Este domingo 1/9 comenzó no solo con el estremecimiento generalizado al revelarse la identidad de los seis secuestrados asesinados en un túnel, cuyos cuerpos sin vida fueron recuperados un día antes por el ejército israelí, sino también con la dura noticia de un fuerte atentado terrorista cerca de Tarkumiya, cuyo cruento saldo fue tres policías muertos.
Los tres viajaban en el patrullero policial por la carretera número 35, no lejos de Hebron, cuando fueron baleados repetidamente desde un coche en marcha que pasò a su lado. Muy poco después del ataque los tres fueron declarados muertos.
El terrorista que los mató fue eliminado por el ejército. Tiempo atrás, trabajò en los servicios de seguridad de la Autoridad Palestina.
Se trata de Arik Ben Eliahu, de 37 años,de la ciudad sureña de Kiryat Gat, que estaba casado y tenía tres hijos. Lo lloran tambièn sus padres y dos hermanas.
Junto a él fue asesinada Hadas Brantz, de 53 años, de Sde Moshe. Estaba casada, era madre de tres niños , tenía una nieta, padres y cinco hermanos.
Cada una de las víctimas era un mundo entero, pero especialmente simbólico fue el tercer asesinado, Sargento primero Roni Shakuri, de 61 años, de la ciudad de Sderot, ya que su hija Mor Shakuri fue una de las víctimas del asalto de Hamas a la estación de policía en dicha ciudad el 7 de octubre.
Roni dejó una gran familia de duelo: su esposa, otra hija, una nieta y tres hermanos.
El atentado fue la pieza más reciente en la creciente ola terrorista en Cisjordania, por la que el ejército inició días atrás un amplio operativo contra células armadas especialmente en la zona de los campamentos de refugiados Jenin y Tulkarem.
Su característica principal es el incremento en el uso de cargas explosivas, parte fabricadas en los territorios y parte introducidas por la frontera con Jordania por iniciativa de Irán.
El viernes se vio un ejemplo especialmente duro de dicho esfuerzo, que afortunadamente, por milagro, no se concretó tal cual los terroristas tenìan planeado. Dos autos bomba que probablemente estaban destinados a estallar casi al mismo tiempo, explotaron antes de lo planeado, uno en la estación de nafta del cruce Gush Etzion y el otro tras lograr infiltrarse al asentamiento Karmei Tzur. De explotar tal cual los terroristas habían planeado, habrían podido asesinar a decenas de personas.
El incremento en el esfuerzo militar por desbaratar la capacidad terrorista de cometer estos atentados, no puede derivar de los éxitos de los terroristas en concretar sus planes sino de sus intenciones.