Así, permaneció cerrado toda la semana incluso en Shabat.”
“Unos pocos meses más tarde, a la hija le fue presentado un hombre muy amable observante e instruido, quien también provenía de una familia adinerada. Más tarde fui invitado a oficiar la boda. Incidentalmente, a pesar de que la esposa tenía más de cuarenta años en esa época, la pareja tuvo un niño, quien creció para ser un estudioso de Torá en Israel.”
EL KADISH
"El padre trae al hijo a este mundo; el hijo puede llevar al padre al mundo venidero."
Cuando el alma se va de este mundo y emprende su viaje hacia arriba, los hijos pueden ayudarla en el camino. Cuando el hijo trae más luz y más santidad a este mundo, el alma del padre o de la madre asciende más y más alto. Recitar el kadish es una de las herramientas de luz muy poderosa con que cuentan los hijos de los difuntos.
En realidad, el kadish es solamente un marco en torno a las palabras centrales que recita toda la congregación: “Que Su gran nombre sea bendito por siempre y por toda la eternidad”. Cuando el doliente recita el kadish y la congregación responde proclamando al unísono esas mismas palabras, un destello de luz atraviesa todos los mundos, y el alma del difunto se eleva más y más.
Incluso, si uno no dejó hijos, también, es posible que otro judío ayude a esa alma al decir kadish por ella. Estamos todos conectados.
¿Quién?
Los hijos varones dicen kadish por sus padres y sus madres en forma diaria durante once meses después del fallecimiento y anualmente en el aniversario del fallecimiento (según el calendario judío).
Si el difunto no dejó hijos, o si dejó un hijo, pero no puede asistir a la sinagoga, lo ideal es que otro familiar varón (cuyo padre o cuya madre también haya fallecido) diga kadish. Y si no, se le debe pedir a otra persona que lo haga en su lugar. Muchas ieshivás ofrecen este servicio a cambio de una donación.
¿Cuándo?
Rezamos tres veces al día: mañana, tarde y noche. El kadish del doliente se dice por lo menos una vez durante el curso de cada una de estas plegarias.
MiSinaí es una publicación de Jabad Uruguay. Guayaquí 3193
2709 0405 , CP1130, Montevideo.
Artículos extraídos de www.Jabad.org.uy y www.Chabad.org, publicados con permiso.
Para recibir MiSinaí por email o por whatsapp, contactar por teléfono al 2628 6770 o por mail: Info@jabad.org.uy.