Durante el mes de agosto, me sumergí en la lectura de libros muy diversos, cada uno con su propia magia y tem{atica. Siempre escuché que escribir tiene un poder sanador, y aunque es cierto, también puedo decir que la escritura exige constancia y dedicación. En cambio, la lectura, con su capacidad de transportarnos y nutrirnos, es un placer que requiere mucho menos esfuerzo.
Novela de ajedrez de Stefan Zweig
El que mueve las piezas de Ariel Magnus
Las dos novelas, Novela de ajedrez de Stefan Zweig y El que mueve las piezas de Ariel Magnus, aunque distintas en estilo y enfoque, están unidas por varios elementos temáticos y contextuales que las relacionan de manera profunda.
En primer lugar, ambas obras se desarrollan en un contexto histórico vinculado a la Segunda Guerra Mundial, utilizando el ajedrez como una metáfora poderosa para los conflictos humanos. En Novela de ajedrez, el juego se convierte en una representación de la lucha psicológica del señor B. contra la opresión nazi y su lucha por mantener la cordura. De manera similar, en El que mueve las piezas, Ariel Magnus emplea el ajedrez para conectar el período de la guerra con una trama compleja de espionaje y tensión, resaltando cómo este juego de estrategia puede reflejar las tensiones geopolíticas de un continente en conflicto.
Además, ambos textos presentan personajes principales de gran complejidad psicológica. En Novela de ajedrez los personajes de Mirko Czentovicz y el señor B. encarnan contrastes marcados: uno es un prodigio insensible, mientras que el otro es un hombre traumatizado y brillante. El que mueve las piezas también explora la profundidad psicológica, especialmente en la subcampeona Graf, un personaje que mezcla elementos históricos y ficticios, añadiendo capas a su caracterización. Ambos textos, aunque en estilos diferentes, abordan cómo el ajedrez afecta y refleja las vidas de sus personajes de maneras profundas y significativas.
Otro punto de conexión es la intertextualidad y el homenaje literario. Ariel Magnus realiza un claro homenaje a Novela de ajedrez al incluir a Mirko Czentovicz como un personaje en su novela. Esto crea un vínculo directo entre las dos obras, y Magnus amplía esta conexión al referenciar a múltiples autores que han explorado el ajedrez en su obra, como Borges y Nabokov. Este diálogo entre textos literarios no solo enriquece la narrativa de Magnus, sino que también muestra una continuidad con las tradiciones literarias previas, evidenciando cómo las historias pueden entrelazarse a lo largo del tiempo.
Ambas novelas también juegan con la delgada línea entre realidad y ficción, aunque lo hacen de maneras diferentes. Novela de ajedrez, aunque es una obra de ficción, está profundamente arraigada en la realidad de la persecución nazi, lo que hace que la angustia del señor B. se sienta vívida y real. Por otro lado, Magnus, en El que mueve las piezas, difumina las fronteras entre lo histórico y lo ficticio al integrar personajes históricos y elementos reales en una narrativa ficcionalizada, desafiando al lector a discernir entre verdad e invención.
El ajedrez, en ambos textos, no es solo un juego, sino un hilo conductor que conecta diferentes aspectos de la historia, desde la psicología de los personajes hasta el contexto histórico y cultural. En Novela de ajedrez, el juego es tanto una vía de escape como un campo de batalla mental. En El que mueve las piezas, el ajedrez es el núcleo en torno al cual giran tramas de espionaje, historia y cultura, demostrando cómo un juego aparentemente simple puede tener profundas implicaciones en la vida y la historia.
En resumen, Novela de ajedrez y El que mueve las piezas están intrínsecamente conectadas no solo por su uso del ajedrez como tema central, sino también por su exploración del conflicto humano, la intertextualidad y la mezcla de realidad y ficción, haciendo de ambas obras una lectura rica y multidimensional. Aunque a primera vista, la intertextualidad parezca complicada, es un desafío al intelecto. Estos dos libros es necesario leerlos juntos.
La risa de las bandurrias de Ariel Magnus
Fernando es un arquitecto porteño que se especializa en construir casa-quintas. Después de que su mujer lo deja, decide huir al sur, como si ese nuevo paisaje desolado, ventoso y frío pudiera tapar su propio desierto interior. En El Bolsón, se cruza con un montón de personajes de lo más variados: un chofer de colectivo terco y malhumorado, una familia medio rara dedicada al turismo, una vaca, un chico que roba libros, un bibliotecario que se autoproclama corresponsal de policiales, un mecánico que engorda tres kilos por año, un ermitaño que juega al ajedrez, un gendarme que se prepara para una supuesta invasión chilena, la hija de un millonario y un grupo de hippies que, en realidad, confirman todo lo más reaccionario del sistema.
El narrador es un porteño 100%, que todo lo que ve lo traduce a lo que ya conoce. Como de alguna forma lo hacemos todos. Pero acá, eso se transforma en risa, y esa risa se convierte en una revelación, en el descubrimiento de lo que estaba escondido bajo lo que damos por hecho. Claramente, no es una risa feliz que celebra, sino la burla de quien ya perdió toda ingenuidad, la carcajada de quien vio el lado ridículo de las cosas Un ejemplo: mientras Fernando viaja, va leyendo los nombres de las chacras. Cansado de ver nombres tipo "Un Sueño Realizado" o "Mi Esperanza", se imagina que, si tuviera una, la llamaría "La Pesadilla" o "Leucemia".
Este libro se ríe de todo y de todos: de los hippies, de los profesionales, de las fuerzas de seguridad, de los paranoicos, de los ecologistas, de los porteños, de los provincianos, de la clase alta, de la psicología, de las teorías conspirativas, de la política, del mundo académico, del peronismo, del etnocentrismo, de la literatura, de los servicios de inteligencia, de los nazis locales, de la izquierda que termina operando para la derecha, de los suicidas, de la iglesia, de las nuevas tecnologías, de la xenofobia, de la globalización, de los medios, de la escuela, del capitalismo y del anticapitalismo. En resumen: este libro se ríe de todos nosotros.
El humor negro, la ironía y el sarcasmo son los que marcan el ritmo acá. "La risa de las bandurrias" es una novela, pero también podría servir como un manual de ejemplos para estudiar el humor. Hacia el final del libro, el narrador se pregunta si "la carcajada no será el lenguaje perfecto, ese que lo dice todo con un solo sonido". La recomiendo.
Lo mucho que te amé de Eduardo Sacheri
Lo mucho que te amé (2020) es una novela que sorprende y rompe con lo esperado: cuenta la historia del enamoramiento de Ofelia, la narradora, del novio de su hermana menor, Delfina. Y lo más complicado es que ese amor es correspondido.
La historia se centra en una familia típica de clase media en Argentina, los Fernández Mollé, que viven en Palermo Viejo. El padre ya dejó de ser la figura de autoridad y la madre, que siempre vivió para su marido, sigue al frente de la casa. Tienen cuatro hijas: Rosa, Mabel, Ofelia y Delfina, todas con sus propios romances. Ofelia es muy cercana a Mabel, y la familia, en general, parece feliz, con muchas reuniones familiares y meriendas durante la semana. También vive con ellos la tía Rita, una hermana viuda y pobre del padre, que es bastante amargada y entrometida, siempre metiendo el dedo en la llaga (aunque muchas veces tiene razón).
La historia transcurre en los años 50, en los últimos tiempos del gobierno peronista, y la familia está dividida políticamente. Aunque las discusiones se dan, siempre hay un esfuerzo por mantener la paz y la buena convivencia. Además, como era común en esa época, el cine y sus actores también juegan un papel importante en la vida de la familia, marcando la época en la que transcurre la historia.
El drama se desata cuando Ofelia se da cuenta de que está enamorada del novio de su hermana, Manuel, y para colmo, él también siente lo mismo por ella. Esta situación es completamente inaceptable para la familia, para los involucrados, y para la sociedad de ese tiempo. Ofelia se enfrenta a un dilema imposible: ¿cómo vive su día a día con este problema sin solución?
Ofelia es una mujer reflexiva, pero también muy espontánea, y la novela está llena de sus monólogos internos, donde expresa sus dudas, su sufrimiento, sus certezas, sus alegrías y sus mentiras. Es un viaje emocional profundo, con mucho material para un análisis psicológico.
La parte final del libro es especialmente impactante. Ofelia reflexiona: Y sin embargo, esta vida es un secreto. Y en el centro de este secreto, soy libre para ser la mujer que quiero ser, o que quise ser. Y si el precio de serlo es que nunca nadie lo sepa, que así sea. Ese es el precio. Que todo permanezca en absoluto silencio. Que nadie sepa nunca... Manuel querido, lo mucho que te amé.
Leer a Sacheri es siempre un lujo, ésta novela tiene el aditivo de la parte histórica que transcurre como escenario de la novela. La recomiendo.
A contraluz de Rachel Cusk
A Contraluz es una novela que forma parte de una trilogía junto con Tránsito y Prestigio. La historia sigue a una escritora que viaja de Londres a Atenas para dictar talleres de escritura, y en ese viaje laboral se convierte en una oyente y observadora de las vidas de otras personas.
La escritora presta mucha atención a las experiencias de todos los que se cruzan en su camino: desde el compañero de vuelo, la dueña del departamento que alquila, hasta sus alumnos y colegas. La novela detalla las emociones, crisis, y relaciones humanas que descubre en esas personas, permitiendo al lector seguir de cerca sus historias.
Temas como la separación, el matrimonio, la soledad, los hijos y la vida profesional son explorados desde distintos ángulos. La elección de Atenas como escenario no es casual; la ciudad, rica en historia y filosofía, se convierte en un lugar donde la tecnología no ha reemplazado el contacto humano, y las interacciones cara a cara se convierten en oportunidades para debatir y reflexionar sobre la vida, el amor, los miedos, y la muerte.
En cuanto al matrimonio, la novela lo describe como “un sistema de creencias, un relato, y aunque se manifiesta en cosas muy reales, sigue un impulso que, en última instancia, es un misterio.” La historia también destaca cómo, en momentos de crisis, como un naufragio, “lo que quedan son fragmentos, y si no te agarras bien a ellos, el mar te lleva a ti también... el amor lo cura casi todo, y cuando no puede curar, borra el dolor.”
Otro tema recurrente es la escritura, vista como una mezcla de pasión e incertidumbre: “Por muy ocupado que estés, por muchos hijos y compromisos que tengas, si hay pasión, sacas tiempo... Hará un par de años me dieron un periodo sabático de seis meses, seis meses enteros solo para escribir, ¿y sabes qué? Engordé casi cinco kilos y me pasé la mayor parte del tiempo sacando al niño al parque en el cochecito. No conseguí ni una sola página. Ahí tienes tu escritura: cuando haces sitio para una pasión, la pasión no aparece.”
La empatía es otro elemento clave en la historia. Se refleja en los diálogos, en los gestos, y en la compañía de aquellos que pasan por la vida de la protagonista, haciendo que ella misma se vea reflejada en esas experiencias y encuentre nuevas perspectivas sobre su propia vida.
A Contraluz revela las profundidades de la vida humana y las dificultades de la mediana edad, pero también es una historia sobre el lenguaje y la comunicación, sobre la necesidad de la palabra, el silencio, y las formas en que nos conectamos con los demás. Es un libro fuera de lo común, tiene algunas partes que el lector se pregunta por qué seguir leyendo. Mucho calor en Atenas y muchos personajes que se mezclan. Me gustó mucho más De segunda casa y Despojos..
La vida en miniatura de Mariana Sandez
Amé este libro, y lo tengo como el regalo perfecto para los cumpleaños. Imagino a Dorothea, completamente harta de su vida y desesperada por un cambio, por algo que la renueve. ¿Importa la edad cuando se trata de cambiar? Claro que sí, pero Dorothea decide hacerlo a los 59.
La historia comienza con un doble viaje. Dorothea viaja a Londres con sus padres para visitar a la familia. Con sus 59 años, está a punto de trabajar, por primera vez, lejos del control de su padre, el gran artista Robert Dodds. Un folleto, la insistencia de su prima Mary Lebon, y una necesidad urgente de hacer algo por ella misma la llevan a ofrecerse como cuidadora nómada de mascotas y casas. Aquí empieza su segundo viaje: mientras sus padres y su prima regresan a Buenos Aires, Dorothea se dispone a recorrer los pueblos ingleses.
Como en toda primera vez, Dorothea siente el miedo y el vértigo de la libertad. La historia avanza en dos continentes y con dos voces: ella narra sus experiencias en los distintos pueblos, mientras recuerda una historia de amor de 14 años con Ricardo. La otra narradora es su prima Mary, sociable y extrovertida, el contrapunto perfecto para Dorothea, quien, con su sensibilidad artística, convierte su soledad en un espacio lleno de vida.
En cada casa que cuida, Dorothea vive encuentros únicos. Se encarga de gatos, un loro, perros, y conoce personas que la sacan de su rutina. Como en Liverpool, donde convive con un cachorro de galgo y con Father Mackenzie, el personaje de la canción “Eleanor Rigby” de los Beatles. Las escenas no solo juegan con la letra de la canción, sino que este personaje tendrá un impacto importante en la vida de Dorothea.
Las metáforas y asociaciones en el libro hacen que el lenguaje se sienta como una casa, a veces acogedora, a veces agobiante.
Mientras recorre casas y vidas ajenas, Dorothea sigue dibujando y pintando sus miniaturas botánicas. La pintura es su manera de habitar el mundo. Es una artista secreta, una heroína discreta que, cuando parecía imposible, aprende otra forma de vivir.
Por favor, léanlo. Leerlo llena el alma de felicidad y calma.
Las vulnerabilidades de Elvira Sastre
El libro es interesante porque trata temas actuales y por momentos da miedo. Yo sentí más empatía por Elvira que por Sara desde el principio. Cuando me entero de casos como el de Sara, agradezco ser veterana, mujer de una época arcaica.
La trama explora los detalles de la vida cotidiana en tiempos digitales. El vínculo entre las dos mujeres se hace denso por momentos y desde las primeras páginas huele a pescado podrido.
Escrita en primera persona, la historia gira en torno a Elvira, la narradora que comparte nombre con la autora, y comienza cuando recibe un mensaje por una red social de Sara, quien asegura haber sido víctima de una pornovenganza y parece estar perdida.
Elvira accede a que Sara se quede en su casa por un tiempo, pero a medida que pasa el tiempo, la relación entre ellas se vuelve cada vez más tensa, generando una dependencia mutua que empieza a ser peligrosa.
Las vulnerabilidades aborda temas actuales y millenials con un lenguaje claro y toques poéticos. Los personajes cargan con heridas diferentes, y a veces la ayuda proviene de personal técnico o personas cercanas. Vale la pena leer este libro, ya que su final es sorprendente, aunque deja entrever que algo no está del todo bien.
Los nombres propios de Marta Jimenez Serrano
Los nombres propios es un retrato de una generación y una época, y es la primera novela de Marta Jiménez Serrano, filóloga, editora y escritora. En la novela, la protagonista, también llamada Marta, nos cuenta su vida de una manera que podría resonar con cualquier persona que haya crecido en los últimos 20 o 30 años.
El libro está lleno de escenas que nos hacen recordar la infancia: los veranos, los momentos en el trabajo de nuestros padres, las reuniones familiares, y los miedos que teníamos de niños. Los diálogos en la casa de veraneo son emotivos y divertidos, y la forma en que se describe la muerte de Diana de Gales es especialmente notable. Este evento sirve para reflexionar sobre cómo los niños empiezan a enfrentarse a la muerte y cómo ese primer encuentro con la tragedia les quita un poco de su inocencia. Marta, la protagonista, no sabe quién es Lady Di, y se siente menos por no entender lo que está pasando a su alrededor.
Una de las técnicas que funciona bien en la novela es la narradora omnisciente, que es la propia Marta, ya adulta, hablando con la niña que fue. ¿Quién no habló sola de niña? Y la amiga imaginaria es otra protagonista con la que dialoga toda la novela. Su relación con su abuela es profunda e íntima. A pesar de que la madre está siempre presente, la abuela es la que la contiene y la mima.
Esta narradora adulta le explica a su yo más joven las emociones y experiencias que irá viviendo, como el amor, la tristeza, el desencanto y la ilusión. También nos adelanta los eventos que Marta enfrentará a los 16, a los 29, los novios que tendrá, las fiestas a las que irá, las amistades que la decepcionarán, y su futuro académico y laboral.
La novela también refleja los cambios que Marta y su generación enfrentan durante la adolescencia, un periodo marcado por la "revolución digital", los mensajes de texto con abreviaturas y las tecnologías que dan forma a nuevas realidades, como las redes sociales e internet.
La novela también incluye un "diccionario generacional" que une historia, sociología y literatura, ofreciendo una obra notable y relevante para los nacidos a finales de los 80 y principios de los 90. Es un ejemplo más de la literatura del yo. La recomiendo.
La asistenta te vigila de Freida MacFadden
Sin palabras. No la recomiendo. Estuve esperando algo que nunca llegó. El final tiene una vuelta de tuerca pero es lamentable que después de dos libros tan entretenidos, la editorial haya publicado este mamarracho.