Israel

Supuesta intención de Netanyahu de destituir a Gallant desata alarma en Israel

Es imperioso comenzar con una aclaración que no es meramente técnica: la información en la que se basa esta nota y que nos disponemos a analizar aquí, no es un comunicado oficial de la oficina del Primer Ministro. Pero tampoco es un mero rumor. Según Mijael Shemesh, uno de los muy bien considerados cronistas políticos de la radio pública israelí KAN, una fuente en la oficina del Primer Ministro le dijo a él personalmente que Netanyahu se dispone a destituir muy pronto al Ministro de Defensa Yoav Gallant. Al parecer, el candidato central para sustituirle sería el ex ministro de Justicia Gideon Sa´ar, que en su momento dejó la coalición e inclusive su partido Likud criticando muy seriamente a Netanyahu, y que hoy encabeza el partido “Hayemin Hamamlajtí” (un nombre que no tiene traducción exacta al español, pero que se aproximaría a “La derecha nacional”).

Del partido de Sa´ar se limitaron a decir que “no hay nada nuevo en los contactos”, pero no desmintieron que algo se esté tratando al respecto. Según medios locales, otra opción que se está estudiando es que Sa´ar pase a ser Canciller y que quien está hoy en dicho cargo, Israel Katz, ocupe la cartera de Defensa. Otro ejemplo de la conocida práctica de Netanyahu de nombrar a distintos cargos a gente no apropiada ni preparada para ellos. En todo caso, si eso se concreta, significaría que Gallant sería destituido.

Sin olvidar la aclaración inicial de esta nota, dado que el tema ha desatado una gran tormenta en la opinión pública israelí  es importante tratar de analizar este nuevo escenario, que agrega otro motivo de preocupación a los numerosos con los que lidia Israel desde hace ya casi un año.

Está claro que todo Primer Ministro tiene derecho a querer que a su lado haya un Ministro de Defensa con el que pueda trabajar, manteniendo ambos una relación de gran confianza y mutuo respeto profesional. Esa no es la situación entre Netanyahu y Gallant desde hace ya mucho tiempo. Y cabe suponer que ambos aportaron a ello. Pero la gran pregunta es cuál sería la motivación principal del planeado paso ahora.

Pues hace aproximadamente un año y medio, antes de la guerra, en la época de las manifestaciones contra el plan de reforma judicial del gobierno, Gallant se dirigió en vivo a la ciudadanía por televisión, diciendo que había advertido al Primer Ministro que la situación reinante era peligrosa y que había riesgo de guerra si no se cambiaba de rumbo, y llamó explìcitamente a frenar el plan de reforma por algunas semanas. En aquel momento, Gallant se refería a la fuerte división interna causada por el polémico plan de reforma y por la respuesta de la calle que protestó enérgicamente. 

Una de las expresiones de aquella protesta, fue la iniciativa de la organización “Ajím lanéshek”  de proclamar que los reservistas en servicio voluntario en unidades de combate, inclusive pilotos de la Fuerza Aérea, no se presentarían a servicio si el gobierno seguía en su camino, que ellos consideraban conducía a un debilitamiento de la sociedad israelí. 

Algunos acusaron a “Ajím lanéshek” de transmitir al mundo árabe la idea que Israel no se podría defender si era atacado y otros responsabilizaron al gobierno, por su plan de reforma judicial que tanta división causó.

Pero más allá de ello, el hecho es que el país ardía y Gallant, parte del gobierno, advirtió públicamente que Israel estaba en peligro de guerra. Netanyahu consideró intolerable su advertencia pública, aunque el deber de un ministro de Defensa es precisamente encender las alarmas ante riesgos claros, y lo destituyó.

Eso desató un enorme estallido de furia popular, y en todo Israel multitudes salieron a la calle a manifestar, dado que Gallant era percibido como un elemento responsable y equilibrado dentro del gobierno, quien de hecho tiene mayor experiencia en temas de seguridad (es General retirado, fue jefe del Comando sur y comandante de unidades élite de las Fuerzas de Defensa de Israel).Netanyahu no tuvo más remedio que anunciar que Gallant seguirá ocupando su puesto, aunque en la práctica, desde el anuncio de la destitución nunca la había formalizado por escrito como lo indica la ley.

Todo este relato para explicar la animosidad que existe entre ambos hace ya mucho tiempo.

Pero la aparente decisión de Netanyahu de destituir ahora a Gallant, según diversos analistas políticos israelíes, va mucho más allá de ello.

Un tema clave es al parecer la firme oposición de Gallant a la promulgación de la planeada “ley de reclutamiento”, que en realidad es “ley de exención”, que fijaría de hecho, salvo pequeñas excepciones, la exención en masa de los jóvenes ultraortodoxos que estudian en yeshivot, los institutos de estudios rabínicos superiores, cuyos rabinos sostienen no deben ir al servicio militar ya que ello los desviaría del estudio de la Torá. El tema central aquí es que si no se promulga esa ley, Netanyahu teme que caiga su coalición de gobierno, ya que es clave en su permanencia la alianza con dos partidos ultraortodoxos que ya le han planteado firmes exigencias al respecto a Netanyahu. Al mencionar este tema, es ineludible recordar que en referencia a “Ajím lanéshek”, aunque no siempre nombrándolos en forma directa, Netanyahu condenó repetidamente “los llamados a negarse a servir”, usando el término hebreo “sarvanut”, aunque él está en coalición con dos partidos uno de cuyos lineamientos básicos es el “no” al servicio militar. Vale la pena recordar que apenas empezó la guerra, absolutamente todos los reservistas que habían protestado y manifestado duramente, dejaron de lado las manifestaciones y se presentaron al servicio para defender al país, aún antes de ser llamados.

En los últimos días, al parecer como trabajo preparatorio para la posibilidad de destituir a Gallant, fuentes en la coalición van filtrando a la prensa informaciones según las cuales la discusión es porque el ministro de Defensa no quiere salir a una guerra contra Hezbolá en el norte hasta que no se haya resuelto el problema de los secuestrados en Gaza. Pues esa es una deformación total de los hechos. 

Es cierto que Gallant quiere que se llegue a un acuerdo para tratar de recuperar a los secuestrados, cuyo regreso a Israel considera esencial. Pero hace ya mucho que agudiza su tono ante Hezbolá, que nunca fue liviano. Dijo repetidamente que hay que actuar de otra forma en el norte, que si no se logra acuerdo hay que hacer una escalada para alejar a Hezbolá de la frontera con Israel, y sin ir más lejos, este domingo aclaró a su par norteamericano Lloyd Austin que se está acabando el tiempo, que la opción diplomática con Hezbolá no arroja resultados y que Israel no tendrá más remedio que tomar medidas para cambiar en forma categórica la situación en el norte del país.

Cabe recordar que la última palabra en el gobierno es la del Primer Ministro, y si hasta ahora no se lanzó una guerra de gran envergadura contra Hezbolá, fue porque él no quiso tomar la decisión al respecto. 

Aparte de todos estos puntos concretos, quizás la pregunta central sea si no es una locura defenestrar al ministro de Defensa en medio de la guerra, muy especialmente cuando parece acercarse el momento en que hay que tomar decisiones claves respecto al norte.

Hace un año y medio, cuando Netanyahu anunció que destituye a Gallant, el hoy al parecer candidato a sustituirlo Gideon Sa´ar escribió que eso era una locura y calificó a Netanyahu de irresponsable. Habrá que ver en qué termina el nuevo drama increíble de la política israelí.

Ana Jerozolimski
(16 Septiembre 2024 , 10:16)

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