Falleció este domingo 19 de mayo en Jerusalem, rodeada de su familia.
Es imposible pensar en Raquel en pasado. Su presencia, que combinaba firmeza con suavidad, delicadeza y seguridad, acompañará siempre a todos aquellos que la conocieron y quisieron. Su calidez, su sonrisa, su abrazo.
Ante todo, a su compañero de toda la vida, Harold, su gran amor. Se casaron jovencitos, se radicaron en Israel en 1978 y tuvieron tres hijos, Nir, Tal y Guili, que les dieron muchas satisfacciones, pero por sobre todo, nietos a los que adoraba.
A su familia toda, su hermana tan cercana…
Y por cierto también seguirá presente para sus grandes amigos, como hermanos, especialmente de la vida de tnuá en la NCI en Montevideo. Recordamos la plenitud que sentía con esos reencuentros cada vez que esos grandes amigos venían de Uruguay a Israel -Carol, Sergio, Armando y otros- como si nunca se hubieran separado.
Hace muchos años (2011) la entrevistamos para Semanario Hebreo sobre su vida en Israel y el vínculo que mantenía con Uruguay. Raquel, que se había desempeñado como coordinadora de jardines de infantes en la Educación Especial, trabajó luego como representantes de la Inspección de Educación Especial en comisiones interdisciplinarias que deciden sobre el marco educativo apropiado para el niño o adolescente según sus necesidades especificas. Recordamos lo interesante que fue escucharla.
En su homenaje, reproducimos un resumen de aquella entrevista.
La acabamos de releer y sugerimos que lo hagan todos aquellos que conocieron a Raquel. Sus palabras aquí dejan en claro su nivel profesional, su sensibilidad social, su entrega y disposición a ceder de su tiempo para ayudar a otros, su alma pura y su capacidad de apreciar cada regalo que le daba la vida, que encaraba siempre con espíritu positivo.
Es injusto que una persona así se haya ido tan prematuramente.
El único consuelo posible, es que ya no sufre más.
Bendita sea su memoria.
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P: Raquel, comenzaste tu carrera profesional como ganenet, maestra jardinera, pero con el correr de los años has dedicado tiempo y esfuerzo a especializaciones en diferentes ramas de lo que se llama en Israel “jinuj meiujad”, o sea educación especial…Creo que sería bueno comenzar explicando en resumen de qué se trata..
R: En realidad trabajé muy poco como ganenet ,me tomé algunos años de licencia para criar a mis tres hijos Nir, Tal y Guili y paralelamente hice un B.A en Educación Especial ya que siempre fue un campo de interés para mí. Trabajé algunos años como “Maestra Itinerante” o “Maestra integradora”.
P: Nunca oí esa expresión…¿De qué se trata?
R: La meta principal de trabajo es integrar al niño en las actividades diarias del jardín. La idea es auxiliar a aquellos niños que se encuentran en jardines de infantes regulares y no logran sacar provecho y avanzar a pesar de los múltiples estímulos que les proporciona el jardín. Con estos niños es necesario activar metodologías de la Educación Especial.
Con el tiempo pasé a ser Supervisora en esta área y llegué a supervisar 12 jardines en la zona de Jerusalem. Mi función principal era asesorar profesionalmente a la maestra integradora que viene de la rama de la Educación Especial aunque el niño se encuentra en un marco que pertenece a la Educación Regular. Aquellos niños que no logran avanzar porque tienen necesidades más complejas, pasan a los jardines de la Educación Especial. Paralelamente hice un M.A en Educación Pre escolar.
P: En la Educación Especial ¿hay algún vínculo con marcos de educación regular o el niño queda siempre solamente en su marco diferente?
R: Cada jardín de la Educación Especial se encuentra al lado de un Jardín Regular lo cual permite llevar a cabo actividades conjuntas, juego común en el patio, juego conjunto en las diferentes áreas de actividad, festejos conjuntos de las diferentes festividades. Los dos alumnados se ven beneficiados, los niños del jardín especial copian y adaptan conductas y formas de juego y comunicación normativas. Los niños del jardín regular aprenden a tolerar, a compartir, a ayudar, a aceptar y crear amistad con un niño más lento, tal vez más impulsivo y diferente que él. Yo creo que esto tiene una influencia extraordinaria en la formación de los niños y refleja nuestros deseos por una sociedad pluralista y digna.
P: Cuando se habla de educación “especial” ¿estamos hablando con niños con qué tipo de limitaciones? ¿Cognitivas, físicas, una combinación de ambas? Seguramente hay muchos grados y matices de por medio…
R: Si, tenés razón, no hay dos niños con la misma deficiencia que sean iguales, siempre influye el temperamento, el entorno, la fuerza de voluntad y la motivación de cada uno. En los jardines a los cuales yo me referí hay niños con deficiencias importantes pero aún con una base que permite intervención en un ambiente educativo y recreativo, donde el contacto con los pares es posible y beneficioso para su desarrollo. Existen Jardines Especiales para niños con problemas motrices serios, que no son independientes en sus necesidades básicas. Estos jardines son por lo general parte de un complejo que alberga niños de los 3 hasta jóvenes mayorcitos de 21 años, divididos en clases por supuesto y reciben todos los tratamientos necesarios como fisiatría e hidroterapia en el marco educativo mismo. Los jardines especializados en Autistas por ejemplo, trabajan hasta las 17 hs. Y en general son los que reciben más recursos humanos.
P: ¿El objetivo en la educación especial puede ser tratar de que el niño llegue a estudiar en un marco común o se sabe de antemano que eso es imposible y a lo que se aspira es a darle lo máximo que puede recibir dentro de sus limitaciones?
R: Tu pregunta encierra una polémica actual y mundial sobre el tema de la inclusión. En mi última visita al Uruguay, fui invitada por la Directora del Nivel Inicial del Instituto Yavne, la Sra. Marta Laufer, a conversar con el cuerpo docente y el tema principal que se tocó fue la inclusión. Para mí era como estar sentada en Israel escuchando los mismos dilemas y problemas que surgen día a día tanto acá como allá. La aspiración es llegar a que el niño se integre en un marco regular pero no es siempre viable, depende mucho de las deficiencias y las posibilidades tanto académicas como sociales del niño. Y depende también de las condiciones físicas y humanas que tiene el marco educativo para ofrecer. Por otro lado no menos importante esta el tema de capacitación de los docentes. Es difícil pretender de una maestra regular, sin preparación previa, incluir a un niño con necesidades especiales.
En Israel se encontró el término medio, clases especiales dentro de escuelas regulares. Los alumnos de la Educación Especial son parte de las actividades escolares como paseos, actos, recreos conjuntos, estudios en la clase regular en materias determinadas. Aún así hay padres que exigen inclusión en clases regulares y en este caso el niño está acompañado por una asistente a la cual se le asignan horas dependiendo del grado de necesidad del niño.
P: ¿Hay recuerdos , vivencias, que atesorás en especial de tus años en esta profesión? Me atrevo a imaginar que debes llevar contigo un cúmulo de momentos difíciles y de otros muy emotivos…
R: SI, como vos decís, están los momentos difíciles y los menos, los días de frustración y los días de satisfacción. Pienso que es parte de toda profesión pero cuando se habla de niños chicos y dificultades notorias, se hace más difícil aún. Te puedo decir que el tema más difícil para mí hasta el día de hoy es el encuentro con los padres…Los niños son muy valientes pero los padres, para mí, son héroes.
P: Es muy emocionante lo que decís….
R: Me preguntas también sobre momentos de satisfacción .Quisiera compartir una vivencia muy interesante que tuve hace unos años con docentes de la Educación Especial de países de Centro y Sud América. Desde la creación del Estado en 1948, Israel trae delegaciones de profesionales de diferentes países en desarrollo y les brinda capacitación durante tres semanas de estadía en el país. Fui invitada a dar una conferencia sobre el modelo de trabajo en los jardines de la Educación Especial y me asignaron 90 minutos. Así fue que encontré 50 profesionales, entre ellos dos Directoras de Escuelas Especiales de Montevideo, los cuales mostraron tanto interés y asombro que estuvimos reunidos durante cuatro horas. Se ve que yo no me expresé bien al principio de la disertación y ellos entendieron que todo lo que yo contaba en cuanto a personal docente y paramédico se refería a una escuela entera de Educación Especial y no a 10 niños en un solo jardín. Cuando nos dimos cuenta del malentendido, tuve que explicar una y otra vez que esos datos se refieren tan solo a 10 niños! Quedaron muy impresionados de la inversión y del modelo de trabajo en general. Al día siguiente llegué al trabajo y escribí un cartel en el cual puse que no acepto ninguna queja más sobre falta de recursos! Todo en la vida es relativo…
Es natural que nos quejemos y pidamos más recursos, más horas, más material, más cursos. Pienso que estamos en un buen lugar con respecto al mundo y por supuesto que siempre hay que aspirar a más.
P: ¿Hay algo de la experiencia israelí en este campo, que te parece que se podría aplicar en Uruguay?
R: Me gustaría mucho hacer un plan piloto en Uruguay aplicando el modelo de trabajo nuestro, o asesorando a capacitados en el área para llevar a cabo algún tipo de reforma o implementación. Estoy segura que sería una vivencia muy enriquecedora para mí y una forma de retribuir al Uruguay una parte chiquita de todo lo que me brindó en mi niñez y adolescencia.
P: Si tuvieras oportunidad de conversar con colegas tuyas que se dedican a todo esto en Uruguay ¿tendrías algún consejo especial para darles? ¿O quizás a quienes determinan políticas en este campo?
R: La docencia en general y en la Educación Especial en particular es una profesión que uno ejerce con amor y con ideología. La remuneración y el reconocimiento tanto acá como allá son bajos y la inversión es infinita, no se termina al cerrar la clase, el jardín o la escuela. Uno lleva el trabajo en el alma y hay que saber cortar y separar la casa del trabajo y no es fácil y no es siempre posible de alcanzar. Los logros de los niños aunque nos parecen pequeños, paso a paso, a veces un paso adelante y dos para atrás, son logros gigantescos que requieren paciencia, dedicación y por sobre todo empatía y entendimiento. A los que determinan la política en este campo les diría que la Educación Especial refleja la calidad de la sociedad y que no todo es plata y recursos… a veces esto es tan solo un pretexto.
P: Raquel, has dedicado tiempo también a actividades voluntarias en diferentes marcos. ¿Hay alguna que destacarías en especial?
R: Fui activa en una organización de mujeres las cuales miman y brindan calor y amor a a bebés abandonados por sus padres en los hospitales. Junto con otra voluntaria nos repartíamos los días de la semana de tal forma que cada día el bebe recibía su cuota de brazos y estímulos.
P: ¡Qué impresionante! El solo pensar en una iniciativa así, me eriza la piel…
R: Y hay muchas iniciativas increíbles… Si volvemos al principio de esta entrevista, Israel tiene el índice más alto de voluntarios en el mundo. Esta es otra de las tantas razones por las cuales amo a este país.
LA VISIÓN PERSONAL
P: ¿Qué extrañás de Uruguay?
R: Muchísimas cosas, a pesar de estar viviendo en Israel tantos años, desde comidas típicas, sabores, aromas, el barrio Parque Rodó en el cual nací y me crié, la túnica y la moña como símbolo de la educación pública que recibí. Y sobre todo a mi familia querida y mis amigos del alma.
P: ¿Qué quisieras importar a Israel?
R: La gentileza y amabilidad de la gente. Yo sé que la situación cambió y la sociedad uruguaya está más violenta y menos tolerante que en el pasado, pero de todos modos cuando estoy en Uruguay siento que la gente actúa con muy buenos modales..
Importaría la tierra fértil, los campos y los ríos del Uruguay..Cuando se vive en un país tan chico, árido y con tan pocas fuentes de agua como Israel, uno valora más las riquezas naturales esenciales para el desarrollo del país y el bienestar de sus habitantes.
P: ¿Qué vínculo seguís manteniendo con Uruguay?
R: Vinculo familiar y amistades. Mi mamá, mi hermana y sus hijos. Desde los doce años fui activa en la NCI, hoy Jazit, y allí conocí a mis mejores amigos con los cuales sigo en contacto constantemente a pesar de la distancia. Somos un grupo muy especial en cuanto al vinculo que logramos mantener a pesar de los años y los encuentros esporádicos.
P: ¿Podrías compartir con nosotros algunos de los momentos más difíciles que hayas vivido en Israel? ¿Y algunos de los más emotivos y satisfactorios?
R: Mi hijo mayor, Nir, nació en el año 1981, cuando todavía se vivía la euforia de la firma del tratado de paz con Egipto en 1979. Fueron días de optimismo, de sueños sobre un futuro prometedor en las relaciones con nuestros vecinos. Pensamos que nuestro hijo ya no tendría que ir al ejército 18 años después. Lamentablemente todos sabemos las amargas guerras que tuvimos que pasar, los atentados y la amenaza constante y dura que sufrimos hasta el día de hoy. Recuerdo caminar por las calles céntricas de Jerusalem durante la segunda intifada…la crisis sicológica y económica que afectó mucho a la ciudad y al país en general. Lo increíble de este país es la capacidad de reponerse, de producir, de absorber Olim y salir adelante y convertirse en una de las economías fuertes del mundo.
Uno de los momentos inolvidables y satisfactorios fue ver a los Olim de Etiopia llegar en el operativo “Moisés”, bajando del avión y besando la Tierra Prometida. Me sentí tan orgullosa, tan feliz de vivir en un país que es capaz de organizar y llevar a cabo una misión que duró años , tras travesías por desiertos, con hambre y enfermedades, un pueblo proveniente de una cultura tan diferente, pero también Judíos. Israel está comprometido a traer a toda comunidad judía que se encuentre en peligro, y así lo hizo con los etíopes, los rusos y judíos de los países árabes, y esto me causa mucho orgullo. En general soy bastante patriota y sentimental… hasta el día de hoy no hay vez que escuche el Hatikva y no llore.
P: ¿Qué es lo que más te gusta en Israel y qué es lo que más quisieras cambiar o corregir?
R: Israel es un país dinámico, en desarrollo, con energías extraordinarias, con un consumo fuera de serie. Es colorido, variado, con más de 70 culturas diferentes. En sus muy poco más de 60 años de existencia , llegó a logros admirables en la tecnología, medicina, comunicaciones etc. Israel es un ejemplo para el mundo con un sistema de salud en el cual no existe persona que no tenga seguro médico, sistema de educación básica en el cual no existe la enseñanza privada, y un ejército moral y ejemplar.
Con el correr del tiempo noto que las diferencias entre las clases sociales se acentúan, creando brechas cada vez más grandes y notorias y olvidando un tanto las bases socialistas que fueron los pilares sobre los cuales se creó el Estado.
Me gustaría vivir en una sociedad en la cual los deberes se repartirían igualmente entre todos los ciudadanos, religiosos, laicos y árabes. Todos tienen que aportar a la sociedad ya sea en el ejército o trabajando en la comunidad, hospitales, con ancianos … en fin hay una lista muy larga de trabajos que pueden ayudar a desarrollar y mejorar la sociedad. Lamentablemente por un problema político de coaliciones en el pasado y en el presente esto no se lleva a cabo y la consecuencia es que todos los ciudadanos tienen los mismos derechos pero no los mismos deberes.
Me gustaría que la política fuera más “limpia” y que se levantaran nuevos líderes, jóvenes derechos, guiados por sus valores y amor a su trabajo, dejando de lado intereses personales y políticos.
Me siento feliz de ser parte del desarrollo de Israel, vivo los adelantos, gozo cada vez que se inaugura una nueva carretera, una nueva unidad en un hospital, cada vez que hay un Premio Nobel, un Nuevo escritor, un premiado violinista o una medalla olímpica.
Puedo contarle a mis hijos y nietos que estuve aquí en Jerusalem cuando la primera pizzeria abrió sus puertas,” Pizeria Rimini”, fui testigo de la aparición del primer auto japonés , de la construcción de barrios nuevos y la reapertura de la Universidad Hebrea en el Monte Scopus a tan solo unos pocos metros de nuestra casa.
Quiero mucho al Uruguay, extraño a la gente querida que dejé atrás hace 32 años y tengo siempre presente que Uruguay me dio una muy buena educación, por lo cual le estoy agradecida. Como judía, quise venir a vivir en Israel y lo hice a los 20 años de edad, llena de ideales y sueños a realizar. Estoy contenta de que mis tres hijos hayan nacido en Israel y se hayan criado en Israel, a pesar de que por ello, tuvieron que hacer su servicio militar, con todo lo que eso implica.