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Entrevista a Anat Vidor, Presidenta de WIZO Internacional

Entrevistamos a Anat Vidor, presidenta de WIZO Mundial,  que es una influyente activista sionista israelí. Recorre comunidades judías fortaleciendo el apoyo a proyectos sociales y luchando contra el antisemitismo. Su liderazgo combina comunicación, legado familiar y compromiso con la democracia israelí.

Anat Vidor es una activista sionista israelí y presidenta de WIZO Mundial. Integra los directorios del Congreso Judío Mundial y de la Organización Sionista Mundial. Nacida en Sudáfrica, es bisnieta del pionero Dr. Menachem Stein. Estudió Arqueología, Historia de Israel y tiene un máster en Marketing. Fue emisaria en Australia y docente en la Universidad de Sídney.

Comenzó su trabajo en WIZO en Australia y, tras regresar a Israel en 2018, fue elegida presidenta en 2024. Desde el inicio de la guerra, recorre comunidades judías para fortalecer el apoyo a proyectos de WIZO y lucha activamente contra el antisemitismo. Está casada y es madre de dos hijos, uno de ellos influencer en TikTok.


—Cuando escuchás WIZO, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? Una palabra, una imagen, una emoción.

No diría que lo primero que pienso es "movimiento". Es más que eso. Es una emoción, sí, pero también es una sensación de lucha, de victoria, de pertenencia. Es la esencia de todo. Cuando digo "nosotros", me refiero al pueblo judío. WIZO forma parte del movimiento sionista, y el sionismo, hoy más que nunca, lo es todo para los judíos.

El movimiento sionista es lo que sigue fortaleciendo a Israel. No es algo que puedas mirar desde afuera. O te comprometés, o te vas. Es la esencia misma de nuestra identidad. Ni siquiera es una emoción: es existencia. Es lo que somos. No porque “nosotros” lo seamos, sino porque el sionismo lo es. Es mi existencia. Y debería ser la existencia de todos los judíos.

Recuerdo que les dije el lunes pasado: no debería ser yo la que les cuente lo que estoy haciendo. Deberían ser ustedes quienes pregunten: ¿qué estamos haciendo? Porque no es mi país, es nuestro país.

 Como decía el Rebe de Lubavitch: no me preguntes qué estoy haciendo por vos, contame qué estás haciendo vos por tu comunidad. Es lo mismo.

—Sos la bisnieta del Dr. Menachem Stein. ¿Cómo influye ese legado en tu trabajo y liderazgo hoy?

Influye en todo. Soy la quinta generación de una familia que llegó en la Primera Aliá. Mi bisabuelo, en un momento en que millones de judíos salían de Odesa hacia Estados Unidos, eligió venir a Israel. Fue uno de los primeros 22 pioneros conocidos como los Biluim.

Él no vino como médico, aunque lo era. Quería trabajar la tierra. Pasaron muchas dificultades al principio. Se entrenaban para hacer aliá incluso antes de llegar. Luego se instalaron en Jaffa. Desde allí, contribuyó al renacimiento del hebreo. Escribía en hebreo, fundó la primera biblioteca judía en un hospital, participó en la creación de Bet Ariela. Y todo eso mientras ejercía su profesión con un compromiso enorme.

Hoy vivo a una calle que lleva su nombre. De hecho, hay varias calles con nombres de mi familia. Somos, en cierto sentido, como el Mayflower de Israel. Representamos esa primera oleada, pero desde un lugar no socialista. Mi familia siempre fue de derecha, capitalista. Y se enfrentaron ideológicamente con los movimientos socialistas.

—Sos una oradora increíble, poderosa. ¿Creés que eso se nace o se construye?

Se construye. Yo trabajo con un redactor de discursos que me ayuda, porque me cuesta mucho encontrar las palabras justas para cada audiencia. No podés pararte a hablar en un evento sin preparación. Hay que estar a la altura.

Y mi redactor discute mucho conmigo. Me recuerda que siempre se puede mejorar, que uno no es tan bueno como cree. Esa humildad es clave. Aun así, cada vez que hablo, me pongo nerviosa. Me digo a mí misma: "soy una pequeña oradora, de un país pequeño", pero después recuerdo que hasta Madonna ensaya durante horas. Que incluso ella, con su trayectoria, siente miedo antes de salir al escenario.

Hablar en público exige amar al público. Yo me alimento de la energía de la gente. Creo que por eso mi hijo también tiene esa misma conexión con los demás. Tenés que ser un artista en algún sentido: tener humor, saber leer la sala. Me encanta interactuar con la audiencia, pero eso también implica un desafío: no perder el foco. Es muy fácil desviarse contando historias, y cada público es distinto. Hay que estar siempre alerta, siempre preparada. Cada charla es una nueva oportunidad de actuar.

—¿Sentís que trajiste una nueva energía a WIZO? ¿O fue el contexto el que te empujó?

Yo soy una persona de comunicación. WIZO ya actuaba antes de mí, y seguirá actuando después. Pero mi misión es mostrarle al mundo lo que hacemos. Porque nuestro trabajo es honesto, es de calidad. Seguimos contratando personal árabe en nuestras guarderías judías, incluso en medio de la guerra. Eso es sionismo. Eso es igualdad. Eso es democracia.

Nuestros hijos siguen cantando canciones de paz en las guarderías. Siempre fue así. Yo simplemente le puse palabras. No estoy haciendo una gran operación nueva: estoy comunicando, mostrando lo que ya se hace.

Mi tarea es contarle al mundo que sí, somos sionistas. Y que el sionismo es humanitario, es igualitario. Es el único modelo en Medio Oriente que logró construir una democracia. Porque el sionismo cree en invertir en las personas. No tenemos éxito todo el tiempo, claro. Pero valoramos la vida. Y valorar la vida significa invertir en agricultura, en educación, en jóvenes.

—¿En qué se diferencia eso de lo que hacen otros países?

En Israel invertimos en nuestros adolescentes. Por eso somos la décima potencia mundial. Porque invertimos en gente. WIZO trabaja también para mostrarle al gobierno que eso es lo más importante: las personas. El sionismo no es solo tener una entidad en la tierra de Israel: es sostener esa entidad con una sociedad activa, participativa, democrática.

Lo repito siempre: el sionismo es un movimiento popular. Es la gente. Y cuando el gobierno lo olvida, ahí estamos nosotros para recordarlo. Vi un artículo de un demócrata estadounidense que decía: “En Israel, los que protestan contra el gobierno lo hacen con banderas israelíes. En Estados Unidos, las queman”. Ese es nuestro modelo: protestar con orgullo, sin renunciar a nuestra identidad.

—Y esa democracia, decís, está basada en el sionismo…

Exacto. En que la democracia es todo. Y no solo el voto: es un trabajo constante. Hay que mejorar el sistema cada día. Hay una desconfianza histórica en ciertos sectores. Durante años, los sefaradíes se sintieron marginados, tanto que aún hoy muchos odian el sistema. Aunque voten a la derecha, siguen sin confiar. Lo vemos en nuestras aldeas juveniles: traemos chicos que vienen de contextos muy difíciles, y cuando les damos herramientas, cambia todo.

—¿Podés dar un ejemplo?

Muchos chicos que hoy son alcaldes o líderes comunitarios salieron de esas aldeas juveniles. Como Shaul Mofaz, ex ministro de Defensa, que llegó a una aldea juvenil porque su familia no podía alimentarlo. O Amikam Norkin, jefe de la Fuerza Aérea, que se casó con una inmigrante ucraniana y también vivió en una de esas aldeas.

Creamos espacios donde se mezclan jóvenes de familias acomodadas con otros que vienen de pueblos periféricos. También recibimos a chicos de Ucrania o de Sudamérica que hicieron aliá sin sus padres. Viven juntos, estudian juntos. Pero además, tienen que retribuir: salir a ayudar a otras comunidades, ser voluntarios, convertirse en jóvenes diplomáticos.

Les damos herramientas. Y un día, ese chico que se sentía excluido se da cuenta: “Soy un líder”. Y transforma a su comunidad. Eso es el verdadero impacto. Eso es sionismo, todos los días.

—En una charla dijiste que hay que dar dinero "hasta que duela". ¿Por qué elegiste esa expresión?

Porque el sionismo se construyó así: con entrega, con sacrificio, con compromiso de verdad. Fue capaz de unir a socialistas, reformistas, ultraortodoxos… todos, en 1897, con un objetivo común. Para lograrlo, hay que dar. No solo lo que sobra. También lo que cuesta. Lo que duele.

Un gusto haberte conocido, muchas gracias

Janet Rudman
(06 Junio 2025 , 12:39)

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